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Resistencia a provocaciones
de Moscú crece en Ucrania
Mineros organizan auto defensa, protestas
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Manifestación el 17 de abril en Donetsk, en el oriente de Ucrania, contra provocaciones de las fuerzas apoyadas por Moscú que han ocupado edificios gubernamentales en varias ciudades.
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POR JOHN STUDER
Más de 5 mil mineros, estudiantes y otros trabajadores se manifestaron el 17 de abril en Donetsk, Ucrania, en una muestra de la creciente oposición en el oriente del país a las provocaciones de las fuerzas respaldadas por Moscú. Acciones similares tuvieron lugar en Luhansk, Kramatorsk y otras ciudades orientales.
Desde el 6 de abril pequeñas bandas dirigidas por tropas armadas con uniformes sin insignias comenzaron a apoderarse de edificios administrativos del gobierno y estaciones de policía, proclamándose a favor de una República Popular de Donetsk independiente y pidiendo la intervención militar rusa. Alrededor de 40 mil efectivos militares rusos han estado desplegados a lo largo de la frontera con Ucrania desde marzo.
Entre las fuerzas organizadas por el gobierno ruso se encuentran los “titushkis” locales —matones lumpen contratados— y pequeños grupos de partidarios del gobierno ruso del presidente Vladimir Putin. Han estado construyendo barricadas, robando armas de las oficinas gubernamentales, intimidando a los residentes y agrediendo a los partidarios de una Ucrania unida.
Algunos trabajadores, especialmente los miembros del Sindicato Independiente de Mineros de Ucrania, el sindicato más grande del país, han organizado unidades de autodefensa para contrarrestar los ataques a la soberanía de Ucrania. En Dnepropetrovsk, por ejemplo, unas 15 unidades compuestas por alrededor de 100 combatientes voluntarios controlan nueve retenes en las entradas a la ciudad, informó Dmitry Tymchuk, quien estableció el Centro de Investigación Militar y Política en Kiev en febrero para contrarrestar la propaganda del gobierno ruso sobre la invasión de Crimea por Moscú. Anteriormente, el trabajó en el Ministerio de Defensa de Ucrania.
“La gente de aquí están diciendo ‘Basta’ ”, dijo Mykola Volynko, presidente de la Unión Independiente de Mineros de la región de Donbass del este, el 9 de abril, a TV Rain, la estación de televisión rusa de oposición,. “Vamos a construir una nueva Ucrania… Estamos defendiéndonos a nosotros mismos y a nuestras familias, y queremos vivir en un estado normal”.
Las acciones de bandas de matones apoyadas por Moscú han hecho que un número creciente de personas se sume en contra de la intervención del gobierno ruso, a pesar de estar inundados por la propaganda de la televisión rusa que ha estado difamando a los manifestantes que derrocaron al presidente Yanukovych como “fascistas y antisemitas”.
“Hay mucha gente aquí”, dijo Grigory Burchik, de 22 años, a SETimes en una manifestación el 17 abril en Donetsk. “Pero sé que aún más personas apoyan la independencia de Ucrania… Muchos le temen a las fuerzas que apoyan al Kremlin”.
“La mayoría silenciosa de ciudadanos neutrales que están acostumbrados a adaptarse a cualquier circunstancia ahora está experimentando una enorme revolución mental”, escribió Sasha Popov en una nota en Facebook desde Kramatorsk el 17 de abril, la cual fue publicada en el sitio web de Euromaidan PR. “Y el hecho de que la columna vertebral de los separatistas rusos está constituida por conocidos criminales locales destruye las ilusiones que aun existen”.
En Slovyansk, una de las ciudades que las fuerzas pro-Moscú han controlado con apoyo de la policía local, pandillas atacaron barrios que son predominantemente romaníes, una nacionalidad oprimida en toda Europa. Diciendo que estaban operando bajo ordenes de Vyacheslav Ponomarev, el autoproclamado “nuevo alcalde”, los pandilleros golpearon a mujeres y a niños y se llevaron sus pertenencias, relataron en un blog del 19 de abril Yevhen Bystrytsky, director ejecutivo de la Fundación Internacional del Renacimiento y Olga Zhmurko, directora de la Iniciativa Programática para los Romaníes de Ucrania de ésta fundación.
El vicepresidente de Estados Unidos Joseph Biden viajó a Kiev el 21 de abril como una muestra tibia de apoyo al gobierno interino de Ucrania, y llevó una miserable oferta de 50 millones de dólares en ayuda destinada para la “reforma económica y política”.
Kiev ha aceptado una serie de medidas destinadas a hacer que los trabajadores paguen por la aplastante deuda de Ucrania a cambio de 18 mil millones de dólares en garantías de préstamos prometidos por el Fondo Monetario Internacional. Las medidas incluyen un aumento en los precios del gas y la calefacción equivalentes a un aumento del 50 por ciento para el 1 de mayo, y el 120 por ciento en cuatro años. Se ha congelado el salario mínimo, aprobado una reducción del 10 por ciento en las pensiones de los empleados públicos y los fondos para gastos sociales se han recortado. Se espera que el establecimiento de un tipo de cambio de moneda flexible causará un aumento en la inflación de 12 al 16 por ciento este año.
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