Vol. 78/No. 32 15 de septiembre de 2014
POR BRIAN WILLIAMS
Combatientes kurdos, que han estado dirigiendo la batalla contra el Estado Islámico en Iraq, siguen asestándoles golpes al grupo reaccionario mientras luchan al lado de un nebuloso conjunto de fuerzas y avanzan su lucha por una nación independiente. Mientras tanto el apoyo para aumentar la intervención militar estadounidense está creciendo entre la clase gobernante.
El asedio por las fuerzas del Estado Islámico del pueblo de Amerli, a unas 100 millas de Bagdad, que duró dos meses, fue repelido el 31 de agosto con un ataque encabezado por fuerzas kurdas del Peshmerga conjuntamente con milicias chiitas apoyadas por Irán; tropas del ejercito iraquí y bombardeos aéreos de Washington. Alrededor de 17 mil chiitas turcos estaban atrapados en el pueblo.
Fuerzas kurdas también entraron en la provincia de Diyala, retomando tres pueblos en el área de Jalawla, un camino estratégico hacia Bagdad el 25 de agosto, que estaban bajo control del Estado Islámico, reportó el Daily Star de Líbano.
En una declaración del 26 de agosto, el Secretario de Defensa Charles Hagel dijo que siete países se habían comprometido a suministrar armas y municiones a los combatientes kurdos: Albania, Canadá, Croacia, Dinamarca, Francia, Italia y Gran Bretaña. Funcionarios del gobierno alemán anunciaron el 31 de agosto los planes para proveer al Peshmerga con miles de ametralladoras y granadas de mano, así como centenares de misiles anti-tanques. La Casa Blanca ha “decidido adoptar una táctica de trabajar en coalición internacional”, reportó el sitio en la Internet The Hill, con la esperanza de fortalecer el gobierno central iraquí dominado por chiitas en Bagdad y contrarrestar la creciente fuerza de los kurdos.
Mientras Washington bombardea blancos del Estado Islámico, las milicias chiitas alineadas con Teherán están peleando contra ellos en el terreno. Los funcionarios gubernamentales insisten que no están trabajando conjuntamente. “Estamos trabajando con el gobierno iraquí y con el Peshmerga en Iraq. Eso es todo”, dijo al New York Times un portavoz de la administración no nombrado.
El gobierno norteamericano esta contemplando desplazar más fuerzas especiales para identificar blancos del Estado Islámico y dirigir los bombardeos. También se está considerando obtener la autorización del congreso para el uso ilimitado de fuerza contra las fuerzas del Estado Islámico tanto en Iraq como en Siria, dijo un funcionario no identificado de la administración al Washington Post.
Según una reciente encuesta del Pew Research, el porcentaje de personas en Estados Unidos que cree que el gobierno está haciendo poco para “ayudar a resolver los problemas del mundo” aumentó de 17 por ciento en noviembre de 2013 a 31 por ciento hoy. El cambio de opinión pública refleja la creciente oposición entre la clase gobernante a la reticencia de la Casa Blanca de emprender una mayor intervención contra las fuerzas del Estado Islámico. Obama ha sido fuertemente criticado por una gama de políticos y medios capitalistas por haber dicho en una rueda de prensa el 28 de agosto que “Aun no tenemos una estrategia”.
“Es demasiado tarde para estar debatiendo sobre ‘un Iraq’ versus ‘tres Iraqs’, escribió John Bolton en el National Review el 25 de agosto, “por que animosidades feroces ya de hecho dividieron a Iraq entre el Kurdistán y el resto de mayoría árabe. La única cuestión pendiente es si las tierras árabes se dividirán en dos, uno mayormente sunitas y el otro principalmente chiita”.
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