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Vol. 79/No. 8      9 de marzo de 2015

 
(especial)
‘Absueltos por la Solidaridad’
Los 5 Cubanos están libres

Nuevo libro es arma para defender la revolución
 
El 17 de diciembre, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero fueron puestos en libertad, y pudieron unirse a René González y Fernando González en Cuba, poniendo fin a los 16 años de encarcelamiento en Estados Unidos de los Cinco Cubanos bajo cargos falsos.

A continuación, el Militante presenta tres secciones de Absueltos por la solidaridad: 16 acuarelas por 16 años de injusta prisión de los Cinco Cubanos, publicado recientemente por Pathfinder Press. Absueltos por la solidaridad contiene 16 pinturas nuevas de Guerrero sobre la historia del caso amañado contra los Cinco, el juicio y condena por el gobierno estadounidense. “Todo lo que se pretendía con aquellas descomunales e injustas sentencias era castigar a Cuba”, explica Guerrero.

El libro, que incluye cartas y documentos, resalta la firmeza, dignidad, valentía y disciplina de los Cinco, que fueron clave para ganar su libertad y demostrar al mundo lo que es ser un revolucionario y comunista.

Los Cinco han declarado que están listos para aceptar cualquier nueva misión en la lucha para defender la revolución socialista de Cuba.


Nos dirigimos directamente al pueblo norteamerican
El 20 de junio de 2001, mientras esperaban las sentencias después de que una corte federal en Miami los declarara culpables, los Cinco Cubanos se dirigieron por primera vez al pueblo de Estados Unidos, denunciando el caso amañado. Su declaración fue publicada en el diario cubano Granma. Como represalia, las autoridades norteamericanas nuevamente les confiscaron todos sus efectos personales y los regresaron al “hueco” por 48 días más. A continuación presentamos fragmentos mayores.

Cinco cubanos leales a su pueblo, que durante 33 meses y cinco días hemos soportado el riguroso encierro en las celdas de una prisión de otro país cuyas autoridades son hostiles al nuestro, y donde hemos sido juzgados después de un largo y escandaloso proceso mediante procedimientos, métodos y objetivos de carácter absolutamente políticos y bajo un verdadero diluvio de propaganda malintencionada y fraudulenta, hemos decidido dirigirnos directamente al pueblo norteamericano para hacerle conocer que hemos sido víctimas de una colosal injusticia.

Se nos acusó de poner en peligro la seguridad de Estados Unidos, imputándonos numerosos cargos, e incluso delitos como la conspiración para asesinar, los que, por su incuestionable falsedad, no fueron ni podrán ser probados, y por los cuales podemos ser sancionados a decenas de años de prisión y a cadenas perpetuas.

Un jurado constituido en Miami —y esto lo explica por sí mismo—nos declaró culpables de todos los cargos que se nos imputaban. Somos patriotas cubanos que nunca tuvimos la intención de dañar los valores del pueblo norteamericano ni su integridad.

Sin embargo, nuestro pequeño país, que heroicamente ha sobrevivido durante 40 años a agresiones y amenazas a su seguridad, planes de subversión, sabotajes y a la desestabilización interna, tiene derecho a defenderse de sus enemigos, que utilizan el territorio norteamericano para planear, organizar y financiar actos terroristas violando las propias leyes internas que los prohíben…

Nunca hicimos nada por dinero y siempre vivimos modesta y humildemente, a la altura del sacrificio que realiza nuestro pueblo.

Nos guió un fuerte sentimiento de solidaridad humana, amor a nuestra patria y desprecio por todo lo que no respete la dignidad del hombre.

Los acusados en esta causa no nos arrepentimos de lo que hemos realizado para defender a nuestro país. Nos declaramos totalmente inocentes. Nos reconforta el deber cumplido con nuestro pueblo y nuestra patria. Nuestras familias comprenden el alcance de las ideas que nos han guiado y sentirán orgullo por esta entrega a la humanidad en la lucha contra el terrorismo y por la independencia de Cuba.

René González, Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino

‘Recuerden siempre, a la patria no se le traiciona’
RAMÓN LABAÑINO
En aquel período en que los cinco bajábamos juntos a la corte de Miami durante nuestro largo juicio de casi siete meses, desde el 27 de noviembre del año 2000 hasta junio de 2001, tuvimos muchos encuentros con personas que de alguna manera u otra nos expresaban su apoyo y solidaridad. Incluso nos expresaban su cariño por Cuba y por nuestro comandante en jefe, Fidel.

Eran detalles que nos llenaban de orgullo, de fuerza, de alegría en medio de todo aquel escenario.

Recuerdo en especial a un cubano, algo mayor de edad, que al cruzarse con nosotros y reconocernos, intercambió algunas palabras de lejos con nosotros (pues él iba en dirección contraria y estaba esposado también). En esencia nos dio su apoyo, que nos mantuviéramos fuertes —“¡Fuerte ahí!” como decimos los cubanos criollos—que Fidel no nos abandonaría. Y mientras se alejaba ya a toda prisa rodeado de los carceleros, nos gritó, “Y recuerden siempre, a la patria no se le traiciona”.

Aquel encuentro, aquella frase sobre todo, nos impresionó profundamente dadas las circunstancias, las personas y el lugar, pero por sobre todas las cosas porque es la frase que llevamos en el centro del pecho cada día de nuestras vidas.

Después, a lo lejos y mientras se alejaba, solo pudimos gritarle las gracias.

FCI Ashland, Kentucky 6 de noviembre de 2014


No tengo nada de qué arrepentirme
GERARDO HERNÁNDEZ
En abril de 2009, desde la penitenciaría federal de Victorville en California, Hernández le concedió al documentalista Saul Landau una entrevista telefónica. La entrevista se publicó en su totalidad en español e inglés en Progreso Semanal/Weekly, revista digital basada en Miami, y en el Militante. El fragmento a continuación relata la postura que tomó Hernández frente a los intentos del gobierno norteamericano de chantajear a los cinco revolucionarios para que traicionaran y “cooperaran” con la fiscalía a cambio de sentencias menos severas.

SAUL LANDAU: ¿Usted habló con los fiscales?

GERARDO HERNÁNDEZ: No, todo se realiza a través de los abogados. Al principio tuve una conversación con el abogado. Él nos plantea la posibilidad de cooperar con la investigación, que cooperara con el gobierno. No sé si eso fue una idea de la fiscalía a través de él. Yo le dije que si él aspiraba a seguir siendo mi abogado, ese era un tema que no debíamos tocar nunca más, y él no volvió a hablarme de eso. Pero más adelante sí hubo los llamados “plea agreements” que se ofrecieron para que uno se declarara culpable y cooperara. En nuestros casos todo fue rechazado. Pero no tuvimos contacto directo con la fiscalía.

LANDAU: ¿Nunca se le ocurrió traicionar para escapar de la pesadilla que nos cuenta?

HERNÁNDEZ: Mire, ya son más de 10 años que llevamos en la prisión. Muchas personas que conocen el caso me dicen, “Cuba debe haberte pagado mucho dinero para que hicieras esto”. Yo siempre me río y digo, “Si lo hubiera hecho por dinero, no estaría aquí.” Porque cuando uno trabaja por dinero, lo hace para el que pague mejor. Y Cuba jamás en la vida podría pagar lo que puede pagar este país. Si hubiera aceptado la oferta de ellos, me hubiera ahorrado 10 años de mi vida en prisión sin ver a mi esposa. Muchas personas no entienden eso, personas que se han criado con la idea de que el dinero es todo en la vida.

La idea de traicionar nunca me pasó por la mente. Es tan obvio que hasta me cuesta trabajo explicarlo. Sería traicionar no solo a mí mismo como persona, como revolucionario, sino traicionar a un país completo, a mi familia. Sería traicionar a todos los cubanos que en ciento y tantos años de revolución, desde la primera guerra independentista de Cuba en 1868, han dado sus vidas porque ese país sea libre, sea independiente y conserve su soberanía.

Yo estaba bien claro desde el primer momento que lo que yo hacía no estaba mal hecho. Me apena haber violado algunas leyes, pero fue por lograr un bien mayor y por absoluta necesidad. Así que no tengo nada de qué arrepentirme.
 
 
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