Vol. 80/No. 26 18 de julio de 2016
Kennedy conoce muy bien la región. Ella vivió aquí del 2002 al 2006 y trabajó como minera en una mina de carbón. En 2003, los trabajadores en la mina Co-Op en Huntington se declararon en huelga para exigir ser representados por el sindicato minero UMWA y para protestar contra el despido de un trabajador que estaba participando en la campaña de sindicalización. Kennedy ayudó a dirigir la huelga. En este viaje se reunió con varios de los veteranos de la huelga y sus familias.
“Ganamos confianza en nosotros mismos e hicimos que los patrones nos tuvieran un poquito de miedo”, dijo a Kennedy Gonzalo Salazar, un dirigente de la huelga en la Co-Op. Se reunieron en Huntington, un pueblo minero al sur de Price, el 4 de julio, y conversaron sobre lo que se había logrado a través de esta batalla sindical la cual ganó una solidaridad amplia y sentó un ejemplo de cómo luchar.
Salazar actualmente trabaja en una mina cerca de ahí. Solamente hay siete minas de carbón activas en el estado de Utah. En 2003 había 14. El año pasado la empresa PacifiCorp Energy cerró la Deer Creek, la última mina sindicalizada en el estado. El presidente y director ejecutivo de PacifiCorp Michael Dunn culpó a las “crecientes obligaciones de jubilación de la fuerza laboral sindicalizada” en un comunicado de prensa que dio a conocer el cierre.
“Cuando cierran las minas de carbón, eso afecta a las personas en los pueblos de todo el área”, dijo Kurtis Henderson mientras hojeaba el libro ¿Son ricos porque son inteligentes? Clase, privilegio y aprendizaje en el capitalismo. Él y su esposa Shella invitaron a Kennedy a conversar en la sala de su casa en Huntington. Henderson, de 38 años, ha trabajado como minero de carbón desde que se graduó de la escuela secundaria.
“El Partido Socialista de los Trabajadores explica que los trabajadores necesitamos exigir un programa federal de empleos masivo para dar trabajo a millones con salarios a escala sindical por todo el país para reconstruir la infraestructura”, respondió Kennedy.
“Regresen la próxima semana y compraremos el libro”, dijo Shella Henderson.
Tatia Drage trabaja en una agencia que ayuda a personas que no pueden pagar su cuenta de calefacción. “Me duele cuando alguien tiene que sufrir frío todo el invierno porque ganan 100 dólares más que el máximo ingreso anual para calificar por asistencia para la calefacción de la casa”, dijo Drage.
“Mi partido piensa que los trabajadores podemos organizar un poderoso movimiento para desplazar la dictadura del capital y organizar a la sociedad basándose en los valores de la solidaridad y dignidad humana”, dijo Kennedy a Drage. “Los gobernantes dicen que son ricos porque son inteligentes, pero la verdad es que son ricos porque nos explotan. La clase trabajadora produce toda la riqueza, y podemos ganar suficiente confianza en nosotros mismos y llegar a ser lo suficientemente fuertes como para organizar a toda la sociedad”. Drage compró un ejemplar de ¿Son ricos porque son inteligentes?
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