Vol. 76/No. 28 30 de julio de 2012
Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González son revolucionarios cubanos que durante los años 90 aceptaron una misión del gobierno cubano para recoger información sobre las actividades de grupos contrarrevolucionarios cubanoamericanos en el sur de Florida. Estas organizaciones paramilitares operan prácticamente con impunidad y tienen extensos antecedentes de cometer ataques dinamiteros, asesinatos y otros ataques mortíferos contra objetivos en Cuba y contra los que en Estados Unidos y Puerto Rico se oponen a los intentos de Washington de derrocar la Revolución Cubana.
El 12 de septiembre de 1998 los cinco fueron arrestados por el FBI. El gobierno norteamericano les fabricó cargos y fueron declarados culpables de una serie de acusaciones, entre estas: actuar como agente no registrado del gobierno cubano, posesión de documentos de identidad falsos, conspiración para cometer espionaje y conspiración para cometer asesinato. Les dieron sentencias de hasta doble cadena perpetua más 15 años de cárcel.
En agosto de 2000, poco antes del proyectado comienzo del juicio, policías federales arrestaron a Olga Salanueva, quien está casada con René González, y amenazaron con revocarle la residencia permanente a menos que él aceptara ser testigo contra sus cuatro compañeros. Cuando él rechazó este chantaje, el gobierno norteamericano deportó a Salanueva a Cuba. Ella vive en La Habana con sus dos hijas, Irmita, de 28 años, e Ivette, de 14, quien nació en Miami poco antes del arresto de González.
René González fue declarado culpable de cargos amañados de no registrarse como agente de un gobierno extranjero y de conspiración para no registrarse como agente extranjero. Encarcelado más de 13 años, fue trasladado en octubre de 2011 de una prisión federal a la “libertad supervisada”, y actualmente reside en Florida. Está bajo órdenes de permanecer en Estados Unidos bajo el control de la oficina de libertad vigilada de las cortes federales hasta octubre de 2014. Le niegan la posibilidad de volver a estar unido a su esposa, a quien le prohíben permanentemente la entrada a Estados Unidos.
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