En Minnesota, después del funeral el 14 de julio la familia de Castile organizó un picnic comunitario en la Escuela Montessori J.J. Hill, donde él trabajaba como supervisor de la cafetería. Sus compañeros de trabajo y del sindicato Teamsters sirvieron comida a los cientos de participantes.
En el servicio funerario de Sterling el 15 de julio, el reverendo Al Sharpton dijo que pocos policías son llevados a juicio, pero que “deberían ir a la cárcel como cualquier otra persona que comete un crimen”.
Uno de los oradores que recibió más aplausos en Baton Rouge fue Abdullah Muflahi, cuyo video de la muerte de Sterling a manos de la policía ayudó a exponer la verdad de lo ocurrido.
Los familiares de Castile y Sterling, así como otros dirigentes de la lucha contra la brutalidad policial en todo el país, han condenado la matanza de policías en Dallas el 7 de julio y en Baton Rouge 10 días más tarde.
Según la policía de Dallas, Micah Xavier Johnson, quien mató a cinco policías e hirió a otros durante una protesta pacífica contra la brutalidad policial, dijo que quería matar a personas blancas, especialmente a policías blancos.
Que estos asesinatos racistas no tienen nada que ver con la oposición a la brutalidad policial es evidente. La explosión de protestas hace dos años tras las muertes de Michael Brown en Ferguson, Missouri, y de Eric Garner en Nueva York a manos de la policía, se han caracterizado por la participación de manifestantes de todos los colores de piel, incluyendo un gran número de trabajadores y jóvenes que son caucásicos.
Gavin Long fue muerto por francotiradores de la policía en Baton Rouge el 17 de julio después que matara a tres policías e hiriera a otros tres.
En un video filmado en Dallas el 10 de julio, Long dijo que las protestas contra la brutalidad policial son inútiles. “Solo cuando peleas y el dinero, es lo que les importa a ellos”, dijo, refiriéndose a la policía y los funcionarios del gobierno. “El cien por ciento de las revoluciones han tenido éxito a través de la lucha, a través del derramamiento de sangre”.
“Matar a policías socava la lucha contra la brutalidad policial”, dijo Osborne Hart, el candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para vicepresidente de Estados Unidos, al Militante el 20 de julio mientras hacía campaña en Baton Rouge. “El problema no es este u otro policía. Bajo el capitalismo el papel de la policía es proteger y servir a la clase propietaria millonaria.
“Para la clase trabajadora, la lucha contra la brutalidad policial es un asunto de clase”, dijo Hart. “Para eliminar la brutalidad policial necesitamos deshacernos del capitalismo. Tenemos que seguir protestando, involucrar a más trabajadores y más sindicatos y seguir exigiendo que los policías sean procesados”.
Un artículo publicado en el Washington Post el 11 de julio señala que 1 502 personas han sido muertas a tiros por la policía en Estados Unidos del 1 de enero de 2015 al 10 de julio de este año, incluyendo 732 caucásicos, 381 negros y 382 de otros grupos, en su mayoría latinos.
Aunque que el mayor número de personas muertas por la policía son caucásicos, los africano-americanos representan el 24 por ciento del total, pero son solo el 13 por ciento de la población. La razón por la que la probabilidad de que un negro sea matado por la policía es dos veces y media más alta que los caucásicos es porque son una nacionalidad oprimida.
Los negros están en la vanguardia de la lucha, y el lema de Las Vidas de los Negros Sí Importan ha inspirado a los trabajadores de todas las nacionalidades a hacer frente a los abusos policiales. En Council, Idaho, los partidarios de Jack Yantis, muerto a tiros por agentes del alguacil en noviembre, se han manifestado con pancartas que decían “Las vidas de los rancheros sí importan”.
Kevin Dwire y Tony Lane en St. Paul contribuyeron a este artículo.
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