FRANKFORT, Kentucky —Más de 100 personas se concentraron ante el capitolio del estado de esta ciudad el 7 de febrero para manifestarse en defensa del derecho de la mujer al aborto.
Se oponían a un proyecto de ley en la legislatura estatal que prohibiría los abortos desde el momento en que se detectara el latido del feto, generalmente alrededor de las seis semanas de embarazo, y otras acciones del gobierno estatal para limitar el acceso de las mujeres al aborto.
La acción fue convocada por los Defensores de Planned Parenthood de Indiana y Kentucky y la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Kentucky.
“El aborto no es algo que una mujer se toma a la ligera. Pero este es mi derecho como mujer. ¡Yo soy la que decide!”, dijo la poeta y escritora de Louisville Hannah Drake a la concurrencia. “Esto tiene que ver con la libertad reproductiva y nosotras no vamos a dar marcha atrás”.
“Estas personas que afirman que quieren proteger vidas humanas no expresan preocupación por el hecho de que Estados Unidos tiene la tasa más alta de muertes por maternidad en el mundo desarrollado”, dijo Kate Miller, directora de amparo de la ACLU, “y que las mujeres negras mueren al doble de esa tasa”.
Muchos de los que participaron en las protestas compartieron experiencias e intercambiaron ideas sobre cómo luchar para ganar el derecho fundamental de las mujeres a controlar sus propios cuerpos. Entre ellos se encontraban Amy Husk, candidata del Partido Socialista de los Trabajadores para gobernadora de Kentucky, y algunos de los partidarios de su campaña.
“Realmente el aborto es una cuestión de atención médica como cualquier otro procedimiento médico”, dijo a Husk Annie Prestrud, activista de la Coalición Religiosa para la Decisión Reproductiva y de la Red de Justicia de la Salud de Kentucky.
“Los trabajadores se enfrentan a condiciones cada vez peores y tenemos que organizarnos para luchar contra lo que nos están haciendo los patrones y su gobierno, pero no podemos hacerlo si estamos divididos”, dijo Husk. “La lucha por el derecho de las mujeres al aborto es parte de la lucha para unificar a la clase trabajadora”.
“Así es, el capitalismo no está funcionando”, dijo Prestrud. Tras adquirir En defensa de la clase trabajadora norteamericana por la dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores, Mary-Alice Waters, dijo que quería saber más sobre la campaña del PST.
Esta reportera habló con Tracy Gregoire, enfermera de la sala de parto. “Tenemos que apelar a los ‘expertos’ en demasiados lugares para que ellos digan si una está ‘cualificada’ para abortar”, dijo.
Al presentarse a Husk, Gregoire dijo que estaba preocupada por aquellos que apoyan los ataques contra el derechos al aborto porque personalmente no les gusta la idea del aborto.
“Cuando llamamos a la puerta de los trabajadores que dicen que se oponen al aborto, explicamos que lo importante no es lo que usted o yo pensamos al respecto, o si alguna vez tendríamos uno. Lo que es importante es que los médicos y el gobierno no deberían tener derecho a decirle a las mujeres qué hacer con sus cuerpos”, dijo Husk. “Cuando piensan en el hecho de que el gobierno no debe interferir con las decisiones personales de nadie, muchos son ganados a apoyar este derecho”.