Rachele Fruit, candidata del PST para presidente:

‘Trabajadores necesitan formar su propio partido, un partido obrero’

Por Seth Galinsky
15 de julio de 2024
Deb Snell, presidenta de unión de enfermeras del Centro Médico de Universidad de Vermont, en Burlington, convoca huelga el 12 de julio. Partidarios del PST que están colectando firmas para poner a Rachele Fruit en boleta electoral, están forjando solidaridad con las enfermeras.
Glenn Russell/VTDiggerDeb Snell, presidenta de unión de enfermeras del Centro Médico de Universidad de Vermont, en Burlington, convoca huelga el 12 de julio. Partidarios del PST que están colectando firmas para poner a Rachele Fruit en boleta electoral, están forjando solidaridad con las enfermeras.

El debate entre el presidente Joseph Biden y el ex presidente Donald Trump celebrado el 27 de junio confirmó que ninguno de los candidatos capitalistas —ni sus partidos— son capaces de abordar la crisis social y económica que enfrentan los trabajadores y el creciente peligro de más guerras por todo el mundo.

“Allí no había nada para la clase trabajadora”, dijo al Militante Rachele Fruit, candidata del Partido Socialista de los Trabajadores para presidente de Estados Unidos.

Fruit, su compañero de fórmula Dennis Richter y los candidatos del Partido Socialista de los Trabajadores por todo el país llaman a los trabajadores a romper políticamente con los partidos de los patrones y a rechazar la trampa de tener que optar por el mal menor.

“Necesitamos un partido de los trabajadores que luche todo el año para involucrar al pueblo trabajador en la defensa de nuestros propios intereses y descubrir lo que somos capaces de lograr cuando nos unimos”, dijo Fruit.

Unos 48 millones de personas vieron el debate, casi un tercio menos de los que vieron los debates de 2020. Un tercer candidato capitalista, Robert Kennedy Jr., fue excluido, al igual que Fruit, la única voz de la clase trabajadora en las elecciones.

“El debate mostró la crisis política de ambos partidos capitalistas”, añadió Fruit. “¡Esto es lo mejor que tienen para ofrecer! Es otra señal de que el imperialismo norteamericano, el último imperio del mundo, es un imperio en decadencia”.

Instó a los trabajadores que están buscando un camino a seguir a que endorsen la fórmula presidencial del Partido Socialista de los Trabajadores para 2024 —la alternativa obrera— y que animen a otros a hacer lo mismo.

Rachele Fruit (derecha), candidata del PST para presidente de EE.UU., en protesta del Local 355 del sindicato UNITE HERE en Miami. Fruit es miembro de ese local. El debate presidencial el 27 de junio “mostró la crisis política de ambos partidos”, dijo Fruit al Militante.
Militante/Mary MartinRachele Fruit (derecha), candidata del PST para presidente de EE.UU., en protesta del Local 355 del sindicato UNITE HERE en Miami. Fruit es miembro de ese local. El debate presidencial el 27 de junio “mostró la crisis política de ambos partidos”, dijo Fruit al Militante.

Durante décadas, los gobernantes norteamericanos han tratado de convencer a los trabajadores de que deben elegir el mal menor entre los candidatos demócratas o republicanos. Pero votar por Trump, Biden —o cualquiera que los demócratas elijan para reemplazarlo— o por candidatos capitalistas de terceros partidos como Kennedy es un callejón sin salida.

Las diferencias entre ellos es sobre cómo defender mejor los intereses de los capitalistas, no sobre cómo defender la vida y el sustento de los trabajadores.

“Trump y Biden se culparon mutuamente por el estado de la economía, la inflación y de quién es responsable de la guerra en Ucrania”, señaló Fruit, “como si un individuo en la Casa Blanca controlara la crisis del capitalismo. Pero el problema principal no es la política de uno u otro gobierno capitalista. El principal problema es que la clase patronal está impulsada por su feroz competencia por mercados, recursos naturales y ganancias a aumentar la explotación de los trabajadores”.

Trump y Biden discutieron sobre si aranceles más altos o más bajos o si impuestos más altos o más bajos para los ricos conducirían a más empleos. Pero mientras la clase capitalista se mantenga en el poder, los trabajadores seguirán enfrentando despidos y recortes de empleo cuando los patrones lo consideren necesario para defender sus ganancias.

La verdadera cuestión que enfrenta el pueblo trabajador es ¿qué clase debe gobernar? ¿La clase capitalista o la clase trabajadora?

Los prejuicios de clase también se reflejaron en las preguntas de los moderadores del debate, dijo Fruit. “No hubo preguntas sobre el creciente interés en el seno de la clase trabajadora en organizar a los no sindicalizados, en utilizar los sindicatos para luchar por un trato digno y poder vivir como seres humanos”. Ni Biden ni Trump mencionaron —ni una sola vez— la necesidad de los sindicatos.

Forjar, reforzar los sindicatos

Trump y Biden dicen que apoyan la guerra de Israel para eliminar a Hamás y que están en contra de la guerra de Moscú contra Ucrania. Pero en realidad el punto de partida del gobierno de Estados Unidos no es la defensa de la soberanía de Ucrania, ni la lucha contra el odio a los judíos y la defensa del derecho de Israel a existir como refugio para los judíos. Lo único que les importa a los gobernantes estadounidenses es promover sus propios intereses económicos, políticos y militares frente a sus competidores.

La clase trabajadora necesita su propia política exterior, basada en los intereses que compartimos con los trabajadores de todo el mundo contra los gobernantes imperialistas estadounidenses y todas las demás clases dominantes explotadoras de todo el mundo.

Y no hubo mención en el debate del aumento del odio antijudío, ni de la reciente serie de amenazas físicas y verbales contra judíos en Estados Unidos o en todo el mundo.

Biden dice que está teniendo mejores resultados de los que tuvo Trump en reducir el número de personas que “cruzan la frontera ilegalmente”.

De hecho, su administración, al igual que la de Trump, sirve las necesidades de los capitalistas de Estados Unidos. Actualmente ellos quieren —y necesitan— que los llamados inmigrantes ilegales llenen puestos con salarios más bajos que los recibidos por trabajadores nacidos en Estados Unidos y de esa forma reducir los salarios de todos, aumentando sus ganancias y ventaja competitiva frente a sus rivales en Europa y China.

Trump repitió demagógicamente un tema peligroso de su campaña: que los inmigrantes “ilegales” están “quitándole empleos a los negros y a los hispanos”. Eso tiene como objetivo dividir a la clase trabajadora y socavar la solidaridad.

Fruit, Richter y otros candidatos del PST plantean la necesidad de luchar por una amnistía para los trabajadores sin papeles en Estados Unidos. Los sindicatos deben invitarlos a unirse al sindicato para luchar por mejores salarios y condiciones laborales para todos.

Los demócratas están orquestando una serie de casos penales amañados y otras demandas legales contra Trump, asestando golpes a las libertades constitucionales.

“Trump ha amenazado con hacer lo mismo con Biden y otros demócratas si es elegido”, dijo Fruit. “Ambos partidos están involucrados en peligrosos ataques a los derechos que la clase trabajadora necesita hoy, protecciones constitucionales ganadas en la lucha”.

La prensa burguesa está llena de historias sobre la pobre presentación de Biden en el debate, las mentiras dichas por ambos candidatos, su cuestionable agudeza mental y ética, etc. Dos periódicos que respaldan a los demócratas, el New York Times y el Atlanta Journal-Constitution, le pidieron a Biden que se retire de la carrera electoral para que los demócratas puedan elegir a otro candidato con la esperanza de que tenga mejores posibilidades de ganar.

Si sucede esto o no, ninguno de los candidatos capitalistas ofrece un camino para el pueblo trabajador.

“Tenemos que organizarnos independientemente de los partidos capitalistas para unir a la clase trabajadora en una lucha por nuestros intereses comunes”, dijo Fruit. “Para luchar contra todo tipo de opresión nacional, contra el racismo inherente al sistema capitalista; para luchar por la emancipación de la mujer; construir un partido obrero; combatir el odio antijudío. Abrir el camino para que decenas de millones de trabajadores tomen el poder de manos de los capitalistas guerreristas.