El Militante (logo)  

Vol. 78/No. 11      24 de marzo de 2014

 
‘En prisión, los libros nos ayudaron
a madurar como marxistas’
(especial)
 
René González, uno de los Cinco Cubanos, habló en un evento el 20 de febrero durante la Feria Internacional del Libro de La Habana. Los panelistas, de Estados Unidos, Cuba, Rusia y Azerbaiyán, presentaron varios libros nuevos con el fin de promover la campaña de defensa (ver foto arriba). Abajo reproducimos las palabras de González; los subtítulos son del Militante.

POR RENÉ GONZÁLEZ  
Cuando leí el libro que se presenta aquí con las pinturas de Antonio, me trajo, obviamente, recuerdos del año y medio del “hueco”.

Aquí se dijo una frase —la dijo el amigo [el panelista cubano Francisco Rodríguez] que nos contó que fue a Francia y se encontró solo en un aeropuerto— y es: “La revolución no deja a sus hijos solos”.

Cuando nosotros caímos en el hueco se puso a prueba nuestra fe de que esa frase era cierta. Claro, había suficiente historia para que tuviéramos la confianza en que iba a ser así.

En aquellos tiempos del hueco yo desarrollé una admiración muy grande por Gerardo, Ramón y Fernando, porque durante dos años los tres de ellos no pudieron tener ni siquiera un mínimo contacto con sus familiares, hasta que empezó el juicio y entonces tuvieron la posibilidad de identificarse como quienes eran. Cuando yo los veía día tras día —mas allá de que yo también estaba cumpliendo mi propia tragedia familiar, impuesta arbitrariamente por los fiscales— yo no podía dejar de sentir admiración por ellos.

Cuando yo revisaba los dibujos de Tony y leía las narraciones de mis hermanos, lo primero que observé fue una cosa que a la gente le llama la atención. A mí no, porque pasé por lo mismo. Y es el desenfado, la falta absoluta de odio o resentimiento cuando ellos narran las condiciones del hueco.

A veces uno se pregunta, ¿y por qué? Porque realmente se nos maltrató bastante y se hizo todo lo posible por amargarnos.

Nos dejamos que nos amargaran

Bueno, creo que probablemente fue precisamente por esa razón. Una de las formas en que vencimos fue salir de esa situación con el espíritu elevado, sin odio o resentimiento.

Me doy cuenta de que a nosotros nos cuesta trabajo recordar aquella época sin que vengan a nuestros pensamientos las cosas más ligeras, las ocurrencias que se nos venían a la mente para poder vencer todas aquellas dificultades: los inventos que teníamos que hacer, la ingeniosidad, la jocosidad. Las cosas que aún en aquellas condiciones nos iban alegrando la vida, y por eso los fiscales no pudieran lograr lo que querían, que era quebrar nuestros espíritus, amargarnos y hacernos daño.

Cuando uno sale vencedor, no tiene por qué salir amargado. Y eso fue lo que sucedió. Nosotros los vencimos en el hueco. Los vencimos en el juicio. Y cada día que mis hermanos están en la cárcel están venciendo a los fiscales, a los jueces y a todos los que organizaron este caso amañado.

Es probable que también en eso esté un poco lo que me recordaba el amigo [el panelista ruso Viktor Avdeev], aquella hermosa novela [soviética] Así se templó el acero. Algunos dicen que eso era realismo socialista; a mí no me interesa eso. Yo sí creo que era tremenda novela, y que esa literatura, entre otras cosas, nos ayudó a crecer y a enfrentarnos al imperialismo.

Algún día cuando el capitalismo sea cosa del pasado, a los niños se les enseñará lo que era la estupidez capitalista. Pero desgraciadamente la estupidez capitalista todavía anda por todos lados y parece ser la moda. Y entonces, cuando se hace algo tan bello como Así se templó el acero, lo miramos como si fuera una cosa extraña.

El hecho es que estamos aquí, y mis amigos siguen presos, pero siguen venciendo. Y regresando a aquella época de la soledad del hueco, uno no puede dejar de percibir cómo de pronto, poco a poco, fuimos dejando de estar solos.

Aquí tenemos a Mary-Alice [Waters de la editorial Pathfinder]. Mary-Alice nos ha acompañado en todos estos años con sus libros, con su lucha: parece ser de la familia.

No hubo semana que no nos llegara el Militante con algo sobre los Cinco. Difundiendo la causa, defendiéndonos. Multiplicando nuestras palabras, nuestro pensamiento, nuestro mensaje. Durante estos más de 15 años, no ha faltado nunca la solidaridad, la presencia, el ánimo de lo que ella y sus compañeros representan. Por eso los Cinco siempre estaremos eternamente agradecidos.

Libros nos ayudaron a ver el mundo

En la cárcel, los libros de Pathfinder nos hicieron madurar, nos hicieron crecer, nos ayudaron a ver el mundo, nos ayudaron a ser más marxistas. En un medio donde todo lo que veíamos en la televisión eran tonterías, tú podías encerrarte en tu celda y coger un libro de Pathfinder y ponerte a leerlo y estabas en otro mundo.

Estabas aprendiendo, estabas analizando, estabas madurando. Cada día que leías un libro de Pathfinder eras una mejor persona. Y por eso, públicamente le tengo que darle el agradecimiento a Mary-Alice delante de todos ustedes.

El Militante se colaba en la cárcel. Mis amigos lo cogían y lo metían en la biblioteca escondido. Se los hacían quitar, y lo volvían a poner. Aquello era una lucha para que la gente leyera el Pathfinder, y la gente sí lo leía. La gente en la cárcel conocía de los Cinco por Pathfinder, y nos respetaban y nos querían más. Y eso tenemos que agradecerlo.

Lo que Mary-Alice representa es lo que ha sucedido después de aquellos años que estábamos solos, cuando todo lo que nos sostenía era la fe en la Revolución Cubana. Ha sucedido que tenemos amigos aquí de la antigua Unión Soviética. Tenemos aquí una amiga de Irán, que hace poco me presentó estos libros en farsi [una nueva edición iraní de Los Cinco Cubanos: Quiénes son, por qué les fabricaron un caso y por qué deben ser liberados]. Y eso quiere decir que la solidaridad está creciendo.

Desde luego, no podemos estar satisfechos. Hay mucho por hacer, y yo creo que este es el momento de hacerlo. Las condiciones nunca han estado mejores que ahora para seguir luchando y para enviar a la Casa Blanca el mensaje sobre los Cinco. Todo lo que hoy podamos hacer cada uno de nosotros para que el círculo de personas que conocen el caso se siga ampliando, que el círculo de la solidaridad se siga ampliando. Este es el momento de presionar a Obama.

Debemos ir más allá de la izquierda

Necesitamos de la solidaridad de todos. Necesitamos de que esa solidaridad vaya más allá de la izquierda.

Tenemos que ir más allá de las personas a las que ya conocemos y extendernos hacia los que no conocemos. Hacia aquellos a los que inclusive a veces sentimos un poco de temor porque a lo mejor no coinciden con nosotros. Un libro como este, con las pinturas de Tony, puede llegar al corazón de cualquier persona decente más allá de sus ideas políticas.

Yo quiero terminar aquí, porque se convocó a que hagan preguntas y comentarios. De seguro que van a hacer preguntas. Lo único que me interesa añadir es que, si pasan por el Museo de Bellas Artes, van a ver a otro gran amigo, a otro gran cubano, Kcho, preparando una réplica exacta del hueco. Esa réplica próximamente se abrirá para que el público pueda pasar por allí.

Kcho está desarrollando toda esa imaginación y esa capacidad para el trabajo que él tiene. Los convocamos a que la vean y sean parte de esa experiencia. Esperamos que muchos visitantes en Bellas Artes lo vean. Esperamos que sea un instrumento en esta lucha.

Pero repito, el principal instrumento somos nosotros: son ustedes y las personas a las que ustedes puedan llegar de cualquier forma. Necesitamos la solidaridad del mundo sobre la Casa Blanca. Y para eso contamos con ustedes.
 
 
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