“Yo trabajé en una mina en Utah donde la mayoría de los trabajadores eran de México. Nos organizamos y luchamos para que fuera una mina sindicalizada, para aumentar los salarios y proteger nuestra seguridad en la mina ante la indiferencia de los patrones”, dijo Kennedy. “La respuesta a los problemas que plantea no son las deportaciones sino unirnos para luchar por las necesidades de todos.
“Nos enfrentamos a un conflicto básico entre la clase propietaria, que utiliza el gobierno para defender sus ganancias, y la clase trabajadora”, dijo Kennedy. “Necesitamos una revolución social. El pueblo trabajador debe unirse y tomar el poder político”.
Equipos del Partido Socialista de los Trabajadores se esparcieron por Wisconsin para presentar la perspectiva revolucionaria del partido en las discusiones políticas en los días previos a las primarias de los partidos Republicano y Demócrata en ese estado el 5 de abril.
Las elecciones burguesas en 2016 han sido marcadas por una fragmentación de los dos principales partidos capitalistas y el surgimiento de “outsiders” alejados de la política tradicional como se presentan Trump en el Partido Republicano y Bernie Sanders en el Demócrata.
Ellos despiertan interés porque los trabajadores han vivido por más de una década la crisis capitalista, y el desgaste de los empleos, salarios, condiciones laborales y de su vida social y política. Los capitalistas, sus medios de comunicación y sus políticos no tienen ninguna otra respuesta sino que profundizar los ataques para que los trabajadores y agricultores paguen por la crisis de su sistema.
El Partido Socialista de los Trabajadores está postulando a Kennedy, a Osborne Hart para vicepresidente y a otros candidatos para ganar el apoyo de trabajadores hacia el partido y a la perspectiva de construir un movimiento revolucionario de la clase trabajadora que tenga como meta derrocar al capitalismo y remplazarlo con un gobierno de trabajadores y agricultores.
Desde hace meses el New York Times, Washington Post, New York Daily News y otros diarios capitalistas han declarado el fin de Trump, o que Sanders está demasiado atrás para tener impacto.
Cuando Trump fue invitado para hablar ante el Comité de Asuntos Públicos Americano-Israelí el 21 de marzo, el Times y el Post dijeron que un gran número de delegados estaban organizando un boicot del evento o salirse de la sesión.
Al contrario, Trump recibió ovaciones y aplausos más de 50 veces, especialmente cuando denunció el acuerdo nuclear de la administración de Obama con Irán. Y los de la audiencia no eran “la basura blanca” trabajadora que según la prensa es de donde viene el apoyo hacia el multimillonario.
El siguiente día los diarios burgueses no dijeron nada sobre la gran protesta que nunca ocurrió.
Los trabajadores escuchan a Trump en parte porque habla de la crisis que encaran y dice que va a luchar por más empleos. El 2 de abril le dijo al Washington Post que las condiciones económicas son peligrosas y que el país va hacia una “masiva recesión”. Y describió acertadamente la tasa oficial de desempleo de 5 por ciento de ser “diseñada estadísticamente”. “Estamos en una cifra que probablemente llega hasta al 20 (por ciento),” dijo Trump.
“A los votantes que están furiosos con los políticos que enviaron a sus hijos a combatir, sangrar y morir en Iraq”, escribió J.D. Vance el 4 de abril en el New York Times, Trump les dice que “la guerra fue un terrible error impuesto al país por un presidente incompetente” y “promete cuidar de nuestros veteranos”.
Combinando estos puntos de vista con comentarios burdos en contra de los inmigrantes, y a veces intimidantes, Trump se ofrece como el hombre fuerte para los tiempos difíciles de hoy en día.
Calumnias anti obreras
Algunos atribuyen el apoyo hacia Trump a lo que llaman la “disfunción de la clase trabajadora blanca”, como Kevin D. Williamson tituló con desdén un artículo en la edición del 28 de marzo de la revista neo-conservadora National Review. “Si uno pasa tiempo en las áreas marginales blancas en el norte del estado de Nueva York, o en el oeste de Texas de donde soy yo, y si echas una mirada honesta a la dependencia en la asistencia pública, la adicción a las drogas y al alcohol, la anarquía de la familia —llegarías a una conclusión horrible— ”, escribió.“La subclase americana blanca es esclava de una cultura viciosa y egoísta cuyos productos principales son la miseria y las agujas usadas para heroína”, dice. “Los discursos de Donald Trump les hacen sentir bien. Igual que el OxyContin”.
Sanders celebró un acto el 31 de marzo al que asistieron más de 15 mil personas en el Bronx, Nueva York, donde se realizarán las elecciones primarias el 19 de abril. Los partidarios de la campaña del Partido Socialista de los Trabajadores también recibieron ahí una buena respuesta.
El Partido Socialista de los Trabajadores llevará su campaña a los trabajadores en áreas rurales, pueblos pequeños y ciudades grandes en los estados donde se realizarán las próximas primarias, en Nueva York, Pennsylvania, y otros estados, explicando la política de clases y construyendo al partido.
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