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Vol. 78/No. 39      3 de noviembre de 2014

 
Apoyemos a los luchadores
kurdos en Kobani
(Editorial, portada)  

Los luchadores kurdos que están defendiendo Kobani, una ciudad en el norte de Siria en la frontera con Turquía, están resistiendo heroicamente contra el Estado Islámico, inspirando manifestaciones de solidaridad por todo el mundo, desde ciudades en Turquía hasta una concentración de 20 mil personas en Dusseldorf, Alemania, y acciones en Gran Bretaña, Francia, Afganistán y Estados Unidos.

La batalla por Kobani ha puesto al descubierto el carácter imperialista de la escalada bélica de Washington en Iraq y Siria, así como la capacidad de los kurdos, con su largo historial de lucha contra la opresión de los gobernantes capitalistas de Turquía, Iraq, Irán y Siria.

El Estado Islámico lanzó su ofensiva contra Kobani el 15 de septiembre, anticipando una campaña corta y jactándose de que celebrarían Eid-al-Adha el 4 de octubre en las mezquitas de la ciudad. Durante semanas los funcionarios y la prensa de Estados Unidos han estado echando lágrimas de cocodrilo por la inminente caída de Kobani y la subsecuente matanza de kurdos, incluyendo a miles de civiles atrapados.

Las fuerzas kurdas se ven superadas en más de 3 a 1, cuentan con armas ligeras y están enfrentando un ejército equipado con tanques y artillería pesada. Sin embargo, después de más de un mes, las milicias kurdas, organizadas por los Comités para la Protección del Pueblo Kurdo (YPG), han mantenido el terreno contra el Estado Islámico, y durante la última semana luchadores kurdos, tanto hombres como mujeres, han logrado forzar el retiro de las fuerzas reaccionarias de posiciones claves.

Kobani se encuentra rodeada por miles de combatientes del Estado Islámico hacia el sur, este y oeste. Al norte, el gobierno turco ha desplazado sus tropas a lo largo de la frontera, previniendo que miles de kurdos, deseosos de unirse a la lucha puedan entrar a la ciudad sitiada. Por otro lado el Estado Islámico ha reforzado su posición con más efectivos y armamentos.

El rechazo de Ankara de permitir que los kurdos entren en Kobani a través de la frontera turca ha provocado protestas de kurdos en 35 provincias turcas. Las autoridades turcas han respondido con brutal represión. Hasta el 10 de octubre habían muerto más de tres docenas de personas, cientos han sido heridos y más de mil han sido detenidos, según el Hurriyet Daily News de Turquía.

El 14 de octubre aviones turcos bombardearon la población turca de Daglica en el sudeste, atacando a los miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), después de que el grupo intercambiara fuego con tropas turcas. El PKK estuvo involucrado en una lucha armada de tres décadas por los derechos de los kurdos y por mayor autonomía en Turquía. Más de 40 mil personas murieron en el sangriento conflicto, antes de ser suspendido por un alto al fuego en 2013. El PKK, tachado de organi-zación terrorista por los gobiernos de Ankara, Washington y la Unión Europea, tiene lazos con el YPG en Siria.

“Kobani no atraviesa una tragedia”, dijo anónimamente a la BBC un representante del gobernante Partido Justicia y Desarrollo de Turquía. “Lo que hay es una guerra entre dos grupos terroristas”.

“Kobani no define la estrategia de la coalición”, dijo el secretario de estado John Kerry en El Cairo el 12 de octubre. “Kobani es una comunidad y lo que está sucediendo allí es una tragedia, no podemos menoscabar eso… Mientras tanto, ISIL [Estado Islámico] tiene la oportunidad de sacar ventaja del tiempo que nos está llevando organizar una respuesta”.

A pesar de no ser una prioridad estratégica, los gobernantes de Estados Unidos preferirían que Kobani no cayera en manos del Estado Islámico. Aviones de guerra de Estados Unidos han extendido recientemente sus ataques aéreos contra posiciones del Estado Islámico en las inmediaciones de la ciudad.

Los kurdos en su lucha continua, representan el mayor obstáculo al Estado Islámico, así como a los intereses de los propietarios gobernantes tradicionales de la región y las potencias imperialistas de América y Europa.

Esta es la fuente del dilema sobre Kobani. Si el Estado Islámico toma la ciudad, reforzará su posición. Una victoria kurda en Kobani galvanizaría la lucha kurda. Pero ya sea si Kobani cae o no en el futuro inmediato, la lucha de los kurdos está solo comenzando.

La lucha que los kurdos han venido librando por décadas y su posible impacto en la región son obvios para el pueblo trabajador cuando ven los telereportajes o fotografías de los combatientes kurdos, incluyendo el hecho frecuente de la presencia de mujeres combatientes. Esta imagen por sí sola infunde temor no solo en los reaccionarios seguidores del Estado Islámico y los grupos al-Qaedistas.

La guerra que libran los combatientes kurdos contra el Estado Islámico, así como la lucha del pueblo kurdo contra la discriminación y la opresión nacional, merecen el apoyo del pueblo trabajador mundialmente. Son parte de una lucha más amplia para fortalecer la confianza, solidaridad y combatividad de los trabajadores, los agricultores, las mujeres y el pueblo oprimido por toda la región.  
 
 
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