WASHINGTON—Más de 100 mil personas se congregaron en la Explanada Nacional de esta ciudad para la marcha “Justicia o Verás” el 10 de octubre. Convocada por Louis Farrakhan, el dirigente de la Nación del Islam, también fue proyectada como una conmemoración de la Marcha del Millón de Hombres celebrada en 1995.
Muchos de los participantes vieron el acto como una manera de impulsar la lucha contra la brutalidad policial. Se podían ver en la multitud carteles y camisetas con fotos de personas muertas a manos de la policía.
Otros vinieron para reafirmar el tema de la manifestación del 16 de octubre de 1995 cuando cientos de miles de trabajadores, jóvenes y hombres de la clase media africano-americanos acudieron para demostrar el orgullo negro y rechazar una imagen de los hombres negros como delincuentes violentos y como una “subclase” irresponsable.
La masiva participación en 1995 reflejó los avances irreversibles del movimiento de masas dirigido por la clase obrera que derrocó el sistema de segregación de Jim Crow en los años 50 y 60. Esa victoria fortaleció a la clase trabajadora y transformó las posibilidades para una acción unida entre los trabajadores por encima de las divisiones racistas creadas por los gobernantes capitalistas.
En la tarima del acto Justicia o Verás se encontraban familiares de personas muertas a manos de la policía o de justicieros, incluyendo a Michael Brown, Sr., padre de Michael Brown; Sybrina Fulton, madre de Trayvon Martin; y Sharon Cooper, hermana de Sandra Bland, quien murió bajo custodia policial en Texas. “El mundo nos ha demostrado que tenemos que controlar nuestra propia narrativa. Quiero agradecerles, y si les podría pedir que hagan una cosa, es decir su nombre”, dijo Cooper. “Sandra Bland”, respondió la multitud.
Shawnette Richardson, una trabajadora de McDonald’s que participa en la Lucha por 15 dólares en Brooklyn, y su hijo de 18 años se unieron a un grupo de trabajadores de comida rápida y otros participantes de las protestas de Las Vidas de los Negros Sí Importan para ir a Washington. Ella le dijo al New York Daily News que más allá de la lucha para aumentar los salarios, “mis niños, todos los niños, merecen ser respetados y estar seguros. No merezco tener que preocuparme cada vez que mi hijo sale de la casa”. Estas luchas son “la misma”, dijo.
Los organizadores del acto, empezando con Farrakhan, no presentaron un camino a seguir, sino más bien las propuestas pro-capitalistas de “esfuerzo personal” promovidas por la Nación del Islam.
El acto fue marcado por el reciente aumento de la resistencia a las condiciones que enfrentan los trabajadores. La explosión de las protestas de Las Vidas de los Negros Sí Importan ha tenido un impacto. Las luchas contra la brutalidad policial, el encarcelamiento masivo y las condiciones en las prisiones se han entrelazado con las luchas para aumentar el salario mínimo y por la sindicalización.
“Vine para encontrar a otros que quieren luchar contra la injusticia perpetuada por la policía y otras injusticias y para que la gente sepa lo que le pasó a mi hijo”, dijo Delphine Matthews, la madre de Frank McQueen, muerto por la policía en Chester, Pensilvania, el 2 de junio de 2014. Ella distribuyó volantes sobre su muerte y sobre la organización creada por ella para luchar contra la injusticia policial: Dirección, Voz y Luz.
“Probablemente la mejor cosa que sucedió en 2015 fue que se bajara la bandera rebelde”, dijo Todd Barber, quien manejó con 11 amigos desde Forest, Mississippi. “Hay que recordar la violencia que representaba. Estoy aquí para mostrar unidad con mi gente”.
Janet Post y Arlene Rubinstein contribuyeron a este artículo.
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