Hago un llamado al pueblo trabajador para que se una al Partido Socialista de los Trabajadores para protestar contra las amenazas de Washington contra la República Popular Democrática de Corea. ¡Manos fuera de Corea! ¡Tropas, aviones y buques de guerra de Estados Unidos fuera de las aguas de Corea!
El despliegue de la “armada”, según la llamó el presidente Donald Trump, encabezada por el portaaviones USS Carl Vinson, es una amenaza tanto para el pueblo coreano como para la República Popular China.
Esta flota incluye una tripulación de 7 500 soldados, más de 60 aviones de combate, un crucero armado con misiles Tomahawk y dos destructores equipados con el sistema de defensa de misiles balísticos Aegis. A la vez, se está llevando a cabo una de las más grandes maniobras bélicas de tropas de Estados Unidos y Corea del Sur. Y para enviar un mensaje claro, Washington incluyó al infame escuadrón asesino imperialista SEAL Team Six —el cual asesinó a Osama bin Laden— en ejercicios que incluyen simulaciones de la “decapitación” de la dirección norcoreana.
Washington afirma que tiene el derecho de agredir a Corea del Norte porque su gobierno realizó varias pruebas de misiles y ha estado desarrollando armas nucleares. Y dice tener el derecho de tomar medidas militares preventivas contra Pyongyang. Al igual que el reciente ataque con misiles Tomahawk contra Siria, las provocativas amenazas de la Casa Blanca contra el pueblo coreano y la soberanía de Corea cuentan con el respaldo tanto de políticos demócratas como de los republicanos.
El uso demoledor de la “madre de todas las bombas” de 21 mil toneladas —un arma diseñada para enviar un mensaje de terror e intimidación— en Afganistán el 15 de abril le agrega fuerza a las amenazas de acciones militares contra Corea del Norte.
Pero es el imperialismo estadounidense el que ha acumulado una fuerza militar masiva y mortal en Asia. Washington tiene el arsenal nuclear más mortífero del mundo. El 60 por ciento de los 69 submarinos de la marina de Estados Unidos están basados en el Pacífico, muchos de ellos equipados con misiles nucleares. Más de 28 mil soldados estadounidenses están estacionados en Corea del Sur y alrededor de 50 mil más están en Japón listos para respaldarlos.
El Pentágono, a pesar de las objeciones de Pyongyang, Beijing y decenas de miles de personas en Corea del Sur, ha comenzado a instalar el sistema de Defensa Aérea de Alta Altitud Terminal, o THAAD, baterías de misiles y una estación de espionaje en Corea del Sur, lo cual es una amenaza para los trabajadores y agricultores de toda Asia.
La clase gobernante capitalista de Estados Unidos tiene un largo historial de ataques brutales contra el pueblo de Corea. Como parte de los esfuerzos para obtener los frutos de su victoria en la segunda guerra mundial imperialista, Washington intervino en contra de las movilizaciones populares del pueblo coreano que luchaban para poner fin al dominio colonial, dividió la península coreana e instaló una dictadura en el sur. Más de 4 millones de personas —incluyendo 2 millones de civiles— murieron en la Guerra de Corea de 1950 a 1953 que Washington llevó a cabo, bajo la bandera de Naciones Unidas, junto con sus aliados imperialistas y su régimen títere en Corea del Sur.
Washington lanzó más de 635 mil toneladas de bombas, 32 557 toneladas de napalm y arrasó con la gran mayoría de viviendas, hospitales, escuelas y fábricas en el norte de Corea, y también en grandes partes del sur. Incapaces de derrotar a Corea del Norte, la guerra quedó estancada.
El gobierno de Estados Unidos ha impuesto sanciones draconianas contra el Norte, buscando sabotear su desarrollo económico y castigar a los trabajadores del país por negarse a cumplir el mandato de Washington. Están presionando al gobierno chino para que presione aún más a Corea del Norte.
El Partido Socialista de los Trabajadores tiene un orgulloso historial de lucha contra la intervención de Washington en Corea. Hicimos campaña contra la división forzada de Corea en 1945 cuando desembarcaron las tropas norteamericanos y, cuando junto con el régimen impuesto por Washington, mataron, golpearon, torturaron o encarcelaron a los que se opusieron a la ocupación. Nos opusimos a la Guerra de Corea por la cuál Washington intentó restablecer el dominio capitalista en toda la península. Y continuamos respaldando la demanda del pueblo coreano por la reunificación. ¡Corea es una!
Los trabajadores en Estados Unidos están siendo golpeados por la creciente crisis económica capitalista y por los intentos de los patrones y su gobierno de hacernos pagar por la caída de sus tasas de ganancias. Más trabajadores en Estados Unidos están muriendo en el trabajo a medida que los patrones aceleran el ritmo laboral y atacan a nuestros sindicatos. Millones de trabajadores no pueden encontrar trabajo. El Medicaid, Medicare, la Seguridad Social y otros derechos sociales que los trabajadores han ganado en luchas están siendo recortados. Y nuestros derechos políticos están bajo ataque.
Las mismas familias multimillonarias que son responsables de las acciones bélicas de Washington contra los trabajadores alrededor del mundo están atacando nuestros derechos y condiciones de vida en Estados Unidos. Y por las mismas razones.
Decimos: ¡Fin a las sanciones económicas y financieras de Washington contra la República Popular Democrática de Corea! ¡Tropas, barcos, aviones y THAAD estadounidenses fuera de Corea! ¡Por una Península Coreana libre de armas nucleares!
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