Vol. 75/No. 22 6 de junio de 2011
El FBI sostiene que González Claudio tomó parte en el robo de un depósito de la Wells Fargo en West Hartford, Connecticut, en 1983 que, según los oficiales norteamericanos, fue llevado a cabo por los Macheteros, un grupo independentista. El FBI dice que el grupo es una “organización clandestina terrorista nacional”. Se ordenó que González Claudio fuera extraditado a Connecticut.
El mismo día de su arresto, la junta de libertad condicional de Estados Unidos negó una vez más la libertad al preso político puertorriqueño Oscar López Rivera. López, uno de los presos políticos que ha permanecido en la cárcel por uno de los periodos más largos en el mundo, ha estado cumpliendo una condena por cargos falsos de terrorismo desde 1981.
En 1985, 200 agentes del FBI hicieron redadas en las casas de partidarios de la independencia de Puerto Rico, deteniendo a 15 de ellos bajo cargos de conspiración en el caso de la Wells Fargo.
El hermano de Norberto, Avelino, de 67 años, fue arrestado en febrero de 2008 y acusado de conspiración en relación con el robo. Avelino, que tiene enfermedad de Parkinson, llegó a un acuerdo y se declaró culpable a cambio de una condena de siete años, que ahora está cumpliendo.
“Mientras sigan promoviendo la independencia de Puerto Rico por la fuerza representarán un peligro” dijo Luis Fraticelli, el encargado de los operativos del FBI en Puerto Rico.
El FBI tiene un largo historial de utilizar la violencia, el acoso, y la intimidación contra los partidarios de la independencia. El 23 de septiembre de 2005, agentes del FBI rodearon la casa de Filiberto Ojeda Ríos, un dirigente de los Macheteros, y uno de los 15 sospechosos arrestados en 1985 que estaba escondido después de haberse fugado en 1990 cuando estaba en libertad condicional bajo fianza. Los agentes dispararon contra Ojeda, quien resultó gravemente herido. Al impedir que nadie se acercara a la casa hasta el próximo día, aseguraron que muriera.
“Era un escuadrón de ejecución, porque el FBI nunca tenía la intención de detener a Ojeda Ríos, sino de matarlo”, dijo Antonio Camacho, uno de los 15 de Hartford, ninguno de los cuales se encuentra en la cárcel en la actualidad.
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