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Vol. 81/No. 46      11 de diciembre de 2017

 

Sed por literatura política entre participantes
del festival

 
POR LINDA HARRIS
SOCHI, Rusia — “¿Porqué tienes interés en Cuba, Che y Fidel?” le preguntó Andrés Mendoza a Ani Rafaelian, un joven trabajador de Sochi.

Mendoza estaba atendiendo la mesa de la Juventud Socialista del Reino Unido en el XIX Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en esta ciudad, y Rafaelian acababa de comprar un ejemplar de To Speak the Truth: Why Washington’s ‘Cold War’ Against Cuba Doesn’t End (Hay que decir la verdad: Por qué no termina la guerra fría de Washington contra Cuba) por los dos dirigentes revolucionarios cubanos.

“La política en Rusia es muy oscura y llena de mentiras”, respondió Rafaelian. “Pero Che Guevara y Fidel Castro eran diferentes. Necesitamos más personas así hoy”.

Los participantes en el festival compraron más de 800 libros de comunistas y otros líderes revolucionarios.

Yaroslav Markelov, un ingeniero de 24 años de edad procedente de Nizhni Archiz en Karachayevo-Cherkesiya, Rusia, habló con Ólof Andra Proppé, también del Reino Unido. “Allá los salarios son bajos”, dijo Markelov, “muchas personas están desempleadas, y los que trabajan reciben como mucho 7 mil rublos [210 dólares] por mes”.

“La crisis capitalista está afectando a los trabajadores de todo el mundo. Los patrones buscan hacernos pagar por su crisis”, respondió Proppé. Markelov estaba intrigado por el libro títulado ¿Es posible una revolución socialista en Estados Unidos? por Mary-Alice Waters, una dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores en Estados Unidos. Se llevó el libro para aprender más sobre el PST.

Los pasillos del recinto del festival estaban llenos de jóvenes que visitaban las mesas montadas por organizaciones juveniles de todo el mundo, incluyendo cuatro atendidas por miembros de la Juventud Socialista.

Las fuertes ventas reflejaron el interés en la política y en debatir sobre qué camino debemos seguir. La mitad de los libros vendidos en las mesas de la Juventud Socialista fueron a jóvenes de Rusia. El más vendido fue ¿Son ricos porque son inteligentes? del secretario nacional del PST Jack Barnes, con 78 ejemplares comprados en diferentes idiomas, seguido por 73 de ¿Es posible una revolución socialista en Estados Unidos? y 60 de El historial antiobrero de los Clinton, también de Barnes. Dieciocho participantes compraron suscripciones al Militante.

Se vendieron unos 70 ejemplares de otros títulos sobre la lucha por la liberación de la mujer, lo que refleja un profundo interés en esta lucha entre las jóvenes de todo el mundo.

Artem Lepeshkin, miembro del Comité para la Amistad con Cuba en Rusia, se suscribió al Militante y compró varios libros en español, entre ellos ¿Es posible una revolución socialista en Estados Unidos? y la revista Nueva Internacional con el artículo “El imperialismo norteamericano ha perdido la guerra fría”.

“Cuba es un país internacionalista”, dijo a Proppé. “Es un país pequeño, pero tiene el peso de un país grande”.

Unos mil participantes obtuvieron copias de una entrevista hecha en 2016 con Alyson Kennedy, candidata del Partido Socialista de los Trabajadores para presidente de Estados Unidos, publicada en la agencia noticiera rusa Gazeta.ru.

“Las raíces de la crisis actual tienen su origen en el sistema capitalista”, dijo Kennedy en la entrevista. En ella describe las condiciones que enfrentan los trabajadores en Estados Unidos y la necesidad de una revolución para “tomar el poder político de los ricos, quienes controlan el gobierno”.

El último día del festival, Anthony Yuzon, un estudiante de doctorado de Manila, Filipinas, pasó por la mesa de la Juventud Socialista de Nueva Zelanda. Estaba buscando ¿Son ricos porque son inteligentes? pero se había agotado. Obtuvo un ejemplar de La Primera y Segunda Declaración de La Habana en su lugar.

“El festival ha sido una gran oportunidad para conocer gente de todo el mundo”, me dijo. “Estos libros nos dan la oportunidad de conocer sobre temas políticos que no están disponibles en Filipinas. Cuba es una inspiración para nosotros, un ejemplo de lucha de la clase trabajadora”.

Mucha gente quería hablar sobre el legado de la Revolución Bolchevique y cómo el primer gobierno de trabajadores y agricultores del mundo fue traicionado por la contrarrevolución política encabezada por José Stalin. Se vendieron nueve ejemplares de La última lucha de Lenin, así como cuatro de Historia de la revolución rusa de León Trotsky —dos en ruso— y dos de La revolución traicionada de Trotsky.

“Tengo interés en Trotsky pero es difícil encontrar algo de él en Rusia”, dijo Maxim Sikach, un estudiante de derecho internacional del Territorio de Khabarovsk, al comprar Historia de la Revolución Rusa. También obtuvo Workers of the World and Oppressed Peoples, Unite! (¡Trabajadores y pueblos oprimidos del mundo, uníos!) que contiene documentos del Segundo Congreso de la Internacional Comunista en 1920.
 
 
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