En la más reciente medida de los gobernantes capitalistas norteamericanos en su guerra económica de casi seis décadas contra la Revolución Cubana, la administración del presidente Donald Trump prohibió el 10 de enero todos los vuelos charter a nueve aeropuertos regionales en Cuba. También limitó los vuelos charter al aeropuerto internacional de La Habana. Estas restricciones entrarán en vigencia después de “un período de reducción de 60 días”.
El secretario de estado Mike Pompeo dijo que la medida pretendía impedir aún más “el acceso del régimen cubano a las divisas de viajeros de Estados Unidos”. Promoviendo la campaña de calumnias de Washington contra la Revolución Cubana, Pompeo afirmó que las nuevas restricciones eran represalias por la “opresión del pueblo cubano” y el “apoyo al dictador Nicolás Maduro en Venezuela” por parte del gobierno cubano.
Los gobernantes norteamericanos, bajo administraciones demócratas y republicanas por igual, han atacado la revolución socialista de Cuba desde que los trabajadores y los agricultores derrocaron la dictadura de Fulgencio Batista respaldada por Washington en 1959 y tomaron el poder político en sus manos.
Washington continúa tratando de derrocar al gobierno venezolano, a pesar de que los políticos de la oposición a quienes respalda han fracasado en derrocar al presidente Maduro. Washington ha sancionado a todo barco petrolero que lleve petróleo venezolano a Cuba. Espera debilitar y socavar tanto a la Revolución Cubana como al gobierno venezolano.
La prohibición de los vuelos fletados a los aeropuertos provinciales afectará principalmente a los miles de cubanoamericanos que desean viajar a la isla para visitar familiares. Más de medio millón de visitas de este tipo tuvieron lugar el año pasado.
Los vuelos fletados a ciudades cubanas crecieron desde que Washington prohibió los vuelos comerciales a todos los aeropuertos cubanos, excepto al de La Habana el pasado diciembre.
Dos días antes, Washington sufrió un revés cuando un tribunal federal en Miami desestimó demandas contra Norwegian Cruise Line Holdings y MSC Cruises por usar la terminal de cruceros de La Habana. La administración hizo posible que se presenten demandas como esta cuando puso fin a la suspensión del Título III de la notoria Ley Helms-Burton según el cual familiares de los dueños de propiedades capitalistas antes de la revolución pueden demandar por daños por la nacionalización de sus bienes.
Detrás de estas demandas está Mickael Behn, nieto del capitalista ex dueño de la empresa que administraba los muelles de La Habana antes de 1959.
Las autoridades cubanas dicen que casi 900 mil personas llegaron en cruceros a la isla en 2018. Carnival tenía planes para establecer más rutas y cruceros antes de que la administración Trump prohibiera los cruceros a puertos cubanos el pasado junio.