EDITORIAL

Cañonazos de la tercera guerra mundial suenan más fuerte

3 de junio de 2024

Los cañonazos iniciales de la tercera guerra mundial se escuchan cada vez más fuertes y esta realidad de la época imperialista se está volviendo más clara para millones de personas. Mientras los capitalistas mantengan el poder estatal, su afán de lucro, su despiadada competencia y la agudización de los conflictos, los llevan inexorablemente hacia los horrores de los pogromos fascistas, guerras mundiales y la amenaza de una destrucción nuclear.

Sólo la clase trabajadora —en Estados Unidos y en todo el mundo— tiene la capacidad de detener esta trayectoria y poner fin a la explotación, las crisis y las guerras del capitalismo.

La invasión de Ucrania por Vladímir Putin es la guerra más grande en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, con una brutal y extensa destrucción de objetivos e infraestructura civiles. El pogromo de Hamás del 7 de octubre, orquestado por los gobernantes contrarrevolucionarios de Irán, masacró a más de 1,200 judíos en Israel. Estos eventos han acelerado la marcha hacia la guerra. Las potencias capitalistas de todo el mundo, desde Europa hasta América Latina, desde Washington hasta Beijing, están tratando de proteger sus intereses con expansiones militares, cambios de alianzas políticas y crecientes amenazas.

Una declaración del secretario nacional del Partido Socialista de los Trabajadores, Jack Barnes, emitida una semana después de la invasión de Putin, explicó que la defensa de la soberanía de Ucrania está en los intereses de los trabajadores de todo el mundo. La declaración llamó a la derrota de las fuerzas de Moscú y la salida de Europa de las tropas y armas nucleares de Washington.

Es crucial que el movimiento obrero se oponga a la política exterior de Washington a medida que los gobernantes norteamericanos buscan usar su poder militar para preservar su debilitado, pero aún dominante, lugar en la cima del fragmentado orden mundial imperialista. Utilizan a la OTAN para afirmar sus intervenciones en Europa para sus propios fines estratégicos y explotadores.

En el Medio Oriente, Washington usa a Israel, los estados árabes y el régimen iraní según le convenga para proteger sus propios intereses imperialistas.

El aforismo “una nueva cortina de hierro” se ha utilizado para referirse a la línea divisoria que está surgiendo en toda Europa a medida que los gobiernos de Europa del Este, temerosos del expansionismo agresivo de Moscú, buscan una alianza más estrecha con Washington y sus aliados en la OTAN.

La guerra de Washington contra Iraq en 1991 anunció lo que el PST llamó “los cañonazos iniciales de la Tercera Guerra Mundial”. Lo que se avecina ahora no es una nueva Guerra Fría sino la creciente inevitabilidad de nuevas guerras “calientes” y más amenazadoras en todo el mundo.

Desde Rumania hasta Bulgaria, los gobernantes capitalistas están tomando medidas para alinearse con Washington. Los de Suecia y Finlandia abandonaron su declarada neutralidad para unirse a la OTAN. Los gobernantes polacos están negociando la posibilidad de permitir el desplazamiento de armas nucleares de Estados Unidos. Bélgica, Alemania, Italia, los Países Bajos y Turquía tienen armas nucleares tácticas de Washington en su territorio.

Al mismo tiempo, como dijo Barnes en su declaración de 2022, “los esfuerzos de Putin de caracterizar su sangrienta invasión de Ucrania como una respuesta a las medidas agresivas de Washington y la OTAN, son tan cínicos como falsos. Una Ucrania soberana e independiente no representa ningún tipo de amenaza militar contra Rusia”.

La amenaza a la humanidad de una escalada de conflictos que conduzca a otra guerra mundial en la que potencias nucleares fuertemente armadas se enfrenten entre sí plantea la necesidad de construir un liderazgo que pueda movilizar a millones de trabajadores para arrancar el poder político de los capitalistas belicistas y ponerlo en manos de la clase trabajadora.

¡Únase a la campaña del Partido Socialista de los Trabajadores de 2024 para luchar por esta perspectiva!