OKLAHOMA CITY —Maestros y trabajadores escolares se congregaron en el capitolio de esta ciudad el 2 de abril como parte de una sublevación por todo el país para tratar de revertir años de deterioro de los salarios y condiciones de trabajo. Decenas de miles pararon labores, cerrando las escuelas en más de 200 distritos en todo el estado. Vinieron a exigir que la legislatura aumente sus salarios y los fondos para las escuelas.
“¡No lo vamos a soportar más!”, decía la pancarta que portaban los maestros de Northeast Academy.
“He sido maestro durante más de 10 años y vivo de cheque a cheque”, dijo al Militante un maestro de sexto grado de una escuela rural. “Los libros de texto son viejos, los escritorios son viejos. Pagamos nuestros propios suministros. Eliminaron los programas extracurriculares en mi escuela. Estaremos en huelga el tiempo que sea necesario”.
“Es como la primavera árabe, pero es la primavera de los maestros”, dijo la maestra de geografía Toni Henson a la prensa. Trataba de explicar que se está construyendo un movimiento social más amplio, su negativa a ser disuadidos por las amenazas o promesas de los políticos, y su determinación de luchar.
Los participantes llegaron en autobuses desde todas partes del estado a partir de las 7 de la mañana. La multitud creció tanto que uno no se podía mover. El Tulsa World informó que 25 mil personas “marcharon frente y a través del capitolio”. Miles de letreros hechos a mano expresaban las opiniones de los trabajadores sobre sus condiciones de trabajo y de vida.
Los maestros están indignados por las condiciones abusivas que enfrentan tanto ellos como sus alumnos. Estaban contentos por la magnitud y la camaradería del evento y decididos a seguir luchando.
“Tenemos 30 niños en un aula”, dijo Angie Gibson, quien ha sido maestra durante 24 años. Ella vino con un grupo de maestros que trabajan en Briggs, una escuela primaria rural cerca de Tahlequah. Describieron cómo las familias enfrentan dificultades similares impuestas por la crisis del capitalismo. Dijeron que se ofrecieron para comprar zapatos y abrigos para los niños. “Estamos aquí por toda la semana, luego veremos”, dijo uno de ellos.
Cuando quedó claro que las protestas continuarían al día siguiente, los distritos escolares cerraron en todo el estado. Miles de personas regresaron al capitolio. Luego, los distritos escolares cerraron el 4 de abril por tercer día consecutivo.
Inspirados por lo que hicieron los trabajadores escolares en Virginia del Oeste durante su huelga de nueve días, los maestros de Oklahoma llenaron las reuniones de la junta escolar para exigir apoyo, a menudo obteniéndolo, y organizaron piquetes informativos para apelar por el apoyo de otros trabajadores.
El 28 de marzo, después de meses de declarar que no había dinero para aumentos, los legisladores aprobaron y la gobernadora Mary Fallon firmó una ley que aumenta los salarios de los maestros en un promedio de 6 100 dólares, y de 1 250 dólares para otro personal y agregó 50 millones de dólares para los fondos de las escuelas. Esto era menos de lo que exigía el sindicato de maestros, la Asociación de Educación de Oklahoma, y los esfuerzos de Fallon no pudieron evitar que los maestros salieran en huelga.
El proyecto de ley también imponía nuevos impuestos que afectaban de forma más severa a los trabajadores, incluyendo impuestos sobre el gas y el tabaco.
Muchos maestros en la protesta apoyaban algunos aumentos de impuestos, diciendo que no podían ver cómo se podían pagar los cambios necesarios. Pero Bill Ray, quien enseña en la secundaria Douglass, le dijo al Militante, “Tenemos que examinar la manera en que confiamos demasiado en los ingresos provenientes de los impuestos. Esto perjudicará a maestros y trabajadores”. Otros estaban a favor de pasar el costo a los magnates de la industria del gas y del petróleo, la más grande del estado.
Al día siguiente hubo protestas por todo el estado, lo que hizo que más distritos escolares anunciaran que suspenderían las clases.
En el tercer día del paro, un grupo de trabajadores escolares, padres y otros partidarios en Tulsa comenzaron una marcha de 100 millas al capitolio durante siete días.
Justin Evans, un operador de equipo pesado de Tulsa, asistió a la manifestación del 2 de abril. Es presidente del Local 627 del sindicato de operadores de equipo pesado IUOE. “Hubo algunos operadores de grúas que pararon sus trabajos hoy para estar aquí. Escuché que algunos herreros hicieron lo mismo”, dijo, señalando el apoyo de otros trabajadores hacia las protestas de los maestros.
Yendo de puerta en puerta para discutir la lucha e introducir al partido en la ciudad vecina de Purcell, miembros del Partido Socialista de los Trabajadores se reunieron con Sherraina Walden, quien les dijo que ella tiene que trabajar cuatro empleos.
“Soy tutora, cuido niños, cuido casas y trabajo en una tienda, y aun así no puedo cubrir los gastos”, dijo. “Mi esposo trabajaba para Walmart. Es por eso que tiene problemas con las rodillas y la espalda. Apoyo a los maestros. Mi hijo tiene autismo, hay 29 niños en su clase de necesidades especiales”.