una revista de política y teoría marxistas desde 1934 al presente 
un periódico semanal, fue publicado de 1963 a 1986
una revista socialista en español, publicada desde 1977 hasta 2005 
Dentro de una semana el luchador independentista Oscar López Rivera saldrá de la casa de su hija en Puerto Rico, donde el gobierno estadounidense lo ha mantenido bajo arresto domiciliario durante los últimos meses. Unas horas más tarde se unirá a su primera manifestación pública desde que fue enviado a la cárcel hace 36 años bajo cargos amañados de conspiración sediciosa. Y hablará contra la dominación de la isla por el imperialismo norteamericano durante una gira por la isla y ciudades de Estados Unidos.
Esta es una victoria no solo para el pueblo de Puerto Rico sino para el pueblo trabajador en Estados Unidos.
Esto ocurre cuando estamos viviendo el desastre impuesto por la actual crisis a fuego lento del capitalismo, una crisis como la que ninguno de nosotros hemos visto anteriormente. Cada vez más, las familias gobernantes capitalistas temen a los trabajadores al percibir que luchas más profundas —luchas de clases— están por venir.
Parte de su reacción es calumniarnos como “deplorables” y “basura”. En respuesta a la libertad de López y el impulso que ésta le da a las luchas obreras, el New York Post publicó un insidioso ataque contra Oscar.
La llamada Junta de Supervisión y Administración Financiera impuesta por Washington, está utilizando sus poderes dictatoriales para exprimir cada gota de sudor y lágrimas del pueblo trabajador de Puerto Rico para pagar la “deuda” a los poseedores de fondos especulativos y las familias capitalistas que poseen los bonos de la isla.
Estas medidas ayudaron a que las protestas del Primero de Mayo de este año en Puerto Rico fueran las más grandes en muchos años. Esto es buen presagio para la lucha contra las medidas de austeridad de Washington y la lucha para liberarse del dominio colonial estadounidense, con Oscar a nuestro lado.
Esa es la razón por la cual los directores del Post publicaron una puñalada el 7 de mayo titulada “Desfile puertorriqueño honra a terroristas que mataron a mi papá”. La columna, escrita por Joseph Connor, recicla todas las viejas calumnias contra Oscar, que insinúan que él fue responsable de un ataque dinamitero en la taberna Fraunces en 1975, a pesar de que estaba a miles de kilómetros de distancia e incluso los fiscales federales —que jamás dejan de aprovechar la oportunidad de producir un caso fabricado— no pudieron fabricar cargos contra él.
El autor nunca menciona la ocupación colonial de Puerto Rico por Estados Unidos ni las luchas independentistas que datan de 1898.
La columna de opinión del Post dice que la “visión de ‘libertad’ de López nunca implicó libertad para los puertorriqueños, sino subyugación en un estado parecido a Cuba”. En su lugar, Connor afirma que el pueblo de Puerto Rico no quiere la independencia y que vive feliz bajo la bota de Washington.
Los gobernantes estadounidenses no pueden soportar que Oscar sea impenitente, y que se niegue a renunciar a la lucha por la independencia de Puerto Rico. Y que repetidamente señale a la Revolución Cubana como un ejemplo que el pueblo de Puerto Rico debería emular.
Los trabajadores en Estados Unidos como los de Puerto Rico, afrontan ataques cada vez más profundos contra nuestros salarios, condiciones de trabajo, atención médica y las pensiones, y aparentemente interminables guerras imperialistas, mientras los patrones intentan hacernos pagar por la crisis de su sistema capitalista. Hay millones de puertorriqueños que viven y luchan con nosotros en Nueva York, Chicago, Filadelfia, Orlando y otras ciudades. Nuestras luchas aquí y en Puerto Rico están entrelazadas.
Desde la fundación del Partido Socialista de los Trabajadores, mi partido, ha apoyado la independencia inmediata e incondicional de todas las colonias de Washington.
Por eso decimos: ¡Bienvenido a casa Oscar! Esperamos poder luchar hombro con hombro en defensa de los trabajadores de todo el mundo.
Decimos: ¡Fin al dominio colonial de Puerto Rico! Puerto Rico, Estados Unidos —¡Luchamos juntos! ¡Emulemos la Revolución Cubana! ¡La independencia no se concede, hay que luchar por ella!
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