Vol. 76/No. 33 10 de septembre de 2012
“Barrón es un combatiente revolucionario cubano de la vieja vanguardia”, dijo Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional de Cuba, al otorgarle la medalla.
La ceremonia se celebró en la sede nacional del ICAP. También estuvieron presentes Kenia Serrano, presidenta del ICAP; Pedro Núñez Mosquera, embajador de Cuba ante Naciones Unidas; y dirigentes de la organización que Barrón ayudó a fundar, Casa de las Américas, basada en Nueva York y dirigida por cubano-americanos que apoyan la revolución. Gloria Barrón, esposa y compañera de armas del invitado, lo acompañó.
Alarcón señaló que durante los años 40 y 50 miles de trabajadores cubanos emigraron a Estados Unidos en busca de trabajo y, después del golpe militar de Fulgencio Batista en 1952, huyendo de la represión de ese régimen apoyado por Washington. Muchos se incorporaron a la lucha contra la dictadura. Entre ellos se encontraba Barrón, quien nació en Camagüey, Cuba, y se mudó a Nueva York, donde trabajó en la construcción y otros trabajos.
“Barrón, junto a miles de cubanos en Estados Unidos que apoyaban al líder de la revolución, Fidel Castro, ayudaron a abrir el camino al triunfo de 1959”, dijo Alarcón. Su historia “es parte inseparable de nuestra historia” pero hoy día es “muy poco conocida”.
Señaló que los medios de difusión capitalistas en Estados Unidos ocultan esta historia y representan falsamente a todos los cubano-americanos como opositores de la revolución.
Nancy Cabrero, presidenta de Casa de las Américas, relató a los presentes que en el otoño de 1955 Fidel Castro visitó Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos para organizar unidades del Movimiento 26 de Julio. El y otros revolucionarios en Cuba habían fundado esta organización unos meses antes para dirigir la lucha de masas contra la dictadura de Batista. Se organizaron unidades del Movimiento en Nueva York; Bridgeport, Connecticut; Union City, Nueva Jersey; y Miami, Tampa y Cayo Hueso, Florida.
En Nueva York, el comité del Movimiento 26 de Julio era fusión de tres grupos, entre ellos el comité de apoyo del Partido Ortodoxo, del cual Barrón era presidente. Dos años después fundaron Casa Cuba como organización más amplia destinada a ganar apoyo para la lucha revolucionaria.
Los militantes obreros de Casa Cuba desempeñaron tareas de recaudación de fondos y otras actividades. Imprimieron y diseminaron ejemplares de La historia me absolverá, el discurso de Fidel Castro, pronunciado en defensa propia en un tribunal de 1953, que popularizó los objetivos de la lucha revolucionaria encabezada por el Movimiento 26 de Julio y el Ejército Rebelde.
Expedición armada en 1958
En marzo de 1958 Barrón dirigió una expedición de 36 partidarios de la guerra revolucionaria. Los combatientes, todos de Nueva York, pretendían entregar municiones y armas al Ejército Rebelde en Cuba a bordo de un barco alquilado, El Orión, que partió de una playa en el Golfo de México.La Guardia Costera norteamericana interceptó la embarcación cerca de Padre Island, Texas, y arrestó a los hombres, “todos uniformados y fuertemente armados”, según un despacho de la Prensa Asociada del 28 de marzo de 1958. Fueron acusados de violar la Ley de Neutralidad de Estados Unidos.
El caso se destacó en la prensa nacional cuando los 36 combatientes, presos en Brownsville, Texas, lanzaron una huelga de hambre junto a militantes del Movimiento 26 de Julio en Nueva York.
“El comandante fogoso de la pequeña banda, Arnaldo G. Barrón, dijo que los 36 habían ahorrado dinero durante meses para comprar los 20 mil dólares en armas que fueron decomisadas junto con los hombres”, informó AP.
“Barrón, en una entrevista desde la cárcel, dijo a la Prensa Asociada que la mayoría de los hombres son ciudadanos estadounidenses. Todos nacieron en Cuba menos un puertorriqueño. Algunos combatieron para Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial”.
Después de ser excarcelados bajo fianza, “los rebeldes lanzaron una oleada de propaganda con volantes, al parecer para buscar apoyo popular a su posición”, dijo el Brownsville Herald. “El ‘manifiesto’ más reciente de los rebeldes pidió que ‘el pueblo de Brownsville esté presente en la Corte Federal cuando nos acusen de luchar por la libertad y la democracia en nuestra patria”.
Los acusados fueron declarados culpables en mayo de 1958. El juez les dio cinco años de libertad provisional.
“Esta expedición fue detenida por la Guardia Costera de Estados Unidos pero habrá muchas más”, dijo a la prensa Barrón desde la cárcel de Brownsville.
Unos meses después, el gobierno de Estados Unidos volvió a acusar a Barrón, esta vez bajo cargos de actuar “como agente de Fidel Castro y del Movimiento 26 de Julio de Cuba sin haber presentado la declaración de registro exigida” bajo la Ley de Registro de Agentes Extranjeros. El no disputó los cargos y le dieron una sentencia suspendida y cinco años bajo libertad provisional.
El hostigamiento por el gobierno no amedrentó a Barrón y sus compañeros. Cuando fue derrocado el régimen de Batista en enero de 1959 y se inició una profunda transformación revolucionaria de Cuba, ellos intensificaron su trabajo en Estados Unidos.
A lo largo de los años Casa Cuba organizó muchas actividades públicas en defensa de la Revolución Cubana. Se defendió de intentos de persecución de la policía y de ataques violentos de grupos contrarrevolucionarios cubanos. En 1962, a sugerencia del dirigente revolucionario cubano-argentino Ernesto Che Guevara, la organización cambió su nombre a Casa de las Américas, para subrayar su solidaridad con las luchas populares de todo el continente.
En el homenaje a Barrón del 24 de julio, Cabrero reafirmó el compromiso de Casa de continuar por el camino que forjaron Barrón y otros luchadores.
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