Vol. 79/No. 40 9 de noviembre de 2015
Los apuñalamientos y otros ataques contra judíos en Israel, los cuales han sido aplaudidos por Hamas y consentidos por la Autoridad Palestina, y la desproporcionada respuesta brutal del régimen israelí plantean más claramente que nunca la necesidad de una dirección revolucionaria de la clase obrera en Palestina e Israel. El Partido Socialista de los Trabajadores llama al cese inmediato de los ataques contra los judíos y de la respuesta asesina del gobierno israelí.
Las acciones terroristas retrasan la justa lucha del pueblo palestino por sus derechos nacionales y en contra de la discriminación. Profundizan las divisiones entre los trabajadores judíos, árabes y otros en Israel y fortalecen políticamente la mano del gobierno capitalista israelí.
Ni la reaccionaria organización islamista Hamas ni la nacionalista burguesa Autoridad Palestina tienen perspectiva alguna para movilizar y dirigir a los trabajadores palestinos de manera efectiva. En su lugar, organizan y alientan acciones terroristas y provocaciones —incluyendo ataques inaceptables contra civiles— que solo pueden conducir a la represión y la desmoralización.
Tampoco hay una dirección revolucionaria de clase obrera en Israel, que luche para unir a todos los trabajadores del país para que luchen juntos en defensa de sus intereses de clase. Tal partido haría campaña en contra de la expansión de los asentamientos en la Ribera Occidental, por el fin al bloqueo económico de Gaza y contra la discriminación y brutalidad contra los palestinos y otros ciudadanos árabes. Se opondría a la deportación de los trabajadores inmigrantes.
Se necesita un liderazgo obrero en Palestina y en Israel que pueda trazar un camino para aumentar la confianza y la capacidad de los trabajadores y agricultores para combatir la opresión nacional palestina y la explotación capitalista. Los trabajadores del Medio Oriente han demostrado su capacidad para forjar un liderazgo de este tipo, como por ejemplo, en la revolución que llevó al poder a un gobierno de trabajadores y agricultores en Argelia en 1962.
Tal dirección podría ser construida a través de la lucha para reconocer al estado de Israel, exigir un estado palestino contiguo y económicamente viable y promover demandas inmediatas que den espacio a los trabajadores para vivir y organizar. Estas incluirían: ¡Poner fin al “castigo colectivo” y la destrucción de las viviendas de familias palestinas por el régimen israelí! ¡Garantizar el derecho de los trabajadores palestinos a la tierra, el agua y la posibilidad de viajar a su trabajo! ¡Alto a la construcción de asentamientos israelíes en la Ribera Occidental! ¡En contra del odio anti judío en cualquiera de sus formas!
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