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Vol. 77/No. 39      4 de noviembre de 2013

 
Denuncian confinamiento
solitario de reos en California
(especial)
 
POR BETSEY STONE  
SACRAMENTO, California—Los partidarios de los presos que realizaron una huelga de hambre de 60 días en California el verano pasado, hablaron en una audiencia pública el 9 de octubre a favor de las demandas de los reos, entre ellas el fin del confinamiento solitario.

La audiencia fue organizada por Loni Hancock y Tom Ammiano, presidentes del comité de seguridad pública del senado y el congreso de California.

En la audiencia, los representantes del Departamento Correccional y de Rehabilitación de California (CDCR) negaron que miles de reclusos en las Unidades de Celdas de Seguridad, comúnmente conocidas como “SHU” por sus siglas en inglés, sean retenidos en condiciones de confinamiento solitario.

“No existe el ‘confinamiento solitario’ en California”, afirmaba una circular del CDCR distribuida a las más de 200 personas que asistieron el evento, “el SHU no es ‘confinamiento solitario’”. El inspector general de la prisión Robert Barton arguyó que los presos en las celdas SHU tienen acceso a visitas, baños, televisión, a un biblioteca legal, ejercicio, visitas médicas, clases por correspondencia y que pueden encontrar formas de comunicarse con otros reclusos.

Familiares, ex presos y otras personas respondieron a esto con descripciones del aislamiento extremo que se impone en el SHU, donde los reos, a menudo durante años, ven solo el interior de una celda solitaria de 8 por 10 pies, sin ventanas, y por periodos muy breves una sala de ejercicios de cemento algo más grande. No les permiten llamadas por teléfono. Les permiten visitas a través de una barrera de cristal y sin contacto físico. No es infrecuente para los familiares que esperan visitar a sus seres queridos encontrar la cárcel cerrada y no poder verlos.

‘Una cámara de tortura’

“El SHU es una cámara de tortura”, dijo el ex reo Steven Czifra, uno de los panelistas en la audiencia. Dijo que lo pusieron en el SHU después de una pelea con otro recluso y de escupir a un guardia que lo estaba provocando. “Hicieron todo lo que pudieron para quitarme la vida, para quebrarme y romper mi espíritu”, dijo.

En la audiencia, Michael Stainer, director de la División de Instituciones de Adultos del CDCR, calificó la huelga de hambre como un “disturbio masivo”. Reconoció que los huelguistas fueron castigados por su participación. Unos 30 mil reclusos participaron en la protesta cuando comenzó el 8 de julio y alrededor de 100 presos resueltos se mantenían en huelga cuando los dirigentes de los reclusos decidieron suspender la acción el 4 de septiembre.

El inspector general Barton afirmó que 984 presos han estado en las unidades SHU durante más de 5 años, y algunos durante décadas. Dijo que un 60 por ciento de ellos pasan un periodo indeterminado de tiempo porque han sido “reconocidos” como pandilleros o miembros de algún grupo que las autoridades de la cárcel consideran perturbador.

Una de las demandas de los reos es que se ponga fin a lo que se conoce como “debriefing” (entrevistas), una práctica que mantiene a los reos acusados de pertenecer a alguna pandilla en aislamiento a largo plazo hasta que estos delatan a otros.

Dolores Canales, cuyo hijo se encuentra en la unidad SHU de Pelican Bay, señaló que miles de reos continúan en las SHU a causa de la acusación de otro reo, o “evidencia” como algún dibujo que se considere relacionado con las pandillas.

Otra panelista, Margaret Winter, directora adjunta del Proyecto Nacional de Cárceles de la Unión Americana de Libertades Civiles, dijo que se estima que en un día cualquiera hay 80 mil reos en Estados Unidos en confinamiento solitario.

“Totalmente inaceptable” fue como lo consideró el legislador Ammiano, quien presidió la audiencia, al describir el reglamento relacionado con el confinamiento solitario prolongado. Hancock y otros legisladores han solicitado más información a las autoridades del CDCR sobre los efectos del encarcelamiento solitario.

“No necesitamos investigar nada”, dijo el ex recluso Czifra en respuesta a las preguntas de los legisladores. “Ya sabemos sin lugar a duda que el confinamiento solitario prolongado es una tortura”.

Antes de entrar al recinto de la audiencia, los oponentes al encarcelamiento solitario llevaron a cabo una manifestación frente a las escalinatas del Capitolio.

“Han logrado un hito histórico”, dijo Marie Levin, hermana de un huelguista de hambre, quien presidió el mitin. “Pudieron unirse y ganar apoyo internacional contra la tortura del confinamiento solitario”.
 
 
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