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Vol. 73/No. 27      20 de julio de 2009

 
Socialista: lucha en Puerto Rico es ejemplo
 
La siguiente declaración la presentó Sam Manuel, a nombre del Partido Socialista de los Trabajadores, en la audiencia del 15 de junio del Comité Especial de Descolonización de Naciones Unidas.

La semana pasada, decenas de miles de sindicalistas y estudiantes en Puerto Rico, la mayor colonia de Washington, se tomaron las calles, exigiendo un alto a los planes del gobierno de despedir a 30 mil empleados públicos.

El Partido Socialista de los Trabajadores extiende una mano solidaria a estos compañeros de lucha. Ellos ofrecen un ejemplo para el pueblo trabajador en todo el mundo —en efecto, aquí mismo en Estados Unidos— sobre la necesidad de luchar ante la crisis cada vez más profunda del sistema capitalista mundial, la más profunda desde las primeras décadas del siglo XX.

Hoy día la tasa oficial de desempleo en Puerto Rico es casi el 15 por ciento —un 50 por ciento más elevada que en Estados Unidos— y esas cifras son subestimadas.

Bajo la nueva ley de “emergencia fiscal”, la administración del gobernador Luis Fortuño congelará los salarios y hará trizas los convenios sindicales de los empleados públicos. Si bien Fortuño afirma que estos ataques son necesarios a causa del “déficit presupuestario”, un 27 por ciento de los ingresos de la isla se canalizan al pago de intereses de los tenedores de bonos y banqueros, sobre todo de Estados Unidos.

El pueblo de Puerto Rico y los trabajadores y agricultores en Estados Unidos comparten un enemigo común: las familias multimillonarias y su gobierno en Washington. Y compartimos una lucha común para quitarnos de encima ese enemigo.

Por estas razones, una lucha exitosa por la independencia de Puerto Rico beneficiará los intereses, no solo del pueblo de esa nación latinoamericana, sino los de la gran mayoría del pueblo de Estados Unidos

En Estados Unidos, los patrones automotrices están recortando salarios y despidiendo a decenas de miles de obreros. Miles de maestros, trabajadores de la salud y transportistas, desde California hasta Nueva York, enfrentan recortes. El seguro social está siendo recortado para muchos trabajadores que dependen del mismo en sus años de jubilación. Los pequeños agricultores están recibiendo precios más bajos para sus cultivos, precios que ni siquiera cubren sus costos de producción.

Los puertorriqueños residentes en Estados Unidos, quienes son objeto de discriminación sistemática, están entre los que sufren lo peor de estos ataques.

Me sumo a mis compañeros de lucha independentista al exigir que sean puestos en libertad todos los presos políticos puertorriqueños, quienes cumplen condenas draconianas en las cárceles norteamericanas por el “crimen” de combatir por la independencia y dignidad de su país. Carlos Alberto Torres y Haydée Beltrán han estado encerrados por 29 años, y Oscar López por 28. Son de los presos políticos más antiguos del mundo. Avelino González ha estado preso ya dos años sin fianza. ¡Libérenlos ya!

Estos ataques son parte de la guerra más amplia de los gobernantes imperialistas contra los trabajadores y oprimidos del mundo: desde Afganistán hasta Pakistán, Iraq, Corea del Norte, Filipinas y otros países.

Los gobernantes de Estados Unidos saben que estas condiciones van a generar resistencia obrera, de la cual vemos ejemplos hoy, desde la huelga de los trabajadores de panadería de Stella D’oro aquí en Nueva York hasta los millones que luchan por la legalización de todos los trabajadores indocumentados. Es por eso que Washington está impulsando medidas para debilitar nuestros derechos políticos y capacidad de organización.

El gobierno norteamericano también ha pisoteado los derechos constitucionales en otros recientes casos amañados en base a cargos de “conspiración”: cinco trabajadores que recibieron largas condenas en el caso de Fort Dix, Nueva Jersey; seis hombres del barrio negro de Liberty City, Miami; y cinco en Nueva York, acusados de un complot de bombas. En cada uno de estos casos, provocadores del FBI jugaron un papel decisivos en tramar los “complots”.

Asimismo, exigimos que el gobierno libere a Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González, René González y Antonio Guerrero. Estos cinco revolucionarios cubanos han estado encarcelados injustamente en Estados Unidos por más de una década, cumpliendo sentencias de hasta cadena perpetua, bajo falsos cargos de “conspiración”.

Su único crimen fue defender a Cuba al vigilar las acciones de grupos violentos contrarrevolucionarios con sede en Estados Unidos. Hoy día los Cinco Cubanos, detrás de las rejas, se mantienen en las primeras filas de la lucha de clases en Estados Unidos.

Una de las muchas “transgresiones” de la Revolución Cubana, a los ojos de los gobernantes imperialistas de Estados Unidos, es su defensa inquebrantable del derecho de Puerto Rico a la independencia. Los trabajadores y campesinos de Cuba, al rehusar arrodillarse ante las órdenes de Washington —a pesar de medio siglo de guerra económica y otras agresiones norteamericanas— ofrecen inspiración y un ejemplo poderoso a todos los que luchan por la libertad. Desmienten el mito tan trillado de los amos coloniales norteamericanos de que un pueblo oprimido no puede sobrevivir sin la mano guiadora de Washington.

La revolución socialista de Cuba muestra que, cuando los trabajadores y agricultores toman el poder de manos de la minoría capitalista, es posible conquistar la verdadera independencia. Cuba brinda un ejemplo para el pueblo trabajador del mundo entero, incluso aquí mismo en Estados Unidos.
 
 
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