Vol. 79/No. 38 26 de octubre de 2015
La manifestación fue organizada para exigir que las autoridades prohíban que la empresa transporte mercancías peligrosas a través de la ciudad hasta que las vías sean reparadas y reconstruidas para que estén seguras.
El 6 de julio de 2013 un tren cargado de petróleo fuera de control rodó colina abajo por siete millas, se descarriló y explotó, matando a 47 personas y destrozando el centro de Lac-Mégantic.
El gobierno federal ha presentado cargos contra el maquinista del tren Thomas Harding y el despachador de trenes Richard Labrie, ambos miembros del sindicato del acero USW, acusándolos falsamente por el desastre. Ambos enfrentan posibles cadenas perpetuas, junto con Jean Demaître, un administrador de la ahora extinta compañía ferroviaria Montreal, Maine and Atlantic Railway.
“Los trabajadores ferroviarios se preocupan de su propia seguridad y la seguridad de otros”, dijo Thomas Walsh, el abogado de Harding, a la manifestación.
Harding es considerado por casi todos en la ciudad como un chivo expiatorio de los verdaderos responsables del desastre: los patrones ferroviarios y su aliado obediente en el gobierno, Transport Canadá.
“Nuestra meta no es detener los trenes, ni detener el transporte de petróleo”, dijo André Blais, de la coalición organizadora de la acción. “Nuestra meta es obligar a la empresa y al gobierno a asumir la responsabilidad por lo que sucedió en 2013 y obligarlos a evitar que suceda de nuevo”.
En la marcha participó un contingente compuesto de mujeres vestidas con camisetas blancas con los nombres de los parientes fallecidos en el incendio. “Mis seres queridos murieron. Son la razón por lo que esto no puede volver a ocurrir”, decían las camisetas en la espalda.
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