Una crisis que se está extendiendo en la región del Sahel en África Occidental está afectando a millones de trabajadores. En los últimos años ha habido un gran aumento en las acciones de grupos armados reaccionarios, que han asesinado a miles de civiles y forzado a los habitantes a huir de sus tierras y hogares.
Los estragos causados tienen su raíz en el dominio colonial e imperialista y las relaciones capitalistas impuestas sobre las relaciones sociales centenarias de agricultura y crianza de ganado de subsistencia.
Esto ha convertido a la región en terreno fértil para traficantes, bandidos, milicias tribales, y grupos islamistas reaccionarios y capitalistas que operan en áreas donde los gobiernos no tienen control. Los agricultores y pastores de subsistencia deben valerse por sí mismos y obtener protección de quien puedan.
El imperialismo francés, la antigua potencia colonial y opresor histórico de los trabajadores de la región, ha aprovechado la oportunidad para incrementar su presencia militar bajo el pretexto de combatir el terrorismo.
“Los enemigos del pueblo dentro del país son todos aquellos que se han aprovechado de su posición social, de su posición burocrática, para enriquecerse ilícitamente”, dijo Thomas Sankara, quien dirigió la revolución popular en Burkina Faso en 1983-87 y organizó a los trabajadores para tomar el control de su propio destino, en un acto de varios miles de personas después de tomar el poder. “Deben ser combatidos. Los combatiremos junto con ustedes”.
“Los enemigos fuera del país están allí: estos enemigos son el neocolonialismo; son el imperialismo”, dijo.
Hoy en día no existe en la región un liderazgo como el que brindó Sankara que pretenda organizar al pueblo trabajador.
El epicentro de la crisis se encuentra en la zona del Sahel en la frontera de Burkina Faso, Malí y Níger. Más de un millón de personas han huido, cuatro veces más que el año pasado. Miles de escuelas y cientos de centros de salud han cerrado. Solo en Burkina Faso, aproximadamente 150 mil personas tuvieron que huir en las últimas tres semanas de febrero.
Cerca del 70 por ciento de la población de África Occidental depende de la agricultura y la cría de ganado de subsistencia, a menudo en territorio semiárido. La expansión del Sahara está acabando con sus áreas agrícolas y de pastoreo, donde lazos tribales y de clanes continúan dominando las relaciones sociales. A medida que los especuladores capitalistas penetran la agricultura y la ganadería, destruyen las prácticas centenarias con consecuencias devastadoras.
Aproximadamente 50 millones de personas dependen de la cría de ganado.
Los capitalistas, incluidos funcionarios militares y públicos, han invertido en la compra de grandes rebaños. Desde las grandes ciudades, usan arrieros protegidos con matones armados para mover el ganado destinado para la venta y no para el consumo, cruzando las fronteras nacionales y usando las tierras de pastoreo impunemente. Este pastoreo excesivo tiene graves implicaciones para el sustento local.
‘¡Fuera Francia!’
“El ejército francés está ahí para la seguridad y la estabilidad. No tengo ningún otro interés”, dijo el presidente Emmanuel Macron en una cumbre con representantes de gobiernos de África Occidental en enero, calificando de “vergonzosa” cualquier crítica de la presencia francesa.
La región fue colonia de Francia bajo el nombre de África Occidental Francesa de 1895 a 1958, cuando sus componentes comenzaron a ganar su independencia. Pero París ha mantenido intereses políticos y económicos importantes, especialmente en el petróleo y el uranio. Las tropas francesas nunca se retiraron de la región.
París comenzó a aumentar sus tropas en 2013 después de que los combatientes tuareg y los grupos islamistas avanzaron hacia Bamako, la capital de Malí. En febrero, el gobierno francés anunció el despliegue de 600 soldados adicionales, lo que llevó el total a 5 100. También están enviando más de 100 vehículos blindados ligeros y pesados. Naciones Unidas mantiene una fuerza de 13 mil en Malí.
Washington está discutiendo reducir sus 1 400 tropas en la región y posiblemente cerrar su base de drones en Níger, pero no se ha tomado una decisión firme. Las fuerzas estadounidenses están integradas con la operación francesa, proporcionando inteligencia, reabastecimiento de combustible aéreo y logística.
La oposición popular a la presencia neocolonial de los gobernantes franceses está creciendo en varios países de África Occidental. En protestas en Bamako a fines de 2019, muchos portaban carteles que decían: “¡Fuera Francia! No queremos verte aquí”.