Vol. 79/No. 7 2 de marzo de 2015
La muerte de Zambrano Montes fue captada en video, el cual ha sido ampliamente visto por todo el país a través del Internet. Se ve que Zambrano Montes tenía sus manos claramente extendidas y visibles, y estaba obviamente desarmado, al momento de ser matado a tiros.
Esta fue la cuarta muerte a tiros a manos de la policía de Pasco desde el verano pasado.
Pasco, a orillas del río Columbia en el este del estado de Washington, es una zona agrícola donde la manzana y el espárrago son cultivos claves. Zambrano Montes, de 35 años, era un trabajador indocumentado que llegó a la región desde México en la década anterior. Trabajó en la pizca de la manzana hasta que se rompió las dos muñecas en una caída de una escalera en el trabajo. Más de la mitad de los 68 mil residentes de Pasco son hispanos. La fuerza de la policía es mayormente caucásica.
Eduardo Baca, el cónsul del gobierno mexicano en Seattle, escribió una carta al jefe de la policía de Pasco Robert Metzger para expresar su “profunda preocupación por el uso injustificado de fuerza letal contra un desarmado de nacionalidad mexicana por agentes de la policía”.
“Sean respetuosos y no violentos. No se trata de color sino de derechos humanos”, declaró una carta de la familia Zambrano Montes que fue leída por María Madrigal-Zambrano, una prima de Antonio, a los que estaban en la protesta. “La justicia para la madre de Antonio sería que se procesaran a los tres que estaban en el incidente, los tres que lo mataron, de la misma manera que procesarían a un ciudadano normal o a un ser humano normal.”
El forense del condado de Franklin, Dan Blasdel, anunció el 13 de febrero que iba a convocar una indagación pública para investigar el tiroteo. Dijo a la prensa que esperaba que al menos la mitad del panel de seis personas esté compuesto por latinos del área. “Lo principal es que no queremos otro Ferguson en Pasco”, le dijo a Prensa Asociada.
Muchos manifestantes, que habían venido desde todo el estado, dijeron que habían decidido participar a causa de las protestas el año pasado contra las muertes a manos de la policía de Michael Brown en Ferguson, Missouri, y Eric Garner en Staten Island, Nueva York.
“No asistí a las manifestaciones en Seattle en torno a los eventos de Ferguson porque estaba en el trabajo”, dijo al Militante Phillip Blake, un conductor de autobús para el Metro de Seattle y miembro del sindicato del transporte ATU. “Me parecía importante estar en ésta. ¡Basta ya¡”
“Podía haber sido alguien de mi familia, o incluso yo”, dijo Martín Negrete, un miembro de MEChA, un grupo estudiantil chicano en la Universidad de Eastern Washington, a este reportero. “Todos somos un ser humano, y nos merecemos igualdad plena”.
“Yo estuve en Iraq. Nos podían procesar por dispararle a alguien por haber lanzado piedras”, dijo Nicholas Lambert, un estudiante en el programa de trabajo social de la Universidad de Walla Walla, y agregó que estaba indignado por la balacera. “¿Por qué debe haber estándares diferentes para la policía?”
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