Vol. 77/No. 5 11 de febrero de 2013
La decisión rechaza la creciente práctica de los presidentes desde los años 70, entre ellos Ronald Reagan, William Clinton y George W. Bush, de hacer nombramientos como estos de manera unilateral cuando han encontrado oposición a sus candidatos en el Congreso.
Obama lo llevó más lejos que cualquier presidente anterior. Bajo Bush, los Demócratas en el Senado encontraron la manera de bloquear algunos de los nombramientos que hizo durante recesos. Durante días festivos y otros descansos, la dirección del partido organizó a un senador o dos a que abrieran una sesión del Senado por unos minutos cada tres días para prevenir que Bush hiciera algún nombramiento.
Bajo la administración Obama, los republicanos le devolvieron el favor y continuaron realizando esa práctica. Obama decidió que él tenía el poder de hacer caso omiso de lo que estaban haciendo, anunció que consideraba que el Senado estaba en receso e hizo sus nombramientos a la NLRB de todos modos.
El presidente se reclamó “rienda suelta para nombrar a los candidatos que quiera en el momento que quiera, sea un fin de semana, la hora del almuerzo o incluso cuando el Senado está en sesión y él simplemente está descontento con su falta de acción”, escribió el juez principal, David Sentelle, en una decisión unánime.
El fallo fue atacado por la Casa Blanca, que lo caracterizó de “innovador y sin precedentes”.
En una declaración del 25 de enero, el presidente de la federación sindical AFL-CIO Richard Trumka calificó la decisión como “ni más ni menos que escandalosa” y dijo que la corte interpretó la Constitución de una manera que privaría a los presidentes de una “herramienta fundamental… para mantener el funcionamiento de las agencias y hacer que el gobierno funcione”.
El caso fue presentado por Noel Canning, una empresa embotelladora de Pepsi-Cola del estado de Washington, contra una decisión de la NLRB a favor del sindicato en la planta, el Local 760 de los Teamsters. La compañía argumentó que el fallo debería ser desechado porque los tres nombramientos de Obama eran inconstitucionales y por lo tanto la junta actuó sin un quórum legítimo.
La corte estuvo de acuerdo.
Además de poner en duda todas las decisiones de la junta durante el año pasado, la decisión judicial podría tener ramificaciones más amplias. “La decisión también podría afectar a Nueva York”, declaró en un editorial el New York Post el 26 de enero. “Se espera que la semana próxima la NLRB se pronuncie sobre la legalidad de la huelga de los trabajadores de los autobuses escolares de la ciudad, pero ahora sus decisiones parecen carecer de fuerza”.
El fallo también podría afectar las acciones de otros nombramientos presidenciales hechos durante recesos, incluyendo las decisiones de jueces penales que envían personas a la cárcel.
“Sabemos que hay gente en las cárceles de todo el país que estarán muy entusiasmadas al enterarse de esta decisión”, dijo John Elwood al New York Times el 26 de enero. Elwood se encargó de los nombramientos “de recesos” para el Departamento de Justicia durante la presidencia de George W. Bush.
Dada la claridad con la que esta redactada la cláusula sobre recesos en la Constitución de Estados Unidos, el tribunal sostuvo que ningún presidente tiene el derecho de hacer sus nombramientos, sin la aprobación del Senado, excepto durante recesos entre sesiones y solo para “puestos que estén vacantes durante el receso”.
Cuando se redactó la Constitución, las sesiones del congreso eran mucho más cortas y los recesos entre ellas duraban muchos meses. Por este motivo, los autores de la Constitución incluyeron una cláusula sobre recesos para permitir al presidente llenar puestos que podrían abrirse durante períodos largos en los que el Senado no podía actuar.
“La manipulación de nombramientos oficiales había sido por mucho tiempo una de las quejas principales de la generación de la revolución norteamericana contra el poder ejecutivo”, dijo la corte, citando una decisión de la Corte Suprema de 1991, “porque el poder de hacer nombramientos a cargos públicos era considerado el arma más insidiosa y poderosa del despotismo del siglo 18”.
Se espera que la Casa Blanca apele la decisión a la Corte Suprema.
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