EAST PALESTINE, Ohio — Casi un año y medio después del descarrilamiento del tren de Norfolk Southern y la catástrofe que causó, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte regresó allí el 24 y 25 de junio para informar que la responsabilidad recae totalmente en los patrones ferroviarios. Su equipo defectuoso, las mentiras a los funcionarios del gobierno, la reducción de las tripulaciones de tren y las condiciones laborales peligrosas trastornaron las vidas de los habitantes de la región y esparcieron sustancias químicas tóxicas en 16 estados.
“Los ferrocarriles han aumentado sus ganancias reduciendo la fuerza laboral en casi un tercio durante los últimos siete años”, dijo Eddie Hall, presidente de la Hermandad de Conductores de Locomotoras y Ferroviarios BLET, en una declaración distribuida en la reunión.
“Escuchar que envenenaron intencionada y premeditadamente a miles de personas”, dijo Jami Wallace, presidenta del Consejo de Unidad para el Descarrilamiento Ferroviario en East Palestine, a Associated Press. “¿Cómo se les permite hacer eso y salirse con la suya?”
El Militante publicará una cobertura más completa de estos acontecimientos en su próximo número.