CHICAGO — El creciente espíritu de resistencia en la clase trabajadora se reflejó en la conferencia Labor Notes 2024 celebrada en esta ciudad del 19 al 21 de abril. Entre los 4,700 participantes se encontraban trabajadores que han participado en recientes huelgas y luchas por contratos, trabajadores de autos, de la UPS, asistentes de vuelo, maestros, y otros. Pero muchos eran empleados de los sindicatos, “organizadores comunitarios”, académicos y estudiantes.
Las perspectivas impulsadas por los organizadores de la conferencia se enfocaron en construir caucuses de oposición “para reformas”, como los Teamsters por un Sindicato Democrático, como la clave para revitalizar el movimiento sindical. Esto a menudo iba acompañado con llamados a apoyar a los “amigos de los trabajadores” principalmente en el Partido Demócrata o veían a las luchas sindicales como una manera de presionar al gobierno capitalista. Muchos argumentaron que el movimiento sindical “fortalece a Estados Unidos”, vinculando los salarios más altos y otros logros a la adquisición de mayores ganancias por los patrones y de sus avances contra sus competidores extranjeros.
Varios partidarios de la campaña de Rachele Fruit para presidente de Estados Unidos del Partido Socialista de los Trabajadores participaron en la conferencia. Encontraron que algunos participantes tenían interés en una trayectoria diferente. Los partidarios del PST hablaron sobre la necesidad de que la clase trabajadora trace un camino basado en la lucha de clases, rompa políticamente con todos los partidos y candidatos de los capitalistas y construya un partido obrero basado en los sindicatos para organizar a los trabajadores en sus millones para tomar el poder político.
Los logros de la huelga del sindicato automotriz UAW contra las Tres Grandes (General Motors, Ford y Chrysler/Stellantis) fueron tema de muchas sesiones de la conferencia. Los participantes celebraron el anuncio de que los obreros de Volkswagen en Chattanooga, Tennessee, acababan de votar a favor de afiliarse al UAW, la primera campaña sindical victoriosa en una planta de ensamblaje extranjera en el Sur.
Una de los oradores en la sesión final fue el presidente del UAW, Shawn Fain. Portaba una sudadera con una foto de un bombardero “Libertador” B-24 de la Segunda Guerra Mundial. Fain se jactó de que en los años 40 “nosotros creamos el arsenal de la democracia”, haciendo elogios patriotas al papel de Washington en la Segunda Guerra Mundial, de la cual los gobernantes norteamericanos surgieron dominantes en el orden mundial imperialista. Se refirió a la visita del presidente Joseph Biden durante la huelga automotriz el otoño pasado a la planta de Willow Run, donde se habían construido los bombarderos. El UAW fue uno de los primeros en endorsar la campaña de Biden.
Debate sobre el partido obrero
En varios de los 300 talleres de la conferencia, se debatió si los trabajadores deben apoyar al Partido Demócrata como “el mal menor”. En uno titulado, “¿Pueden los sindicatos aprovechar el momento?” el orador argumentó que el republicano Donald Trump es tan terrible que sindicalistas deben votar por Biden aunque no les guste.
“Tanto los demócratas como los republicanos representan los intereses de los patrones”, respondió Gabrielle Prosser, miembro del sindicato de trabajadores de panadería BCTGM y candidata del PST para el Congreso por Minnesota. “Debemos construir un partido obrero basado en los sindicatos capaz de organizar a toda la clase trabajadora para luchar por nuestros propios intereses de clase. Lo que logramos en la línea de piquetes siempre será atacado mientras los patrones y sus partidos políticos sigan en el poder”. Algunos aplaudieron.
Pero Sara Nelson, presidenta de la Asociación Nacional de Asistentes de Vuelo, uno de los panelistas en la sesión, discrepó, diciendo que construir un partido obrero sería “divisivo”, ya que los sindicalistas tienen diferentes perspectivas políticas. “¡Tenemos el sindicato, ese es nuestro partido!” declaró. “Debemos luchar contra el capitalismo! ¡Que los políticos vengan a nosotros!”
Eso podía parecer radical, pero los “políticos” que ella quiere atraer son de los partidos de los patrones. Eso desmovilizaría a los trabajadores y los dejaría dependientes en el plano político.
Se presentaron otros esquemas para organizar “centros obreros” y sindicatos “independientes” como los de los almacenes de Amazon o para organizar a trabajadores agrícolas, como una alternativa “progresista” al movimiento sindical existente.
Este tema surgió en un taller de trabajadores agrícolas. Clay Dennison, obrero ferroviario y miembro del PST en Seattle, habló sobre la exitosa campaña sindical y lucha por un contrato por la agrupación Familias Unidas en el estado de Washington. Él ayudó a organizar solidaridad para ellos.
“Fueron bienvenidos desde el principio de su lucha por miembros de los sindicatos establecidos, incluso por la confederación sindical estatal”, dijo Dennison. “Con el aumento de luchas obreras hoy hay mejor oportunidades para que los trabajadores del campo y otros reciban la solidaridad del movimiento sindical”.
Una política exterior propia
La conferencia incluyó varios talleres que promovieron el llamado a un alto el fuego en Gaza y por un boicot a Israel. El primer día, cientos de participantes bloquearon la calle cerca de la conferencia coreando “Palestina Libre” y hubo enfrentamientos con la policía.
Partidarios del PST tuvieron numerosas discusiones con participantes sobre por qué es crítico que la clase trabajadora se oponga al odio antijudío y los pogromos, incluso el ataque asesino de Hamás contra judíos en Israel. Algunas de dichas discusiones fueron intensas, pero mantuvieron un tono respetuoso. Algunas personas cambiaron de tema, pero otros acogieron una discusión de estas cuestiones. “Pensé que yo era el único” que piensa que Israel tiene el derecho a existir y defenderse, dijo a esta corresponsal un trabajador de supermercado de Los Angeles.
El flagelo del odio antijudío será una cuestión de vida o muerta para la clase trabajadora a medida que se profundice la crisis del capitalismo y los patrones busquen fuerzas fascistas para aplastar a los sindicatos, como ocurrió en Alemania.
Una estudiante de estudios laborales oriunda de Israel le dijo a Dennison que ha estado alarmada por el ambiente en las universidades y otros lugares desde el 7 de octubre. Compró una subscripción al Militante y un ejemplar de La lucha contra el odio antijudío y los pogromos en la época imperialista: Lo que está en juego para la clase trabajadora internacional. En total, los partícipes compraron seis ejemplares de este libro, además de 17 subscripciones al Militante.
Otro libro popular fue Ya superamos el punto más bajo de la resistencia del pueblo trabajador: El Partido Socialista de los Trabajadores mira hacia adelante, el cual aborda la situación que enfrenta el pueblo trabajador hoy día. Rebelión Teamster por Farrell Dobbs y libros que tratan sobre la Revolución Cubana se vendieron bien también.
Naomi Craine es trabajadora ferroviaria y miembro del sindicato SMART-TD en Chicago.