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Vol. 79/No. 41      16 de noviembre de 2015

 
(portada)
Trump, Sanders y descontrol
marcan campaña presidencial

 
POR NAOMI CRAINE  
A un año de las elecciones presidenciales de 2016, los dos partidos capitalistas principales de Estados Unidos se encuentran en un estado caótico. Las dificultades que los republicanos en el Congreso tuvieron para elegir el presidente de la Cámara de Representantes. Donald Trump sigue al frente de la abarrotada contienda para elegir al candidato presidencial del Partido Republicano, lo cual tiene desconcertada a la dirección tradicional del partido. Aunque Hillary Clinton sigue siendo la más probable candidata demócrata, muchos dicen que no les gusta, y Bernie Sanders continúa atrayendo más entusiasmo y mayores públicos.

Los trabajadores, golpeados por la depresión capitalista de combustión lenta que ha resultado en salarios y empleos estancados, peores condiciones laborales y la expansión de los conflictos en el Medio Oriente y otras partes, están buscando un camino político para defenderse a sí mismos y a otros. Muchos se ven particularmente atraídos a los candidatos que dicen hablar a favor de los trabajadores y que no son parte de la norma política burguesa, en particular Trump y Sanders.

Estas condiciones han producido también un aumento en la receptividad hacia el Partido Socialista de los Trabajadores, el cual presenta la única voz y programa obreros de la campaña.

Hay 15 candidatos compitiendo por la nominación presidencial del Partido Republicano. Pese a los pronósticos de los políticos republicanos tradicionales y de la prensa burguesa sobre el inminente agotamiento de la campaña del multimillonario empresario de bienes raíces, Trump se ha mantenido a la cabeza. El único candidato que se le acerca es Ben Carson, un ex cirujano y novato en la política, especialmente popular entre los cristianos evangélicos.

Trump atrae trabajadores Trump atrae trabajadores

Trump está atrayendo multitudes mayoritariamente de clase trabajadora, incluyendo sindicalistas, negros y latinos, y agricultores rurales. Algunos son partidarios entusiastas, otros dicen que vienen porque los trabajadores están enfrentando una crisis y buscan respuestas nuevas.

Algunos liberales y la izquierda pequeñoburguesa dicen que Trump es un fascista, señalando especialmente su demagogia derechista contra los inmigrantes indocumentados y su propuesta para que se construya un muro a lo largo de la frontera con México.

Pero lo que atrae a grandes públicos a los actos de Trump no es su racismo, sino su insistencia de que lo que los trabajadores necesitan es un curso diametralmente diferente y su desdén hacia los candidatos tradicionales y a las políticas de siempre. Él dice de sí mismo que es un hombre de negocios exitoso y un negociador agresivo que sabe lo que hay que hacer. Trump habla sobre reconstruir la infraestructura y de promover políticas comerciales que “traigan los empleos de regreso a Estados Unidos”.

Ante miles de personas en Jacksonville, Florida, el 24 de octubre, dijo, “No necesitamos simpáticos, lo que necesitamos es gente competente”.

Cuando le preguntaron sobre política exterior en el programa “Face the Nation” el 11 de octubre, Trump dijo, “Quiero tener unas fuerzas armadas mucho más fuerte. Quiero que sean tan fuerte que nadie se meta con nosotros”. Habló en contra de ampliar el involucramiento militar de Washington en Siria, y dijo, “¿Qué? ¿Vamos a comenzar la tercera guerra mundial por Siria?”

Y su promesa de brindar atención a los trabajadores que han estado en el ejército, quienes, dice, “son tratados terriblemente”. En vez de abogar por un mayor conflicto con Moscú, como lo hacen la mayoría de los otros candidatos, cuando Putin ataca al Estado Islámico en Siria, Trump dice, “estoy totalmente a favor de esto”.

Los miembros del Partido Socialista de los Trabajadores han montado mesas con literatura fuera de los actos de Trump, incluyendo durante el mitin el 21 de octubre en Burlington, Iowa. La mesa tenía un cartel que decía “Partido Socialista de los Trabajadores: la alternativa obrera a los demócratas y republicanos”. Allí estuvieron discutiendo política y vendiendo el Militante y libros de la editorial Pathfinder sobre la política obrera revolucionaria. Aunque algunos decían no estar interesados, muchos debatieron sobre las propuestas del partido para defender los intereses de la clase trabajadora.

En las elecciones primarias del Partido Demócrata, Sanders se presenta como el candidato más anti-guerra y, al igual que Trump, se opone al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica y los pactos comerciales previos, como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, desde un punto de vista nacionalista. El 24 de octubre dijo que no era justo que “los trabajadores norteamericanos tengan que competir contra gente que gana una fracción de nuestros salarios”.

A diferencia de casi todos los otros candidatos capitalistas, Sanders respalda el acuerdo con Irán del presidente Barack Obama como una medida para ayudar a estabilizar el Medio Oriente.

Sanders, quien se describe a sí mismo como un socialista demócrata, está generando entusiasmo por algunas de las mismas razones que Trump: él apela a quienes están buscando un cambio.

En un debate de candidatos demócratas a las primarias el 13 de octubre, el comentarista de CNN Anderson Cooper le preguntó a Sanders si era capitalista. “¿Qué si me considero parte del proceso del capitalismo de casino, por el cual… la codicia e imprudencia de Wall Street ha arruinado esta economía?” Sanders replicó. “Claro que no”. Señaló a Dinamarca, Suecia y Noruega —todos países capitalistas que a menudo han tenido administraciones socialdemócratas— como modelos.

Sanders empuja a Clinton hacia la izquierda. Ella dijo que está a favor de frenar “los excesos del capitalismo para que no se salga fuera de control”. De hecho las propuestas de Sanders no son más que reformas muy modestas del sistema capitalista, incluyendo aumentar las regulaciones bancarias y los impuestos a “la especulación de Wall Street” para proporcionar matrículas gratuitas en las universidades públicas.

Los partidarios del PST que hacen campaña fuera de los mítines de Sanders encuentran interés y buenas ventas de literatura del partido. Esté atento a la campaña de 2016 del Partido Socialista de los Trabajadores.
 
 
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