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Vol. 80/No. 15      18 de abril de 2016

 
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Obama visita Cuba, Cuba exige: Regresen Guantánamo

 
POR SETH GALINSKY
El gobierno estadounidense “continúa el juego del garrote y la zanahoria”, escribió Elier Ramírez Juventud Rebelde, el diario de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba, el 26 de marzo. “No hay modificación en los objetivos estratégicos de cambio de régimen”.

Ramírez estaba respondiendo a la visita del presidente Barack Obama a la isla del 20 al 22 de marzo. Pese a muchas palabras “almibaradas” —como el dirigente revolucionario cubano Fidel Castro describió los comentarios de Obama— el objetivo de Washington de derrocar la Revolución Cubana y restaurar la explotación capitalista se oyó de manera clara y rotunda. Numerosos artículos en la prensa cubana han respondido a varios aspectos del cambio de métodos de los gobernantes estadounidenses.

En su discurso del 22 de marzo, difundido por la televisión cubana, Obama dijo que Washington dejaba atrás “los últimos vestigios de la guerra fría” porque “lo que estaba haciendo Estados Unidos no funcionaba”.

Obama no detalló qué fue lo que no funcionó: años de operaciones terroristas, la invasión de Playa Girón en 1961, los intentos de asesinatos, además de los intentos de aislar a Cuba diplomáticamente, y el embargo económico sin paralelo que aun continúa en efecto hasta el día de hoy.

Y el comandante en jefe del imperialismo norteamericano oportunamente no dijo el objetivo que no habían logrado: el derrocamiento de la Revolución Cubana de 1959 y del gobierno de trabajadores y agricultores que llevó al poder, quitarle la tierra a los agricultores pequeños y “devolverla” a los terratenientes capitalistas y reinstaurar el llamado mercado libre para que tanto el pueblo trabajador de Cuba como los recursos de la isla puedan servir como una fuente de ganancias para los capitalistas estadounidenses.

En un artículo en Granma, el periódico del Partido Comunista de Cuba, Enrique Ubieta Gómez señaló que “en estas décadas de acoso, el terrorismo norteamericano ocasionó 3 478 muertos y 2 099 incapacitados”. Luis Posada Carriles, “coautor intelectual de la voladura de un avión civil cubano en pleno vuelo”, hoy día “vive tranquilamente en Miami”, comentó.

Y “del territorio ocupado en Guantánamo durante una centuria contra nuestra voluntad, ni una sola palabra” de Obama, dijo Ubieta, al referirse a la base naval que el imperialismo estadounidense impuso sobre Cuba a punta de cañón en 1903.

Uno de las más insólitas afirmaciones de Obama fue que “tomamos diferentes caminos para apoyar al pueblo de Sudáfrica para que erradicara el apartheid”.

“No sé a qué apoyo se refiere”, escribió Ubieta, “porque el gobierno que encarceló a [Nelson] Mandela fue un aliado estratégico de Washington”.

Bajo el régimen supremacista blanco en Sudáfrica, respaldado por Washington, los negros —que representaban un 80 por ciento de la población— no podían votar, cambiar de empleo a voluntad, ser dueños de tierra, ni viajar de un lado al otro de un pueblo sin permiso.

“Cuba pagó su tributo a Mandela con la sangre derramada por sus hombres y mujeres en la selva africana, mientras rechazaba junto a los combatientes angolanos la invasión de la Sudáfrica racista”, dijo Ubieta, haciendo referencia a los casi 400 mil internacionalistas cubanos quienes voluntariamente combatieron en Angola desde 1975 hasta 1991.

Las nuevas tácticas de Washington

Para ayudar a soportar la tormenta creada por la crisis económica mundial capitalista y los desafíos que Cuba enfrenta por ser el único país donde los trabajadores tienen el poder del estado, el gobierno revolucionario ha implementado medidas que aumentan la influencia del mercado capitalista mundial, a la vez que defienden el control obrero, una economía planificada y los valores sociales de solidaridad. Las medidas incluyen la promoción del crecimiento de negocios pequeños —cuentapropistas como los llaman en Cuba— y estimular la inversión extranjera en Cuba.

Los gobernantes estadounidenses ven esto como una oportunidad para ejercer presión desde abajo, crear en Cuba una clase capitalista y hacer que el gobierno cubano haga más concesiones a los negocios capitalistas de Estados Unidos y de otros países.

Durante su visita Obama presionó a los dirigentes cubanos para que permitan que las empresas extranjeras que operan en Cuba empleen a sus trabajadores directamente. Quiere que esos capitalistas tengan el derecho de contratar y despedir a los trabajadores directamente. Actualmente deben contratar a través de una agencia de empleo gubernamental. Con más control, los capitalistas extranjeros —limitados a controlar un máximo del 49 por ciento de empresas conjuntas con el gobierno cubano— pueden empezar a debilitar las protecciones sindicales y el control de los trabajadores sobre las condiciones de trabajo.

Un día antes de la visita de Obama, Starwood Hotels & Resort Worldwide anunció que había firmado acuerdos para invertir y administrar el Hotel Inglaterra y el Hotel Quinta Avenida en La Habana, además de firmar una carta de intención de administrar el Santa Isabel, un hotel “boutique”. Será la primera empresa estadounidense en hacerlo desde 1959.

Starwood “será promotor de cambio; seremos enérgicos en nuestras demandas”, dijo John Kavulich del Consejo de Comercio y Economía Estados Unidos-Cuba en Nueva York.

En su discurso en un evento sobre oportunidades y espíritu empresarial en La Habana el 21 de marzo, Obama dijo a los participantes que ser un pequeño negociante significa que “si tienes voluntad para trabajar duro, puedes forjar tu propio camino y mejorar tu situación en la vida, para la próxima generación. Es el espíritu de la juventud”. En otras palabras, “cuídate a ti mismo” la filosofía de “primero yo” que caracteriza al capitalismo, lo contrario de la solidaridad que es el producto de la revolución proletaria socialista en Cuba.

Obama quiso “seducir a la juventud, estimular en ella el egoísmo y el afán de mejoramiento puramente individual, presentando el crecimiento capitalista como la panacea universal y no la causa de las crisis”, escribió Darío Machado en Granma el 25 de marzo. “Nos toca ahora explicar y evidenciar eso”.

“Nadie se haga la ilusión de que el pueblo de este noble y abnegado país renunciará a la gloria y los derechos, y a la riqueza espiritual que ha ganado con el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura”, escribió Fidel Castro en Granma el 28 de marzo. “Advierto además que somos capaces de producir los alimentos y las riquezas materiales que necesitamos con el esfuerzo y la inteligencia de nuestro pueblo. No necesitamos que el imperio nos regale nada”.
 
 
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