Vol. 73/No. 50 28 de diciembre de 2009
Al hacerlo, la clase dominante, su gobierno y sus medios de comunicación buscan oportunidades para dividir al pueblo trabajador, culpando especialmente a los trabajadores sindicalizados de la ciudad y del estado por los recortes. Durante dos días consecutivos, el New York Post ha sacado editoriales vilipendiando a los trabajadores del transporte y a los maestros, alegando que los que pagan impuestos están siendo estafados por aumentos salariales muy generosos para una recesión. Los portavoces de la burguesía dicen rotundamente que la única solución es reducir los costos laborales.
La acusación de que los ínfimos aumentos salariales que reciben los trabajadores son responsables por los recortes en los servicios sociales, es falsa. Los salarios más altos no provienen de un fondo de salarios que es agotado por un grupo de trabajadores en detrimento de otros trabajadores. Eso es una mentira usada para dividir al pueblo trabajador. Quieren hacernos creer que otros compañeros, trabajadores como nosotros, están mejorando a costa nuestra.
Salarios más altos sí producen menos ganancias para la clase patronal, los propietarios de las fábricas, las minas, los ferrocarriles; los que explotan nuestro trabajo. A medida que los políticos capitalistas promueven medidas para hacer que el pueblo trabajador pague por la crisis económica, se aseguran de que sean protegidos los intereses de las familias acaudaladas a las que sirven.. Mientras que preparan el hacha contra las escuelas, los servicios médicos y el transporte público, los pagos a los adinerados accionistas, desde California hasta Nueva York, permanecen intactos.
Cuando los patrones y sus gobiernos por todo el mundo dicen tenemos que hacer sacrificios, tenemos que apretarnos el cinturón, lo que quieren decir es que los trabajadores tienen que ceder muchas de las cosas de las que hemos llegado a depender día tras día. No hay un nosotros que se aplica a ambos, al pueblo trabajador y a los patrones y su gobierno.
Los servicios sociales y los aumentos salariales los conquista el pueblo trabajador por medio de su lucha organizada y colectiva. Es por eso que los sindicatos, las organizaciones básicas de defensa de la clase trabajadora, van a ser cada vez más objeto de ataques. Para poner al pueblo trabajador en una mejor posición para luchar debemos exigir que los capitalistas abran sus libros de contabilidad para que podamos exponer sus inflados costos administrativos y los pagos de intereses de deuda. El pueblo trabajador debe demandar que se organice un programa de obras públicas financiado por el gobierno federal, para dar trabajo a millones de personas con salarios a escala sindical.
Un movimiento revolucionario del pueblo trabajador que luche por conquistar éstas y otras demandas semejantes, es necesario para defender lo que hemos ganado como salario social. Estos logros solo pueden ser defendidos y extendidos por medio de la toma del poder por el pueblo trabajador y uniéndose a la lucha mundial para reorganizar la sociedad de acuerdo a las necesidades de la mayoría en vez de los intereses del gran capital.
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