Vol. 77/No. 44 9 de diciembre de 2013
“Andy era un niño que apenas entraba a la adolescencia”, dijo Cazares. “Un buen chico que estudiaba música. Y con una sola bala [Gelhaus] lo mató. Después le disparó siete veces más”.
No se han presentado cargos criminales contra Gelhaus, quien ha sido suspendido con goce de sueldo.
Los padres de López, Rodrigo López y Sujey Cruz, han presentado una demanda federal contra el condado de Sonoma y contra Gelhaus por violación de derechos civiles.
Trascurrieron tres segundos entre el momento en que la policía abordó a Andy López y cuando le dispararon, declara la demanda. Después de que López fue derribado por la primera bala, Gelhaus continuó disparando, dice un testigo. Según el informe de la autopsia de la policía Andy López recibió siete balazos.
Una serie de protestas, entre ellas vigilias en el lugar del tiroteo, paros de estudiantes de las escuelas secundarias y marchas nocturnas, han puesto a la policía y a los políticos en este pueblo de 170 mil habitantes en la defensiva.
Alrededor de mil estudiantes realizaron un mitin frente a la oficina del sheriff el 29 de octubre, a pesar de las advertencias de las autoridades de la escuela. “Este policía debe ser acusado de homicidio”, dijo el abogado John Burris a los manifestantes. Él es el abogado de la familia de Oscar Grant, quien fue muerto en una plataforma del tren por la policía de tránsito en Oakland, California en 2009 .
El 30 de octubre por la noche se realizó una protesta para exigir justicia para Andy López, en la que participaron 1 500 personas de varias generaciones, muchas de ellas portando carteles que pedían la detención y procesamiento de Gelhaus.
“El pueblo de esta comunidad está unido”, dijo al Militante Raquel Morales, de 37 años. “Al principio ellos estaban tratando de que pareciera que se trataba de un asunto solo de la comunidad hispana, pero Andy resultó ser la gota que derramó el vaso”.
El conductor de autobuses escolares Ramón Martínez dijo que ha visto cómo este asesinato ha afectado a los estudiantes. Uno de sus pasajeros de 13 años le dijo que ella quería ir a la protesta pero no podía. “Por favor, vaya por mí”, le pidió. Martínez fue con su esposa Audelia, con flores para los padres de Andy.
El departamento del sheriff dice que Gelhaus actuó por temor a su vida porque confundió la pistola de aire de López, que dispara perdigones de goma y se vende por alrededor de 30 dólares, por una verdadera AK-47.
Brian Bushon, de 40 años, un repartidor, dijo en la manifestación del 9 de noviembre que encontró una bala en la entrada de su casa, nueve puertas más allá de donde López fue balaceado. Oyó los disparos poco después de regresar de caminar alrededor de la cuadra con su hijo de 16 meses de edad. “Momentos después de que entramos en la casa este oficial descargó su cargador”, dijo. “El sheriff pregunta, ‘¿Y si hubiera sido un AK-47 de verdad?’ Pero yo también puedo jugar ese juego de ‘si hubiera sido’. ¿Qué hubiera pasado si me hubiera demorado en llegar a mi casa?”
Otro vecino, quien prefirió no dar su nombre a la prensa, dijo que encontró balas de la pistola del sheriff en la cocina y en el garaje de su casa cuando llegó a su hogar la noche del tiroteo.
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