DUBLÍN, Irlanda—“El aborto tiene que ser gratuito, seguro y legal. Discutiremos con calma, cortesía e inteligencia. Salga a votar y hágalo a favor de la revocación”, fue el mensaje de unos 5 mil activistas a favor de la revocación de la Octava Enmienda a la Constitución irlandesa en la manifestación aquí el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. La enmienda, adoptada hace 35 años, “reconoce el derecho a la vida de los no nacidos” y en efecto prohíbe el acceso de la mujer al aborto.
Una creciente campaña por el derecho al aborto hizo que el primer ministro irlandés Leo Varadkar anunciara el 29 de enero que se realizará un referéndum para derogar la enmienda esta primavera.
Muchos jóvenes se unieron a la protesta. Portaban pancartas como “Estudiantes por la derogación de la Octava Enmienda” y “Estudiantes por el derecho a elegir”.
Nadia Paez Dieter, una maestra de 32 años de Argentina, nos dijo que estaba sorprendida cuando se enteró de la situación de las mujeres en Irlanda. Ella ha sido parte de la lucha en Argentina para ganar el derecho al aborto seguro y legal. “Las mujeres mueren en clínicas peligrosas e ilegales allá”, dijo. “Es nuestra libertad lo que está en juego”. Ese mismo día cientos de miles marcharon en Buenos Aires, exigiendo el derecho de la mujer a elegir el aborto.
Catharina Tirsén, una de las autoras de este artículo, es candidata de la Liga Comunista en el Reino Unido para el concejo municipal de Manchester. “Su lucha es un ejemplo de un despertar político y una creciente resistencia en todo el mundo”, decía un mensaje de solidaridad que ella distribuyo a los manifestantes. “Cientos de miles de mujeres y hombres salieron a las calles en Irán en diciembre para protestar las guerras del régimen iraní en Iraq, Siria y Yemen, sus ataques contra los derechos de la mujer y otros ataques contra los trabajadores. Los maestros y otros trabajadores escolares se declararon en huelga en Virginia del Oeste en Estados Unidos. Ellos dicen: ‘Estamos luchando por todos los trabajadores’”.
Otros miembros de la Liga Comunista participaron con Tirsén en la marcha. Llevaban una pancarta que decía: “El derecho de la mujer a elegir fortalece la unidad en el camino hacia el poder obrero”.
Cambios en actitudes sociales
Han habido cambios significativos en las relaciones y actitudes sociales en Irlanda. El número de mujeres que trabajan aumentó en un 20 por ciento desde 1993. Se eliminaron las restricciones a la venta de anticonceptivos en 1993, el divorcio fue legalizado en 1996, votaciones realizadas en 1992 y 2002 modificaron la ley para permitir el aborto si se considera que hay peligro que la mujer se suicide, y el matrimonio entre personas del mismo sexo fue legalizado con la aprobación del 62 por ciento de los votos en 2015.
Todavía hay una fuerte oposición a la derogación de la prohibición del aborto. Decenas de miles de personas se congregaron aquí el 10 de marzo para una “Toda Irlanda marcha por la vida” convocada por la campaña ‘Salvar la Octava’, la cual cuenta con el respaldo de la iglesia católica romana.
“He convencido a mis padres y a mi hermana a que voten a favor de la derogación”, nos dijo Amy, mientras protestábamos el 8 de marzo. “Pero mi hermano está muy en contra del aborto. Dice que de eso se trata el referéndum, no del derecho de la mujer a elegir. No está garantizado que la derogación va a ganar”, dijo. “Es importante extenderse fuera de Dublín y llegar al campo”.
Los miembros de la Liga Comunista pasaron dos días yendo de puerta en puerta en los barrios de clase trabajadora en Dublín para apoyar la revocación, discutir cuestiones de política más amplias y aprender sobre lo que enfrentan los trabajadores. Explicamos que estamos construyendo un partido que pueda dirigir la lucha para deshacerse del capitalismo y reemplazarlo con un gobierno de trabajadores y pequeños agricultores.
Linda O’Sullivan, una joven maestra de educación especial, habló con Ólof Andra Proppé y Dag Tirsén en su casa en Finglas. “Este es un buen momento para que vengan y planteen estas ideas aquí”, dijo. “Irlanda está cambiando”.
“Todavía lo estoy pensando, no sé cómo votar”, dijo una mujer a Proppé. “El aborto no debería ser demasiado fácil. Pero he acompañado a dos de mis amigas a Inglaterra para obtener abortos”.
Un joven dijo que estaba preocupado porque una joven que él conoce se hizo un aborto sin decirle a su novio. “Pero voy a votar a favor, tiene que ser la decisión de la mujer”, dijo.
“No estoy de acuerdo con la derogación de la octava enmienda y la legalización del aborto”, dijo Annette Brennan, una peluquera de Finglas, a Holmes y Dag Tirsén. “La gente debería asumir más responsabilidad por sus propias acciones”.
“No se trata de estar a favor o en contra del aborto”, respondió Holmes. “Es quién toma la decisión. Las mujeres necesitan el derecho a controlar sus propios cuerpos, no el gobierno”.
“Hace cien años las mujeres participaron en la Revolución Rusa y ganaron el derecho al voto, al divorcio y al aborto, tres de las conquistas más importantes para las mujeres”, dijo Dag Tirsén. “Sin estos derechos, las mujeres no pueden ser ciudadanos plenos”.
“Tienes razón en eso”, dijo Brennan. “Puedo reconsiderar cómo voto. Las cosas están cambiando y quizás no se pueden detener los cambios”. Obtuvo una suscripción al Militante y prometimos mantenernos en contacto.