EAST PALESTINE, Ohio —Los trabajadores, agricultores y pequeños comerciantes aquí siguen presionando para que se tomen medidas para limpiar el área y proteger su salud tras el descarrilamiento del tren de Norfolk Southern el 3 de febrero, y el subsecuente incendio y quema del tóxico cloruro de vinilo. Están decididos en participar en las decisiones sobre que hacer y a exigir que los patrones ferroviarios y el gobierno asuman la responsabilidad por lo que se haga.
Kathie Fitzgerald dirigió un equipo de sindicalistas y corresponsales obreros del Militante para reunirse con agricultores de la zona. En Petersburg, Ohio, se reunieron con Trish Withers, quien administra la granja Honey Creek Farms junto con su esposo. También conduce un autobús escolar a tiempo completo.
Withers relató que la llamaron de United Dairy, que compra la leche que produce la granja, y le dijeron que necesitaban hacer pruebas de sustancias químicas en la leche, las cuales cuestan alrededor de $175 cada una. Afortunadamente, dijo, la compañía llamó cuando su veterinario estaba allí, así que lo puso en el teléfono y le dijo a United que los animales estaban bien.
Fitzgerald dijo que el Militante había informado sobre un descarrilamiento similar en el que hubo cloruro de vinilo en Paulsboro, Nueva Jersey, hace 11 años y la falta de acción y seguimiento por parte de las empresas ferrocarrileras y el gobierno. “Yo también había oído hablar de eso”, dijo Withers.
“Lo que es diferente aquí”, dijo Fitzgerald, “es que el pueblo trabajador de esta área, junto con los sindicatos ferroviarios, pusieron el grito en el cielo por los problemas derivados del descarrilamiento. Un resultado de eso es que las empresas ferroviarias tuvieron que remover la tierra contaminada debajo de las vías, algo que no tenían intención de hacer”.
Withers dijo que tiene amigos que trabajan en los ferrocarriles y le contaron cómo Norfolk Southern trató de enviar la tierra contaminada fuera del estado sin informarle a las personas que viven adónde fue enviada.
Lo único que le importa a las empresas ferrocarrileras, dijo Fitzgerald, “es echar a andar los trenes de nuevo para hacer dinero, no nuestro bienestar. Mire lo que le han hecho a sus propios trabajadores, han reducido el personal en un 30%, el mantenimiento de las vías y de los vagones, han aumentado el tamaño de los trenes y siguen presionando para reducir el tamaño de la tripulación.
En la cercana Darlington, Pensilvania, Fitzgerald conoció a Bill Hawkins, miembro del sindicato de trabajadores de la electricidad IBEW, y le habló sobre el Militante. Él estaba interesado en las manifestaciones que están realizando los miembros del sindicato Teamsters a medida que comienzan las negociaciones del contrato de UPS. Fitzgerald le mostró a Hawkins la carta que el Local 70 de los Teamsters en Alameda, California, le envió al gobernador de Ohio Michael DeWine y a los patrones de Norfolk Southern expresando su solidaridad con los esfuerzos del sindicato de trabajadores ferroviarios BMWE para lograr cambios en las prácticas peligrosas de Norfolk Southern. A Hawkins le gustó eso. “Voy a mostrarle esto al presidente de mi local”, dijo.
Gobierno dice ‘No se preocupen’
El coordinador de respuesta de la Agencia de Protección Ambiental, Mark Durno, realizó una reunión con los residentes de East Palestine el 20 de abril para discutir su preocupación de que el incendio y la quema después del descarrilamiento crearon dioxinas peligrosas. Les dijo que la respuesta era que sí, que encontraron dioxinas, pero que los niveles detectados no eran lo suficientemente altos como para causar alarma.
El Salem News informó que una persona señaló que si una fogata produce bajos niveles de dioxinas, no es exagerado suponer que la quema controlada de 1.1 millones de libras de cloruro de vinilo, como sucedió aquí, conducirá a un problema sustancial.
Otros expresaron su preocupación por los resultados de pruebas médicas privadas que se habían hecho y que mostraban altos niveles de cloruro de vinilo en su orina.
Después de que Durno afirmó que ya no había problemas en las vías fluviales del área, la gente le dijo que todavía había químicos en los arroyos. Durno cambió de tono y les dijo que “se mantuvieran alejados de los arroyos hasta un nuevo aviso”. No dijo qué se va a hacer al respecto.
Esto es lo que ha marcado los últimos dos meses: la insistencia de los trabajadores aquí de tener cierto control sobre lo que sucede y proteger sus vidas y hogares en el futuro.
Lucha sobre el tamaño de tripulación
Los trabajadores ferroviarios y sus sindicatos están luchando para mantener, por lo menos, un equipo de dos personas en la locomotora, un ingeniero y un conductor, en contra de las demandas de los patrones ferroviarios de reducir la tripulación a solo un ingeniero. Los patrones ferroviarios dicen que la nueva tecnología, como los detectores instalados en las vías para detectar el sobrecalentamiento en los cojinetes de los ejes, reemplaza al conductor.
Pero en la línea de East Palestine, Norfolk Southern había puesto el nivel de detección en los detectores demasiado alto, y la tripulación no recibió un aviso hasta que fue demasiado tarde para evitar el descarrilamiento.
Como los envíos de carbón se han reducido casi a la mitad durante la última década, los patrones ferroviarios han buscado fuentes alternativas de ganancias, y el transporte de productos químicos —como el cloruro de vinilo, muy utilizado en las tuberías de PVC y otros plásticos— ha aumentado alrededor de un tercio en la última década.
Los vagones de cloruro de vinilo que se descarrilaron tanto en East Palestine como en Paulsboro se originaron en una planta de Occidental Petroleum en Texas y viajaban en camino a una fábrica de plásticos en Nueva Jersey.
Esto subraya lo que está en juego para los trabajadores y nuestros sindicatos y las personas que viven cerca de las vías férreas y en las comunidades que rodean las plantas que procesan materiales peligrosos, la necesidad de una lucha conjunta.
Solo si los trabajadores utilizamos nuestros sindicatos para tomar el control de la producción y el transporte se pueden prevenir desastres como este. Esto incluye que los trabajadores ferroviarios ganen la lucha para limitar la longitud de los trenes a 50 vagones con una tripulación completa de cuatro personas, dos en la parte delantera y dos en la trasera.
Cuidado con el odio contra los judíos
Hay fuerzas ultraderechistas que promueven una perspectiva diferente. Miembros del Partido Socialista de los Trabajadores que hacían campaña en Washington, Pensilvania, hablaron con trabajadores que habían encontrado su barrio cubierto con una publicación derechista llamada Freedom Times. Su artículo principal era “América: Fuera de los rieles” sobre una gran foto del incendio en East Palestine. Está repleto de imágenes de odio a los judíos y diatribas que culpan a los judíos de la crisis que enfrentan los trabajadores hoy en día.
Y en East Palestine, la gente dijo que había encontrado volantes antisemitas arrojados anónimamente en sus jardines, que decían: “Cada aspecto de la administración Biden” y “Cada aspecto del movimiento LGBTQ+ es judío”.
“El odio contra los judíos es una amenaza mortal para la clase trabajadora”, dijo Kathie Fitzgerald al Militante. “Son los patrones y su gobierno los responsables de la crisis que enfrenta el pueblo trabajador. El camino a seguir es unificar a la clase trabajadora, acercarnos a nuestros aliados en la tierra y trazar un curso para tomar el poder político en nuestras propias manos”.