Vol. 78/No. 28      4 de agosto de 2014

Militante/Deborah Liatos

Cientos protestan en Staten Island, 19 de julio, por la muerte de Eric Garner por policías.

En un video grabado por testigos se puede escuchar a Garner, de 43 años, decir a dos policías encubiertos, “cada vez que me ven, se quieren meter conmigo. Estoy cansado de eso, ya basta”. “No me estoy metiendo con nadie, por favor déjenme en paz”. Luego, el policía encubierto Daniel Pantaleo agarró a Garner por detrás por el cuello, y con la ayuda de otros tres policías, lo arrojaron al suelo y lo sujetaron con una llave presionándole el pecho.

Después de soltar la llave estranguladora, Pantaleo golpeó la cabeza de Garner contra la acera mientras los otros policías lo esposaban. “No puedo respirar, no puedo respirar”, se oye decir a Garner repetidamente a los policías.

Garner empezó a echar espuma por la boca. Los policías llamaron a una ambulancia, y el personal médico de emergencia le tomó el pulso, pero no le dieron tratamiento médico antes de tirarlo en una camilla. Fue declarado muerto a su llegada al hospital.

El 19 de julio el departamento de policía anunció que Pantaleo fue despojado de su arma y su placa y fue asignado a trabajo de oficina. Otro policía también fue asignado a tareas administrativas. Dos técnicos de emergencias médicas y dos paramédicos empleados por el Centro Médico de la Universidad de Richmond han sido suspendidos sin goce de sueldo.

“Estos policías deben ir a la cárcel, no a trabajo de oficina con goce de sueldo”, declaró Herman Perrilo, un trabajador municipal que asistió a la manifestación.

“Esto fue brutalidad policiaca sin duda”, dijo al Militante Joseph Evans, un mecánico de automóviles. “Algunas personas dicen que la brutalidad policiaca es una cosa racial, pero yo también he sido golpeado por la policía”, dijo Evans, quien es caucásico.

El uso de llaves estranguladoras está prohibido según las regulaciones del Departamento de Policía de Nueva York. Más de mil denuncias por el uso de llaves estranguladoras han sido presentadas ante la Junta de Revisión de Quejas Civiles entre 2009 y 2013, informó el New York Times. La junta ha dicho que sólo se han comprobado nueve de esas quejas.

El alcalde Bill de Blasio retrasó sus vacaciones programadas a Italia por un día para hablar con el comisionado de policía William Bratton y otros funcionarios de la ciudad sobre la muerte de Garner. En una rueda de prensa en Italia el 21 de julio le preguntaron a De Blasio si pensaba que los policías implicados deberían ser despedidos. “Yo le dejo al comisionado Bratton las acciones específicas dentro del departamento de policía”, dijo de Blasio. “Tengo una fe absoluta en su juicio”.

Antes de que de Blasio partiera a Italia, Bratton dijo que el departamento de policía llevaría a cabo un “reentrenamiento, si es necesario”, pero que como mínimo emitiría “un recordatorio sobre la política del departamento” con respecto al uso de llaves estranguladoras.  
 
 
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