WASHINGTON — Continúa la protesta de camioneros propietarios iniciada el 1 de mayo. Cada día llegan más camioneros para unirse a los más de cien que se encuentran estacionados en la plaza frente al capitolio.
“Hay una rotación. Si un camionero sale para un trabajo, o por otra razón, intentamos remplazarlo”, dijo Linda Stockton, de Oklahoma City. Desde que salió de la marina ha estado trabajando como camionera y se ha unido a protestas similares durante los últimos cuatro años. “Me gusta la camaradería que existe entre mis hermanos y hermanas”.
“No nos vamos hasta que tengamos una audiencia, y respuestas”, dijo al Militante Greg Anderson, de Bardstown, Kentucky, camionero y transportista de carbón anteriormente. Los agricultores protestaron con sus tractores. Yo participé con mi abuelo”.
“Tenemos el derecho de estar aquí. Tenemos que aprender a ejercer nuestros derechos”, dijo. “Han hecho trizas de gran parte de la constitución”.
Los manifestantes están exigiendo una reunión con el presidente Donald Trump para discutir sobre la ayuda que necesitan para enfrentar el impacto desastroso que ha tenido el cierre económico impuesto por el gobierno sobre sus vidas. Con la escasez de las cargas, los agentes de transporte intermediarios que asignan los trabajos han recortado la parte que pagan a los camioneros —y eso cuando consiguen trabajo.
Trump elogió a los camioneros, diciendo en Fox News que “les están robando”. Algunos, satisfechos de haberse hecho oír, decidieron dejar la protesta. “La mayoría decidió quedarse y permanecer firmes. Realmente te cambia cuando te mantienes firme en unidad”, dijo Janet Sanchez, una despachadora de Ocala, Florida, que participa en la lucha.
“Pedimos ayuda inmediata y reformas”, dijo al Militante Rick Santiago, camionero de Trenton, Nueva Jersey. “Los agentes intermediarios no están siendo transparentes. En la situación actual esto es inmoral”.
“Las cosas tienen que cambiar. Usted no ve a los intermediarios protestando. Ellos usan la crisis para atacarnos más”, dijo Felipe Velez. Felipe y su esposa Dorys habían participado en la protesta de “rodamiento lento” en Los Angeles el 1 de mayo. Unos días después la pareja recogió una carga destinada a Nueva York. De allí viraron para participar en la acción aquí el 10 de mayo.
“Millones de personas han sido botadas de sus empleos. No lo causó el virus, lo causaron los patrones y el gobierno. El Partido Socialista de los Trabajadores dice ‘Participen en la protesta de los camineros’. Su lucha es por todo el pueblo trabajador”, dijo James Harris a Velez. Harris, candidato del PST para delegado del Distrito de Columbia para el congreso y trabajador de Walmart, participa regularmente en la protesta. “Ustedes son trabajadores, aunque sean trabajadores con herramientas caras”.
“Muy caras. Este camión cuesta 268 mil dólares”, dijo Velez, quien antes trabajaba en un almacén. “Pago 2 700 dólares cada mes por el camión y 700 dólares por el remolque. Es nuestro hotel de lujo rodante. Vivimos aquí”.
Harris le mostró a Velez el libro Rebelión Teamster de Farrell Dobbs, dirigente central del PST que dirigió el sindicato Teamsters de miles de camioneros de carretera en el Medio Oeste en los años 30.
Velez compró una suscripción al Militante y el libro Rebelión Teamster.
Muchos de los dueños operarios en la protesta dicen que viven de carga a carga. Otros explican que se han visto obligados a aceptar cargas por debajo de las tarifas, aunque entienden que esto reduce los precios aún más. En la protesta hay carros estacionados entre los camiones en la avenida Constitución que pertenecen a operadores cuyos camiones han sido embargados por los bancos.
Por otra parte, las empresas camioneras más grandes reciben ayudas generosas del gobierno bajo la ley de Asistencia, Alivio y Seguridad Económica por el Coronavirus, mientras despiden a sus empleados.
Los camioneros independientes reciben una buena respuesta cuando explican a los que pasan por lo que ellos enfrentan. “Protestamos contra las peligrosas condiciones en el trabajo”, dijo Crystal McIntosh, de Wessington Springs, a una mujer mientras le mostraba una copia de las Regulaciones de Seguridad Federales de los Transportistas a Motor, un manual de 736 páginas. “Estas reglas fueron escritas por alguien que jamás ha manejado un camión”.
Las iniciativas de los camioneros ayudan a que la protesta continúe. Christian Bedoya, de Ephrata, Pennsylvania, y Tony Cammarasana, de Miami, cocinan diariamente. “Vine con 500 huevos, 300 panes y 1 300 dólares, con la idea de darle a cada caminero un desayuno de huevos con queso y tocino. Tony y yo juntos, con dos hornillas eléctricas” dijo.
Al sexto día, con el correr de la voz, empezaron a recibir donaciones. Mejoraron su equipo y comenzaron a cocinar cenas. “Es una protesta pacífica y digna”, dijo Bedoya. “Todos son bienvenidos”.