Vol. 75/No. 12 March 28, 2011
Su respuesta como la del autor fue un sí categórico.
Moya fue la primera oradora de un evento muy concurrido aquí para lanzar la nueva traducción al español del libro de Hansen, Evelyn Reed y Mary-Alice Waters, publicado por Ciencias Sociales, una de las principales casas editoriales en Cuba.
Publicado originalmente en inglés por la editorial Pathfinder en 1986, fue traducido al español por Esther Pérez, editora de Caminos, revista del Centro Martin Luther King en La Habana.
La presentación, celebrada el 14 de febrero, fue uno de los 800 eventos públicos organizados como parte de la Feria Internacional del Libro de La Habana. Como en años anteriores, la feria comenzó en La Habana por 11 días y se trasladó a las capitales provinciales de la isla.
La actividad fue moderada por Sonia Almaguer, directora de la Editorial Nuevo Milenio, la cual comprende Ciencias Sociales. Junto a Moya hablaron Julio César González Pagés, profesor de historia y de estudios de género en la Universidad de La Habana, y Mary-Alice Waters, presidenta de la Pathfinder y dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores en Estados Unidos. Waters estuvo a cargo de la edición de 1986 y escribió su introducción así como el prefacio a la traducción de 2010. Pathfinder publicará una nueva edición en inglés, español y francés este año.
Entre las 75 personas del público estaban José Ramón Fernández, vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, y Víctor Dreke, presidente de la Asociación de Amistad Cuba-Africa, ambos legendarios combatientes de la generación que derrocó la dictadura de Batista en los años 50 e inició la revolución socialista en las Américas. También estaban presentes Luis Morlote y Lázaro Castillo, presidente y vicepresidente, respectivamente, de la Asociación Hermanos Saíz, organización de jóvenes artistas y escritores cubanos.
En el público que rebasaba la sala se encontraban muchos estudiantes de la Universidad de La Habana. Para divulgar el evento, los estudiantes circularon afiches y correos electrónicos con imágenes de la portada y otras ilustraciones del libro. El evento se hizo en el Pabellón Cuba, un concurrido centro cultural en La Habana y una de las subsedes para la venta de libros y presentaciones en la feria.
Parece recién escrito
Moya aplaudió la publicación de la nueva edición cubana como un aporte a la lucha por la emancipación de la mujer, no solo en los países capitalistas sino en nuestro contexto en Cuba. (Ver el texto íntegro de sus palabras en la próxima página).
Los cosméticos, las modas y la explotación de la mujer, apuntó, se originó en un debate en las páginas del Militant en 1954. Me divirtió mucho la ironía del artículo de Joseph Hansen, alias Jack Bustelo, que precipitó el debate, dijo Moya. Hansen explica cómo los propietarios de las empresas de cosméticos y modas explotan las inseguridades económicas, sociales y sexuales de la mujer para vender productos y aumentar sus ganancias.
Los autores, dijo Moya, describen cómo los capitalistas dictan las normas de belleza e intentan convencer a las mujeres de que seguir esas normas comprando los últimos estilos es indispensable para poder insertarse en el mercado de trabajo y ser sexualmente deseables para los hombres.
Moya citó las palabras de Evelyn Reed de que hace falta exponer el sistema capitalista por decirles a las mujeres que el camino que lleva al éxito en su vida y su amor pasa por la compra de objetos.
Parece recién escrito, dijo Moya.
Explotan inseguridades de mujeres
González Pagés calificó Los cosméticos, las modas y la explotación de la mujer como un clásico del marxismo sobre la liberación de la mujer. Apuntó que teníamos pocos textos, sobre todo traducidos al español, que trabajan el tema de la moda y la industria de los cosméticos, y en particular, no mucha literatura desde un enfoque marxista.
La imagen sexista de la mujer modelo es la consecuencia inevitable de un sistema social en que los que tienen el poder se benefician de la explotación de la mujer en el hogar y en el trabajo, dijo González.Las empresas de cosméticos y modas sacan miles de millones de dólares anuales en base de una estrategia de crear en las mujeres una profunda sensación de insatisfacción con su propio cuerpo.
Con la publicidad que glorifica a las modelos superdelgadas, dijo González, se incrementa la presión sobre las mujeres para que gasten más tiempo y dinero y sufran más estrés físico y psíquico para tratar de alcanzar el ideal de la belleza dictado por la sociedad burguesa. Señaló que esas campañas publicitarias van dirigidas especialmente a los jóvenes, y mostró cifras sobre el número de mujeres en países capitalistas, especialmente adolescentes, que se someten a dietas extremas para adelgazar o sufren de trastornos alimentarios como bulimia y anorexia.
La forma más eficaz de combatir los estereotipos, dijo, consiste en involucrar a un gran número de mujeres en campañas con el objetivo de cambiar sus condiciones desiguales de vida. Los cosméticos, las modas y la explotación de la mujer puede ser usado como parte de esas luchas, dijo González.
Al presentar a la última oradora, la moderadora Sonia Almaguer señaló que Waters también estaba participando en una comisión de tres jurados en el concurso de ensayo Pensar a Contracorriente, organizado por Ciencias Sociales como parte de la feria del libro.
La cuestión de clase
Waters subrayó que el artículo de Hansen titulado El fetiche de los cosméticos es, de hecho, una introducción popular a El capital de Marx, que calificó como el mejor libro jamás escrito para ayudarnos a entender la opresión de la mujer y la lucha para eliminarla.
Al centro de Los cosméticos, las modas y la explotación de la mujer, dijo, está la cuestión de clase. La lucha por la emancipación de la mujer no es una batalla de mujeres contra hombres, apuntó Waters. Es una batalla entre los que no poseen propiedades y los que poseen y controlan la tierra, las minas y fábricas, y expropian para sí mismos el producto de nuestro trabajo social. La opresión de la mujer, un pilar de la sociedad de clase, solo será eliminada en camino hacia una revolución socialista.
Waters destacó el ejemplo de Cuba, donde el pueblo trabajador tomó el poder estatal hace medio siglo y tiene en sus manos un gobierno de la clase trabajadora, el arma más potente que se puede usar en la lucha por acabar con la condición de segunda de la mujer.
Se vendieron 52 ejemplares de Los cosméticos, las modas y la explotación de la mujer y otros libros de Pathfinder al público asistente. Además, el noticiero nacional de televisión cubrió el evento como parte del reportaje sobre la feria del libro.
Dos días después, Waters fue invitada a dar una charla en una clase de 40 estudiantes mayoritariamente mujeres, de toda América Latina y España que Moya dicta en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Luego de la presentación hubo una animada discusión, no solo sobre la lucha por el derecho de la mujer al aborto, desde México hasta Colombia, Brasil y Chile, sino sobre la posibilidad de una revolución socialista en Estados Unidos.
En la feria hubo varias presentaciones de libros sobre la lucha por la igualdad de la mujer. Entre ellas estaban la nueva edición de Mujeres y la revolución, una selección de discursos de Fidel Castro editada por la dirección de la Federación de Mujeres Cubanas; Género y transgresión mediática por Isabel Moya; Macho, varón, masculino por Julio César González Pagés; y Ser mujer científica o morir en el intento por Lilliam Alvarez.
Naomi Craine y Doug Nelson contribuyeron a este artículo.
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