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Vol. 80/No. 3      25 de enero de 2016

 
(especial)

Priscilla March: Cuadro político del PST por 62 años

 
POR NAOMI CRAINE
LOS ANGELES—“Priscilla March fue un cuadro dedicada a la política de la clase obrera y al programa y continuidad del Partido Socialista de los Trabajadores. Eso la mantuvo entregada a la construcción del partido por 62 años”, dijo Norton Sandler, hablando a nombre del Comité Nacional del PST en un evento realizado en esta ciudad el 19 de diciembre para celebrar la vida y las contribuciones políticas de March. Ella falleció el 30 de noviembre a los 95 años de edad.

El fin de semana anterior las ramas del partido en Los Angeles y Minneapolis auspiciaron celebraciones de las vidas de otros dos cuadros, Betsy McDonald y Frank Forrestal. Artículos sobre estos eventos aparecieron en la ediciones del 4 y 18 de enero.

“Con estos tres compañeros uno puede formar una imagen del Partido Socialista de los Trabajadores durante seis décadas y de los individuos que lo componen”, dijo Sandler. “Nadie escoge cuándo nacemos, ni el tiempo que vivimos, y mucho de lo que sucede en la lucha de clases está fuera de nuestro control. Cualquiera las circunstancias, los comunistas construyen el partido y tratan de avanzar la marcha de la clase trabajadora hacia el poder”.

March nació en 1920 y se crió en Mount Vernon, Nueva York. Su padre era médico. Para una mujer de su época, fue una persona de mentalidad muy independiente. Fue a la universidad, trabajó como enfermera, tuvo un breve matrimonio, y viajó por Europa, desgastando sus zapatos visitando museos.

March se afilió al partido en Nueva York en 1953, en la cúspide de una profunda lucha política dentro del PST sobre si se podía y debería construir en Estados Unidos un partido revolucionario de la clase obrera como el de los bolcheviques en los tiempos de Lenin.

Los centros de la lucha faccional estaban en Nueva York y Detroit. En la rama de Nueva York una minoría se alineó con Michel Pablo, dirigente en aquel entonces de la Cuarta Internacional en Europa. Esta minoría argumentaba que la elección del general Dwight Eisenhower como presidente hacía inevitable una guerra nuclear con la Unión Soviética. Moscú atraerá a las personas de mentalidad progresista en todas partes y terminará victorioso, decían, y esto le dará ímpetu al crecimiento de los partidos estalinistas y el derrocamiento del capitalismo, estableciendo “estados obreros degenerados por siglos”.

La tarea para los comunistas, según los partidarios de Pablo, era entrar en estos partidos estalinistas con una perspectiva a largo plazo, en vez de verlos como obstáculos contrarrevolucionarios, como lo había hecho el PST por décadas, siguiendo al dirigente bolchevique León Trotsky.

La mayoría de la rama de Detroit se había hecho más conservadora como resultado de la prosperidad relativa que siguió a la victoria del imperialismo estadounidense en la Segunda Guerra Mundial y de las presiones de la caza de brujas anticomunista. Estaban abandonando la perspectiva de construir un partido revolucionario. Ambos grupos que se oponían a la mayoría del partido no tenían confianza en la clase obrera y sus capacidades revolucionarias.

March y Harry Ring, quien ya era miembro del partido y fue su compañero de toda la vida, tenían amistades en ambas facciones. March se convenció de la perspectiva política de la mayoría del PST, dirigida por el secretario nacional James P. Cannon, y se dedicó a la construcción del partido por el resto de su vida.

Partido responde a aperturas

Avances en la lucha de clases pronto demostraron lo acertado de la confianza del partido en la capacidad de lucha de la clase obrera.

Esto incluyó el torrente de personas que en 1955 asistieron al funeral de Emmett Till, un joven negro de Chicago que fue linchado en Mississippi. Incluyó también el comienzo del histórico boicot de autobuses en Montgomery, Alabama. Ambos fueron hitos en lo que se convirtió en un movimiento de masas con dirección proletaria que derrocó la segregación racial Jim Crow y transformó a la clase obrera de Estados Unidos de maneras que aún se dejan sentir hoy.

Los trabajadores de Hungría se sublevaron en 1956 contra los abusos burocráticos del régimen pro-Moscú. Este auge revolucionario fue aplastado por los tanques soviéticos, pero mostró nuevos sentimientos de rebelión y fisuras en el monolito estalinista mundial.

El 1 de enero de 1959, los trabajadores y agricultores de Cuba, dirigidos por Fidel Castro y el Movimiento 26 de Julio, derrocaron la dictadura apoyada por Washington, abriendo el camino a la primera revolución socialista en las Américas. Esto comprobó en la práctica que era posible construir una dirigencia no estalinista capaz de dirigir a los trabajadores al poder.

En 1960 “Harry y Priscilla estuvieron entre los primeros cuadros del partido que visitaron Cuba revolucionaria”, dijo Sandler.

Wendy Lyons, que se afilió al partido en 1963, habló de cómo ella y muchos otros pasaban los sábados por la noche en el pequeñísimo apartamento de Harry y Priscilla en Nueva York. “Había comida, jazz, póker y, sobre todo, horas de discusión política, ayudando a tejer la continuidad entre las generaciones para avanzar la lucha de la clase obrera hacia el socialismo”.

Lyons recordó viajar con March en un autobús a la histórica manifestación en Washington en agosto de 1963 por los derechos de los negros. “Llevamos 7 500 ejemplares del Militante a la manifestación”, dijo Lyons, “y se agotaron a medio camino. Priscilla fue la que más vendió”.

El ascenso del movimiento por los derechos de la mujer inspiró confianza en March.

“Como muchas de nosotras en esa época, ella dejó de usar el apellido de su marido. La mayoría retomamos el apellido de nacimiento. Pero Priscilla dijo, ‘Si yo hubiera querido el apellido de un hombre, me hubiera quedado con él de Harry. Escogí March (marzo) del calendario’”, dijo Lyons.

“Los años 60 trajeron acontecimientos en la lucha de clases entre los mexicano-americanos”, dijo Joel Britton, organizador de la rama del PST en Oakland, y moderador del evento. Estos incluyeron “las batallas de los trabajadores agrícolas por el reconocimiento sindical, masivos paros en las secundarias en Los Angeles, la marcha de 30 mil personas del Moratorio Chicano contra la Guerra en Vietnam en 1970 y el crecimiento de los partidos de La Raza Unida”. Ring y March se mudaron a Los Angeles en 1971.

Continuidad con las luchas de hoy

En la convención del 50 aniversario de la Unión de Campesinos (UFW) celebrada en 2012, “algunos veteranos le preguntaron a los miembros del partido que asistieron al evento por Harry y Priscilla ”, dijo Britton. “Ellos eran eslabones de una cadena de continuidad ininterrumpida de apoyo del partido a esta lucha social que sigue siendo importante hasta hoy en día. Hace solo dos días, miembros y partidarios del partido en Oakland, trabajando con dirigentes de la “lucha por 15 dólares la hora y un sindicato, organizaron una camioneta llena de trabajadores de comida rápida y otros trabajadores para participar en una fiesta navideña del UFW en Fresno”.

Por décadas, March estuvo centralmente involucrada en la distribución de libros sobre la historia y política del partido, hoy publicados por la editorial Pathfinder.

Mike Tucker envió un mensaje en nombre de la Liga Comunista de Nueva Zelanda. “Fue a través de compañeras como Priscilla”, escribió, “que aprendimos de primera mano la rica historia de la lucha de clases en Estados Unidos y en todo el mundo, y aprendimos de los esfuerzos de estos compañeros para construir un partido y un movimiento mundial. Ellos hicieron reales la política y las batallas de clase sobre las cuales habíamos leído en libros. Esto nos ayudó a entender y formar parte de la continuidad del movimiento comunista, que es un movimiento vivo, la vanguardia de la lucha de la clase obrera y no una serie de ideas abstractas”.

A finales de los 70, cuando el partido tomó ventaja de las oportunidades para que la gran mayoría de sus miembros entraran en la industria y los sindicatos, algunos de los cuadros más viejos no creían que eso se podía o se debía hacer. “Priscilla y Harry discutieron y debatieron con algunos de los de su generación y ayudaron a ganarlos al curso del partido”, dijo Sandler.

“Priscilla fue un baluarte de las clases para estudiar sistemáticamente los escritos de Lenin a principios de los 80”, añadió, como un elemento para profundizar la comprensión de la continuidad comunista en todo el partido.

A March “le gustaba mucho vender el Militante, tocar a la puerta de un obrero y empezar a platicar sobre las luchas del día y como pueden participar. Siguió haciéndolo cuando ya tenía más de 80 años”, dijo Lyons.

Alrededor de 50 personas asistieron al evento. Entre los presentes se encontraba Anita Wills, una luchadora contra la brutalidad policial en el Área de la Bahía. Dijo que ella podía identificarse con las mujeres que “hicieron una diferencia en el partido. Muchas veces en esta sociedad cuando tienes más edad no eres considerado relevante. Estos eventos me hicieron sentirme ligada a estas mujeres y al partido”.

Los participantes contribuyeron más de 2 200 dólares para avanzar el trabajo del Partido Socialista de los Trabajadores.  
 
 
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