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Vol. 80/No. 33      5 de septiembre de 2016

 
(portada)

Moscú agudiza conflicto con Kiev en Crimea

 
POR NAOMI CRAINE
El 10 de agosto, funcionarios rusos acusaron al gobierno ucraniano de intentar llevar a cabo incursiones armadas a Crimea, la península del Mar Negro que fue ocupada militarmente y anexada por Moscú en 2014 en una flagrante violación de la soberanía de Ucrania. El Servicio Federal de Seguridad del gobierno ruso dijo que uno de sus agentes y un soldado ruso murieron al tratar de repeler a “saboteadores” en dos incidentes separados, y que habían detenido a varios miembros de las fuerzas especiales de Ucrania.

El presidente ucraniano Petro Poroshenko dijo que las acusaciones eran “absurdas”. Los parientes del conductor de camión Yevhen Panov, uno de los detenidos por las autoridades rusas, dijeron que él había sido secuestrado y que no era miembro de las fuerzas armadas de Ucrania.

Estos eventos tienen lugar en medio de una escalada militar rusa en Crimea. Al mismo tiempo, los combates entre las fuerzas de Kiev y los separatistas apoyados por Rusia, quienes han tomado áreas de la región de Donbass en el este de Ucrania, han aumentado a niveles no vistos en casi un año.

Kiev puso sus tropas cerca de Crimea en alerta de combate, a la vez que solicitó apoyo de los gobiernos de Alemania, Francia y Estados Unidos, así como de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa bajo dirección imperialista.

La escalada del conflicto en Ucrania ocurre cuando Washington está buscando un acuerdo con Moscú para colaborar militarmente en Siria. Para lograrlo, los gobernantes estadounidenses están dispuestos a concederle a Moscú cierto margen para que proteja sus intereses en lo que considera su “extranjero cercano”.

Aunque dice apoyar la soberanía ucraniana y mantiene sanciones económicas contra Rusia y Crimea, las cuales afectan gravemente a los trabajadores, Washington ha presionado al gobierno ucraniano a que llegue a un acuerdo con Moscú. En una conferencia de prensa el 11 de agosto, la portavoz del Departamento de Estado Elizabeth Trudeau hizo hincapié en que si bien “Crimea es parte de Ucrania” Washington hace un llamado a que tanto Moscú como Kiev “reduzcan las tensiones, reduzcan la retórica y vuelvan a las negociaciones”.

Citando el presunto sabotaje en Crimea, el presidente ruso Vladimir Putin dijo que sería “inútil” proceder con las conversaciones que estaban previstas para septiembre y que involucran a funcionarios de Francia, Alemania, Rusia y Ucrania. El periódico financiero ruso Vedomosti especula que Putin está buscando romper o alterar las condiciones del acuerdo de Minsk, el frágil alto al fuego que detuvo la guerra separatista en Ucrania oriental, negociado por los gobiernos alemán y francés el año pasado.

Los trabajadores en Rusia enfrentan una creciente crisis económica. La economía rusa ha estado en recesión durante el último año y medio, y los salarios reales cayeron un 9.5 por ciento el año pasado. Han habido protestas de trabajadores contra la falta de pago y los recortes en los servicios sociales.

La ocupación y anexión de Crimea por Moscú sucedió a raíz de las masivas protestas conocidas como la Maidán que derrocaron al gobierno pro-Moscú de Viktor Yanukovich en febrero de 2014.

En los meses siguientes, el gobierno ruso envió armas y combatientes para respaldar a separatistas que establecieron las autoproclamadas “repúblicas populares” de Donetsk y Luhansk en la región industrial a lo largo de la frontera oriental entre Ucrania y Rusia. Aproximadamente 10 mil combatientes y civiles han muerto en ambos bandos de esta guerra.

Aunque la intervención de Moscú es una amenaza a los trabajadores en Ucrania hoy, los mayores peligros que ellos enfrentan vienen de los gobernantes capitalistas del país. El gobierno encabezado por Poroshenko, un multimillonario propietario de fábricas, ha utilizado el conflicto como justificación para tomar medidas que restringen el espacio político de los trabajadores. Un informe reciente emitido por Amnistía Internacional y Human Rights Watch, titulado “Tú no existes” documenta las “detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas y torturas en Ucrania oriental” por parte de ambos lados.

Uno de los casos descritos en el informe es la detención de Kostyantyn Beskorovaynyi, miembro del Partido Comunista de Ucrania, dentista y miembro electo del ayuntamiento de Kostyantynivka. Beskorovaynyi describe en el informe que fue mantenido incomunicado en condiciones brutales durante 15 meses, mientras que las autoridades negaban que estaba en su custodia. El informe describe abusos similares cometidos por las fuerzas separatistas en Donetsk y Luhansk contra personas acusadas de apoyar la soberanía de Ucrania.

Poroshenko ha intentado difamar a los trabajadores que protestan contra el deterioro en las condiciones de trabajo o la falta de pago de los salarios, diciendo que son una “quinta columna” de Moscú. Esto no ha impedido que los trabajadores busquen formas de luchar. Los miembros del Sindicato Independiente de Mineros realizaron una huelga contra la mina Krasnoarmiiskvuhillia Stahanova, situada en la zona controlada por el gobierno en la región de Donetsk, el 11 de agosto, para exigir el pago de tres meses de salarios atrasados.  
 
 
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