A continuación presentamos extractos del potente informe “¡Abajo el bloqueo!”, preparado por el gobierno cubano, que detalla los efectos punitivos del embargo económico, financiero y comercial impuesto durante décadas por los gobernantes norteamericanos contra el pueblo cubano y su revolución socialista. El informe fue presentado a la Asamblea General de Naciones Unidas, que tiene previsto votar sobre la resolución de Cuba contra el embargo el 30 de octubre. Fue publicado el 12 de septiembre por el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, en La Habana. El informe, impreso en su totalidad en inglés, español y francés, se puede descargar del sitio web del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, cubaminrex.cu.
Entre marzo de 2023 y febrero de 2024, el gobierno de los Estados Unidos (EE.UU.) mantuvo la política de máxima presión contra Cuba y la aplicación rigurosa del bloqueo económico, comercial y financiero como su eje fundamental. Permanecieron invariables las medidas unilaterales con mayor impacto sobre la población y economía cubanas, lo que continuó reproduciendo y agravando los efectos demoledores de este sistema coercitivo unilateral, el más prolongado y abarcador de la historia. . .
El gobierno estadounidense ha mantenido en el curso del último año las leyes y disposiciones relacionadas con el bloqueo contra Cuba y las tradicionales prácticas para su implementación, sobre la base del objetivo histórico de deprimir la economía y los salarios, generar carencias materiales y daños a los servicios públicos, provocar insatisfacciones y desesperación en la población y subvertir el orden constitucional legítimamente establecido. Se trata de un proceder asentado en documentos oficiales desclasificados del gobierno de los EE.UU., como el memorándum interno del subsecretario de Estado, Lester Mallory, del 6 de abril de 1960, en el que se apuntaba:
“(…) hay que emplear rápidamente todos los medios posibles para debi-litar la vida económica de Cuba (…) una línea de acción que, siendo lo más habilidosa y discreta posible, logre los mayores avances en la privación a Cuba de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno”. . .
Todas las dificultades de la sociedad cubana no se deben exclusivamente al bloqueo, pero faltaría a la verdad quien no lo reconozca como el principal obstáculo para nuestro desarrollo. Ningún país, incluso con economías mucho más prósperas y robustas que la cubana, podría enfrentar una agresión tan despiadada, asimétrica y prolongada, sin un costo considerable para el nivel de vida de su población, su estabilidad y la justicia social.
Ese costo se evidencia hoy en las carencias de todo tipo que enfrentan las cubanas y cubanos, incluyendo de alimentos, medicamentos, combustibles, medios de transporte; así como en el deterioro de otros servicios básicos.
El gobierno de los EE.UU. despejó cualquier duda respecto a la naturaleza cruel y genocida del bloqueo, cuando utilizó el peor momento de la pandemia de la COVID-19 para imponer medidas coercitivas adicionales a los cubanos. Reforzó la prohibición de importaciones por Cuba de diferente naturaleza, incluyendo ventiladores pulmonares; aplicó medidas que afectaron el escalado industrial de las vacunas cubanas contra el virus y llegó a impedir la importación de oxígeno desde terceros países. Fue incapaz de levantar, ni siquiera temporalmente, las medidas contra Cuba para el enfrentamiento a la pandemia, como hizo con otro grupo de naciones.
Del 1 de marzo de 2023 hasta el 29 de febrero de 2024, el bloqueo causó daños y perjuicios materiales a Cuba estimados en el orden de los 5 mil 56.8 millones de dólares, lo que representa un incremento de 189.8 millones con respecto a la cifra reportada en el informe anterior.
Lo anterior es reflejo del impacto recrudecido del bloqueo sobre las exportaciones cubanas, principalmente en el sector turístico, la despiadada persecución a las operaciones bancario-financieras del país, así como los daños integrales al sistema empresarial cubano y a la producción y los servicios que se prestan a la población. . .
Entre marzo de 2023 y febrero de 2024, el gobierno de los Estados Unidos mantuvo la persecución a los suministros de combustible a Cuba, la posibilidad de entablar demandas en cortes estadounidenses en virtud del Título III de la Ley Helms-Burton y la campaña de descrédito contra los programas de cooperación médica que la Isla presta en numerosos países. Al mismo tiempo, se propuso coartar la recuperación del sector turístico cubano, fuertemente afectado durante la pandemia de la COVID-19. Estas medidas persiguen asestar un golpe mortal a las principales fuentes de ingreso del país.
La persecución financiera se ha reforzado aún más con la arbitraria inclusión de Cuba en la lista unilateral del Departamento de Estado sobre supuestos países patrocinadores del terrorismo. Fue una medida impuesta, sin justificación ni evidencia, por el gobierno republicano del presidente Donald Trump, a solo nueve días de abandonar la Casa Blanca. El actual Presidente pudiera corregirla con solo una firma. El hecho de que el gobierno de los EE.UU. reconociera recientemente que Cuba coopera plenamente en la lucha contra el terrorismo, hace más absurda e injustificable la permanencia en ese espurio listado. . .
Cuba mantiene su disposición de construir una relación civilizada y respetuosa con el gobierno de los Estados Unidos, a pesar de nuestras diferencias. Seguiremos abiertos al intercambio y al trabajo con todas las contrapartes e interlocutores de la sociedad estadounidense que desean trabajar con Cuba en búsqueda de una relación mejor.
Como ha expresado el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Cuba está preparada para seguir enfrentando el bloqueo y resistir con creatividad para superar la injusticia que se nos impone.
No cejaremos en la denuncia del bloqueo, con la esperanza de que esta criminal política será eliminada de una vez por todas. A las generaciones presentes y futuras de cubanas y cubanos les asiste el derecho a vivir y desarrollarse en una Cuba sin bloqueo.