Vol. 77/No. 28 22 de julio de 2013
Según el Los Angeles Times, unos 2 300 presos también se rehusaron asistir a sus trabajos o clases en las prisiones.
Solo en California, más de 10 mil prisioneros están en confinamiento solitario, y decenas de ellos han estado aislados más de 20 años.
Los presos en las Unidades Especiales de Alojamiento de la prisión Pelican Bay realizaron una primera ronda de protestas y huelgas de hambre hace dos años, que llegaron a involucrar a más de 11 mil reclusos. Los organizadores de la protesta anunciaron que reanudaron la huelga el 8 de julio porque los funcionarios de la prisión se habían negado a cumplir las promesas de satisfacer las demandas de los presos, que incluían un fin a la práctica del castigo colectivo, la abolición de un sistema de soplones que arbitrariamente pone a presos acusados de estar afiliados a una pandilla en aislamiento a largo plazo hasta que acusen a otros, la liberación de los que han estado en aislamiento por más de 10 años, alimentación adecuada, una llamada telefónica por semana y otras reivindicaciones.
“Mi hijo, Gabriel Reyes, ha estado encerrado en una pequeña celda sin ventanas en Pelican Bay por 15 años”, dijo Connie Pedroza, quien participó con su hija, nieto y sobrinos en una protesta de unas 150 personas frente al ayuntamiento de esta ciudad el 8 de julio. “Mi hijo fue parte de la primera huelga en 2011. El está luchando de nuevo y estamos con él. El Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California no le va a robar su humanidad”.
Se está organizando otra ronda de manifestaciones de solidaridad para el 13 de julio.
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