Vol. 71/No. 35      24 de septiembre de 2007

El general David Petraeus, al hablar ante el Congreso el 10 de septiembre, repitió justificaciones para “esfuerzos a largo plazo” en Iraq y dijo que es posible que hasta 5 mil tropas sean retiradas para diciembre. Afirmó que las consecuencias serían “devastadoras” si los soldados norteamericanos se retiraran “prematuramente”.

Sin embargo, las consecuencias de una retirada inmediata solo serían un problema para los gobernantes norteamericanos y sus aliados imperialistas. La “guerra global antiterrorista” de Washington ya ha producido consecuencias devastadoras para los trabajadores y campesinos en Iraq, Afganistán, Filipinas, el Cuerno de Africa y otras partes del mundo.

Actualmente hay 168 mil soldados norteamericanos en Iraq y 24 mil en Afganistán. Están emplazados allí por una sola razón: para proteger los intereses de la clase capitalista en Estados Unidos. Frente a la creciente competencia de las potencias imperialistas rivales, los gobernantes norteamericanos necesitan expandir sus mercados en el extranjero y aumentar sus ataques a nivel nacional contra los salarios, las condiciones de trabajo y los logros sociales de la clase trabajadora. La combinación de guerras en el exterior y ataques dentro de Estados Unidos son una perspectiva a largo plazo de la clase dominante y sus dos partidos principales.

Ni un solo congresista propone la retirada inmediata de las tropas. Mientras lanzan críticas partidistas contra la administración Bush y los defectos tácticos de sus acciones en Iraq, los demócratas apoyan los objetivos de la guerra y votan a favor de los fondos para financiarla. Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, reivindica una retirada “responsable” de las tropas norteamericanas, “dejando suficientes tropas para combatir los terroristas y proteger nuestra embajada”. Demócratas como la senadora Hillary Clinton han propuesto mandar más tropas a Afganistán.

Mientras tanto, la “guerra antiterrorista” continúa expandiéndose. Actualmente hay tropas estadounidenses en Africa, Europa oriental, Filipinas y otras partes del mundo. Washington planea construir una base en la frontera de Iraq a solo cuatro millas de Irán. Los gobernantes norteamericanos anhelan retornar a los días cuando podían contar con el gobierno iraní para ayudar a proteger los objetivos políticos y económicos imperialistas en la región. Ellos esperan que un régimen lacayo estable en Iraq facilitará esta meta.

Los trabajadores necesitamos exigir la retirada inmediata e incondicional de las tropas estadounidenses y aliadas de Iraq y de Afganistán, así como de los demás sitios donde están: los Balcanes, Darfur, Corea, Colombia, y la Bahía de Guantánamo en Cuba, entre otros lugares.

Las propuestas de “retiradas en fases” o de “calendarios” vacíos simplemente envalentonan a los gobernantes norteamericanos a continuar sus agresiones por todo el mundo.

¡Ni un centavo, ni un hombre o mujer para las guerras de Washington!
 
 
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