El impacto de la actual crisis económica, social y moral del capitalismo sobre decenas de millones de personas plantea la necesidad de que los trabajadores rompan con los demócratas y republicanos y todos los demás partidos capitalistas y forjen un partido obrero basado en los sindicatos que pueda organizar a todo el pueblo trabajador. Cada vez más se plantea la cuestión de qué clase debe gobernar.
Las crecientes dificultades para poder pagar por las necesidades básicas y la incertidumbre sobre el futuro están haciendo que cada vez más trabajadores jóvenes posterguen la formación de una familia. La tasa de fertilidad ha alcanzado un mínimo histórico. El costo del cuidado infantil y de la atención médica están llevando a millones de personas a las deudas. La profundidad de esta crisis se refleja en el aumento de la adicción a los opioides y al juego. Además, los gobernantes norteamericanos y sus rivales en todo el mundo se están rearmando en preparación de más guerras.
Estas condiciones, generadas por el funcionamiento del capitalismo, hacen que sea necesario reemplazar este sistema en decadencia con algo mejor.
El camino que es necesario seguir comienza con la solidaridad con las huelgas sindicales, donde los trabajadores se unen para luchar por mejores salarios, condiciones y horarios. A través de estas luchas los trabajadores adquieren organización y disciplina y ganan confianza en sí mismos y conciencia de clase.
La organización por los trabajadores de nuestro propio partido político ha sido una cuestión central desde que nació el movimiento sindical hace más de dos siglos. En cada paso de este camino, las batallas para proteger a los trabajadores, forjar sindicatos o ganar derechos políticos se han topado con la clase patronal y su poder estatal. Los gobernantes capitalistas utilizan los medios de comunicación, la policía, los tribunales y sus partidos políticos contra nosotros. Sus esbirros de la clase media nos dicen que este sistema es el mejor que puede haber, que los dejemos gobernar a ellos y que tratemos de llevarnos bien en esta despiadada lucha de todos contra todos.
Contrario a su afirmación de que los trabajadores son incapaces de dirigir la sociedad, lo que se necesita es un programa que una a todos los explotados y oprimidos por las familias capitalistas gobernantes. Un programa que rechaza la idea de que no nos queda más que elegir el mal menor entre el partido Demócrata y el Republicano.
Un partido obrero trazaría una política exterior de la clase obrera, independiente de los gobernantes imperialistas norteamericanos y su impulso rapaz para explotar a los trabajadores de todo el mundo. Nuestros mejores aliados son los trabajadores de todo el mundo. El mejor aliado de los ucranianos que luchan para derrotar el ataque de Moscú contra su independencia es la clase trabajadora en Rusia, en la que está creciendo el sentimiento contra la guerra. Los aliados potenciales más importantes de los trabajadores israelíes que luchan contra los pogromos de Hamás es el pueblo trabajador de Irán.
Por este camino, los trabajadores podemos construir un partido de la clase trabajadora que dirija a millones a tomar el poder político de manos de los gobernantes capitalistas y ponerlo en nuestras propias manos.
En 2024, la única forma de apoyar la acción política independiente de la clase trabajadora es endorsando a Rachele Fruit, la candidata del Partido Socialista de los Trabajadores para presidente de Estados Unidos. Ayude a ganar apoyo para la campaña del PST y aprenda más sobre el partido y su programa.