Vol. 81/No. 30 14 de agosto de 2017
“El capitalismo es un mundo de sálvese el que pueda, cada uno para sí mismo”, dijo Rosenfeld. “Quieren que veamos a otros trabajadores como el problema, no a los capitalistas que nos explotan y nos empujan más hacia la miseria. Tenemos que cambiar todo eso. Somos la única clase que puede hacerlo”.
“Me gustaría ver eso”, replicó Chasman. “¿Pero cómo podemos hacerlo? Gastamos mucha de nuestra energía tratando de lidiar con las complicaciones de la vida diaria”.
“Tenemos que luchar juntos contra los ataques brutales que caen sobre nosotros como clase”, dijo Rosenfeld. “En el proceso comenzamos a apreciar nuestro propio valor, a vernos a nosotros mismos como una clase con fuerza”.
Chasman, quien firmó una petición para ayudar a que el candidato del PST aparezca en la boleta electoral, le pidió a Rosenfeld y a Henderson que regresaran para hablar más.
Miembros y partidarios del PST en todo el país están intensificando sus esfuerzos para llegar a barrios obreros por todas partes para discutir lo que nuestra clase enfrenta hoy y el programa y las actividades del partido. Están presentando el libro Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero, así como ¿Son ricos porque son inteligentes? y El historial antiobrero de los Clinton por el secretario nacional del Partido Socialista de los Trabajadores, Jack Barnes, y ¿Es posible una revolución socialista en Estados Unidos? por la dirigente del PST, Mary-Alice Waters, y extendiendo el alcance del Militante. Y, lo que es más importante, están buscando personas que quieran discutir, estudiar y trabajar juntos para construir un partido revolucionario de la clase trabajadora.
Durante la semana, partidarios del PST vendieron 16 suscripciones al Militante y 22 libros en la región de Minneapolis. También recolectaron otras 154 firmas para poner la campaña del PST en la boleta electoral, elevando el total a 485, acercándose al objetivo de obtener 750 firmas, mucho más que lo que el gobierno requiere.
“¿Cuando es la próxima reunión a la que yo podría asistir?”, preguntó Floyd Lewis, un soldador jubilado, a los activistas Rose Engstrom y Kofi Komla el 30 de julio después de hablar por un rato sobre la necesidad de que los trabajadores se unan en la lucha para poner fin a la dictadura del capital.
“Esto me da mucho en qué pensar”, dijo Lewis. “Sería genial si nos pudiéramos unir para un gobierno del pueblo”.
“Yo apoyo a Trump. Las cosas están mal y tienen que cambiar”, dijo a Engstrom un ex albañil llamado Brad. “No sé si él ayudará, pero es un comienzo”. Después de más discusión sobre las perspectivas obreras del PST, firmó la petición y obtuvo una suscripción al Militante.
Portada (este número) |
Página inicial |
Página inicial en versión de texto