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Injerencia de Moscú incita protestas en Ucrania, Rusia
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AP/Alexander Zemlianichenko
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Más de 10 mil personas en Moscú protestan el 13 de abril contra intervención rusa en Ucrania.
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POR JOHN STUDER
Pequeñas unidades paramilitares pro-Moscú se han tomado edificios gubernamentales y de la policía en varias ciudades en el éste de Ucrania, incluyendo Donetsk, Horlika, Kramatorsk y Mariupol. Estas provocaciones son parte de una operación del gobierno capitalista en Rusia para destabilizar a Ucrania, crear un pretexto para una nueva intervención y asestar golpes al movimiento popular que ha movilizado a miles de personas, tanto de habla ucraniana como de habla rusa, y que derrocó al gobierno del presidente Victor Yanukovich.
Provocaciones similares en Crimea sirvieron como preludio a la anexión por parte de Moscú de la península de Crimea el mes pasado y la movilización de 40 mil soldados rusos a la frontera oriental de Ucrania, donde permanecen hasta hoy.
Trabajadores y otros han estado organizando unidades de autodefensa locales en respuesta a las continuas provocaciones. “Lo que ocurrió en Zaporizhzhia es instructivo”, informó Euromaidan PR el 16 de abril. “Los manifestantes pro-rusos resultaron ser en su mayoría miembros de una banda de delincuentes locales, pagados para crear problemas. Miles de personas salieron a rodearlos. No es ningún secreto que la gente se está organizando y armándose en el este del país en grupos partisanos pro Ucrania”.
“En Severodonetsk y Lysychansk, las fuerzas del orden y los mineros trabajaron en estrecha colaboración para detener todos los intentos de separatismo”, informó Voces de Ucrania el 15 de abril.
En general, las fuerzas de la policía en el este —que no han cambiado desde el derrocamiento de Yanukovich— o permitieron o ayudaron a organizar las provocaciones. Una gran mayoría de los policías en Donetsk desertaron y se unieron a las fuerzas apoyadas por Moscú, tomaron el edificio de la administración regional y pidieron al presidente ruso Vladimir Putin que envié tropas.
En Lugansk, a 35 millas de la frontera con Rusia, más de mil personas salieron a las calles para protestar contra las provocaciones el 13 de abril. Concurridos mítines también tuvieron lugar en Odessa y Zaporizhzhya. Más de mil personas se manifestaron en Kharkiv el 12 de abril. Y cientos de mineros y otras personas se manifestaron en la plaza municipal en la ciudad minera oriental de Krivii Rih.
“Hemos estado en contacto con los mineros en Lugansk, Donetsk y otras ciudades”, dijo al Militante Yuriy Petrovych, presidente del Sindicato Independiente de Mineros de Ucrania en Krivii Rih el 9 de abril. “Sabemos lo que está en juego y estamos decididos a luchar para mantener una Ucrania unida”.
“Estamos organizados para evitar que las fuerzas rusas o de sus partidarios tomen cualquier edificio del gobierno aquí”, dijo Petrovych. “El día de hoy oímos sobre la posibilidad de un ataque en la plaza de la ciudad y movilizamos a nuestros grupos de autodefensa hacia allá. Las fuerzas rusas no se aparecieron. La gente sabe que aquí estamos preparados”.
En Moscú el 13 de abril más de 10 mil personas se unieron a una “marcha por la verdad”, en protesta a la intervención rusa en Ucrania y el aluvión de mentiras de los medios de comunicación respaldados por el gobierno. La Unión de Periodistas rusa fue uno de los organizadores de la protesta. Protestas similares se dieron en San Petersburgo y en otras ciudades de Rusia.
La prensa dominada por el gobierno ruso dice que Ucrania está ahora controlada por una “junta” de fascistas y antisemitas bajo el control de Washington y representa una amenaza para las personas de habla rusa en el país.
“Yo estaba en Kiev. Le aconsejo a cualquier persona que aún no ha estado allí, que vaya para allá”, dijo Nadya Tolokonnikova, integrante del grupo Pussy Riot el 1 de abril. “Está tranquilo en Kiev. No fui atacada ni una sola vez por ‘bandas de neonazis’”.
Tolokonnikova viajó a Kiev con Maria Alyokhina también de Pussy Riot. Las dos estuvieron en prisiones rusas por cargos de “vandalismo motivado por odio religioso” por haber realizado una manifestación dentro de la catedral cristiana ortodoxa de Moscú en 2012 en contra de la represión del gobierno y el creciente poder político de la jerarquía eclesiástica.
“Hablé en ruso y no me dieron una bofetada en la cara”, dijo Tolokonnikova. “Recibí sonrisas y palabras de agradecimiento de que hay rusos que no apoyan el agresor Putin… El Maidan es un lugar con un poder increíble”.
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