Vol. 80/No. 26 18 de julio de 2016
La declaración de Castro sucedió al momento en que Washington continua su injerencia en Venezuela, en medio de una creciente inestabilidad económica y política, y los esfuerzos de los partidos de oposición pro-imperialistas para destituir al gobierno.
En una reunión de la Organización de Estados Americanos el 14 de junio, el secretario de estado John Kerry declaró su apoyo a la demanda de la oposición de que se realice un referéndum que podría poner fin al gobierno de Maduro. Simultáneamente, dijo que Washington celebraría conversaciones de alto nivel con el gobierno venezolano, incluso sobre la restauración de embajadores. Washington y Caracas no han intercambiado embajadores desde 2010.
Desde la elección de Hugo Chávez a la presidencia en 1998, Washington ha respaldado esfuerzos para derrocar al gobierno venezolano, incluso un golpe de estado que fue derrotado por las movilizaciones de trabajadores en 2002. Maduro reemplazó a Chávez después de su muerte en 2013.
Aunque interesado en que Maduro y su Partido Socialista Unido de Venezuela salgan del poder, Washington teme las consecuencias de las crecientes confrontaciones políticas y el desmoronamiento económico en Venezuela. Thomas Shannon, subsecretario de estado para asuntos políticos visitó Caracas del 21 al 23 de junio y se reunió con dirigentes del gobierno y de la oposición. El gobierno de Estados Unidos “está involucrado de manera bilateral para ayudar a evitar el desenlace más terrible”, dijo Shannon a reporteros en Caracas el 22 de junio. Washington quiere “poder conversar con todas las partes” y “ejercer nuestra influencia”, dijo Shannon el 24 de junio.
La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que obtuvo una mayoría parlamentaria en las elecciones de diciembre, ha montado protestas para exigir un referéndum para remover a Maduro y forzar nuevas elecciones presidenciales. El 30 de mayo, Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos, emitió una denuncia del gobierno de Maduro de 132 páginas de largo e inició trámites que podrían haber conducido a la suspensión de Venezuela de la OEA. Al final de las reuniones de este organismo dominado por Washington no tomó una decisión sobre la suspensión de Venezuela, la cual no contó con el apoyo de Washington.
La economía de Venezuela, de la cual el 95 por ciento de sus ingresos de exportación dependen del petróleo, se ha visto duramente golpeada por la crisis capitalista mundial, imponiendo una pesada carga al pueblo trabajador. Unos 46 mil cubanos, trabajadores de la salud, maestros y otros, actualmente trabajan como voluntarios en Venezuela, muchas veces en los distritos más pobres. En marzo, los gobiernos de Cuba y Venezuela firmaron un “Plan de Cooperación” para continuar esta colaboración hasta por lo menos el 2030.
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