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Vol. 81/No. 22      5 de juno de 2017

 
(especial)

‘Queremos ser parte de la lucha por el socialismo’

Estudiantes en Manila debaten política mundial con comunistas de EEUU, Australia y Nueva Zelanda

 
POR LINDA HARRIS
Y RON POULSEN
MANILA, Filipinas —“Leer su libro Feminism and the Marxist Movement (El feminismo y el movimiento marxista) fue como un soplo de aire fresco. Me quedé leyéndolo hasta las 3 de la mañana para terminarlo”, dijo Shaira Mae Embate a Mary-Alice Waters, dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores en Estados Unidos. Embate, estudiante de la Universidad Politécnica de Filipinas, acababa de comprar el libro y conoció a Waters mientras participaba en el VIII Encuentro Regional Asia-Pacífico de Solidaridad con Cuba, celebrado aquí del 8 al 9 de abril.

“Es tan claro”, dijo Embate. “A diferencia de cualquier otro libro sobre la lucha por los derechos de la mujer que he leído, no necesité un diccionario para entender lo que estaba diciendo. Lo discutiremos en nuestra organización de mujeres porque fue increíblemente informativo”.

Embate y Dhel Pulanco, quien recientemente se graduó de la Universidad Politécnica, invitaron a Waters y a otros miembros del Partido Socialista de los Trabajadores y de las Ligas Comunistas de Australia y Nueva Zelanda, que estaban participando en la conferencia de solidaridad con Cuba, a la universidad para una reunión con miembros de su grupo. Unos 25 estudiantes asistieron a la reunión del 12 de abril, deseosos de reunirse y discutir política con trabajadores comunistas de otros países.

Muchos estudiantes de la Universidad Politécnica son de familias trabajadoras o de granjeros rurales. La matrícula es más asequible allí que en otras universidades, nos dijeron.

Nos dijeron que su organización, llamada SPEAK (Partido Estudiantil por la Igualdad y el Avance del Conocimiento), se formó en 2015 a partir de una exitosa campaña para expulsar a un decano universitario acusado de corrupción. El grupo ganó las elecciones del consejo estudiantil del año pasado, desplazando a la organización maoísta que había ocupado el cargo durante tres décadas.

Luchas en Filipinas
Aunque SPEAK se enfoca en asuntos universitarios, muchos de los jóvenes se han involucrado en luchas más amplias. Se unieron a protestas por todo el país contra la decisión tomada el pasado mes de noviembre por la administración del presidente Rodrigo Duterte de transferir los restos del dictador Ferdinand Marcos al “Cementerio de Héroes” en Manila. Marcos fue derrocado por masivas movilizaciones populares en 1986 y murió en el exilio en Estados Unidos.

Algunos miembros de SPEAK dijeron que estaban involucrados en luchas por los derechos de la mujer, otros en la protección del medio ambiente. Algunos participan en actividades en contra de la discriminación de musulmanes, metodistas y otras minorías religiosas en un país mayoritario católico donde la jerarquía eclesiástica ejerce una fuerte influencia política.

También participaron en la reunión un profesor de la universidad, un abogado involucrado en la defensa de los derechos de los trabajadores y un dirigente de Alab Katipunan (Hermandad Llameante), un grupo de izquierda al que pertenecen algunos dirigentes de SPEAK.

Embate explicó que ella es de una familia campesina en la isla de Mindoro. Ella describió una lucha de los granjeros del coco en la provincia de Quezon el año pasado que organizó una marcha de 75 millas para exigir que el gobierno les otorgara títulos para sus tierra.

“Cuando nos graduemos muchos de nosotros seremos trabajadores”, dijo. “Queremos ser parte de algo más grande, parte de las luchas para transformar la sociedad y luchar por el socialismo”. Dijo que estaba especialmente complacida de que miembros del movimiento comunista internacional estuvieran allí para traer a la reunión “problemas políticos a escala internacional”, porque ella quería obtener una perspectiva más mundial.

“¿Cómo podemos involucrar a los estudiantes en asuntos obreros”, preguntó Jonald Bagasina. “Algunos estudiantes tienen miedo de unirse a las protestas, otros no están interesados”.

Waters respondió: “Lo que estamos enfrentando en todas partes es una crisis capitalista global como la que ninguno de nosotros ha vivido”. Las clases dominantes capitalistas en cada país, desde Estados Unidos a Filipinas, están haciendo que los trabajadores paguen por esta crisis, dijo. Estas condiciones están empujando a más jóvenes y trabajadores por todas partes a buscar respuestas, y que se den luchas más agudas es inevitable.

Waters señaló que a medida que la lucha de clases se intensifica, muchos estudiantes irán más allá de la política universitaria y se unirán a las luchas de los trabajadores y los agricultores, no como gente bienintencionada que “sirve al pueblo”, sino como parte de la clase trabajadora.

Janet Roth, miembro de la Liga Comunista de Nueva Zelanda, y trabajadora en una planta lechera y miembro del Sindicato de Trabajadores de Lecherías, describió cómo, cuando era estudiante hace muchos años, su participación en la lucha por los derechos de la mujer y otras luchas políticas la llevaron al movimiento comunista. “El partido al que me uní estaba arraigado en la clase obrera”, dijo.

Parte de clase obrera, no intrusos
Ron Poulsen, de Sydney, Australia, explicó que el comunismo no es una ideología o un conjunto de ideas en una torre de marfil, sino una línea de marcha para la clase trabajadora. “Se basa en las lecciones generalizadas de más de un siglo y medio del movimiento obrero. Tenemos que estudiar estas lecciones, pero el marxismo solo puede aprenderse siendo parte de las luchas de la clase obrera”, dijo Poulsen, miembro de la Liga Comunista en Australia.

Señaló el ejemplo de la revolución socialista de Cuba, que muestra la capacidad de los trabajadores y agricultores para organizar una lucha exitosa para tomar el poder del estado y comenzar a transformar la sociedad, transformándose a si mismos en el proceso.

En las casi tres horas de discusión se habló de una amplia gama de asuntos y opiniones, desde cómo oponerse a la subcontratación de empleos por parte de los patrones, hasta preguntas sobre pactos comerciales y la “globalización”. Una pregunta fue sobre el reto de organizar a trabajadores en centros de llamadas —un negocio que se está extendiendo rápidamente en Filipinas— donde compañías estadounidenses, australianas y otras se aprovechan del trabajo sobreexplotado y de una mano de obra anglófona.

Baskaran Appu, de Auckland, Nueva Zelanda, habló sobre el trabajo de construcción de la Liga Comunista allí. “Cuando vamos de puerta en puerta en los barrios obreros, estamos encontrando una apertura sin precedentes entre los trabajadores para discutir una perspectiva de clase”, dijo.

Varios de nosotros explicamos cómo en todos los países, los patrones reducen los salarios y empeoran las condiciones de trabajo para impulsar sus ganancias. Tratan de dividir y debilitar a la clase trabajadora, subcontratando empleos y utilizando demagogia racista o chivos expiatorios como los inmigrantes, mujeres y otros. Pero la crisis capitalista empuja a los trabajadores a luchar. Y en el proceso la confianza y comprensión del pueblo trabajador crece.

Martín Koppel, de Nueva York, describió cómo los miembros del PST han sido parte de las protestas contra las deportaciones de inmigrantes. “Estas acciones han ganado la solidaridad generalizada entre trabajadores nativos y extranjeros por igual”, dijo.

En respuesta a una pregunta sobre cómo responder a los planes de “reforma de impuestos” de los capitalistas, los cuales aumentan la carga sobre la clase trabajadora —como el plan propuesto por el gobierno filipino— Linda Harris de la Liga Comunista en Australia señaló el ejemplo de Cuba socialista. A iniciativa de los dirigentes revolucionarios, a mediados de la década de los 90, cientos de miles de personas participaron en “parlamentos obreros”, donde discutieron y rechazaron la propuesta de implementar impuestos a los salarios de los trabajadores.

Un joven dijo que muchos de sus compañeros de clase estaban preocupados por el futuro de sus carreras si se involucraban en la política más amplia.

Waters respondió que la educación, al igual que todas las relaciones sociales bajo el capitalismo, está diseñada para entrenar a los estudiantes a verse a sí mismos como individuos. “Se te enseña que deberías esforzarte para poder salir de tu clase social, en lugar de luchar para avanzar con tu clase”, dijo. “Nuestra lucha es una lucha política para elevar la conciencia de que los trabajadores necesitan organizarse como clase para tomar el poder político. Hasta que hagamos eso, no habrá avances permanentes”.

Lo esencial de esta batalla política, dijo Waters, fue capturado bien por Malcolm X, “un dirigente revolucionario de la clase trabajadora en Estados Unidos. Cuando le preguntaron: ‘¿Estás tratando de despertar a la gente para que descubran su explotación?’ Malcolm dijo: ‘No, su humanidad, su propia valía’”.

La lucha por espacio político
Un par de estudiantes señalaron los peligros que enfrentan cuando participan en manifestaciones de protesta con la posibilidad de ser arrestados y convertirse en blanco de los escuadrones de la policía y matones.

“Cómo protegerse de la represión gubernamental y de los ataques asesinos de los opositores políticos no es algo que nosotros que somos de fuera de Filipinas podemos responder por ustedes”, dijo Waters. “Pero sabemos de nuestras propias experiencias y de las lecciones de la historia que la respuesta debe fluir de una estrategia más amplia para movilizar a los trabajadores a lo largo del camino hacia el poder político”.

Esa estrategia, dijo, significa combatir para unificar y organizar a la clase obrera y transformar los sindicatos en instrumentos de lucha revolucionaria. Significa rechazar la subordinación de los intereses de los trabajadores a las alianzas electorales y gubernamentales con fuerzas burguesas “progresistas’, el curso seguido por el Partido Comunista de Filipinas, una organización mao-estalinista y sus diversas escisiones. Para el CPP, la “guerra rural prolongada” es parte de este curso de colaboración de clase, cuya meta no es la toma del poder, sino ganar concesiones de un gobierno burgués u otro.

Waters señaló las lecciones aprendidas por el Partido Comunista en Estados Unidos, fundado en 1919 por trabajadores decididos a emular el ejemplo de la Revolución Rusa dirigida por los bolcheviques. V.I. Lenin y otros dirigentes de la Internacional Comunista ayudaron a convencer al joven partido de salir de la clandestinidad y luchar por el espacio político para funcionar abiertamente.

Después de este intercambio y un recorrido por la universidad, los miembros de SPEAK nos prepararon una “boodle fight”, una comida tradicional de Filipinas. Luego, los estudiantes acudieron a la mesa de literatura para ver al Militante y libros sobre la política revolucionaria que les dejábamos, sedientos de aprender más sobre las luchas de los trabajadores y un camino hacia adelante por el que vale la pena luchar.

 
 
 
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