Vol. 77/No. 4 4 de febrero de 2013
En una votación de 54–0 los trabajadores portuarios, miembros del Local 848 del sindicato Teamsters, ratificaron el 30 de diciembre un acuerdo con Toll Group, una empresa australiana de transporte y almacenamiento que maneja las importaciones de modas de marca en los puertos de Los Angeles y Long Beach.
Las disposiciones del contrato incluyen: un aumento salarial de más de 6 dólares por hora, más un aumento de 50 centavos por hora cada año durante los tres años del convenio; pago por sobretiempo después de las 40 horas (las compañías de transporte están exentas de las leyes estadounidenses de sobretiempo y el promedio de la semana laboral es de 60 horas); una reducción en el costo del seguro médico sin cambios en la cobertura; días feriados, días de enfermedad, días personales y días de vacaciones pagados; y poder inscribirse en el Fondo de Pensiones de la Conferencia Oeste de los Teamsters. Las disposiciones entrarán en vigor inmediatamente.
“Para mí, no se trata del dinero, sino que nos traten con respeto”, dijo Roger Ruiz, un chofer con tres años en Toll y más de 30 años de manejar camiones.
La campaña de sindicalización fue impulsada en parte por las malas condiciones en el trabajo —letrinas portátiles en lugar de cuartos de baño, carencia de baños separados para las mujeres, ningún lugar para almorzar; ni agua para lavarse. “Estos días se acabaron, por ahora y para siempre, porque no cedimos—luchamos por nuestros derechos”, dijo Ruiz.
Según el Local 848 de los Teamsters, el último convenio ganado por los camioneros portuarios en Estados Unidos fue logrado a finales de los años 1980. Con la desregulación de la industria camionera durante esa década la mayoría de las empresas camioneras clasificaron a sus empleados como contratistas o como propietarios-operadores con el fin de reducir sus costos de mano de obra y hacer que los trabajadores paguen por el combustible, el mantenimiento y por el tiempo de espera. Además, los patrones dicen que estos trabajadores no tienen derecho a la afiliación sindical.
La mayoría de los conductores en este puerto han sido catalogada como operadores “independientes”. Pero en Toll Group los conductores son contratados directamente por la compañía. “Nuestra victoria es histórica”, dijo Luis Alay, conductor de Toll. “Va a inspirar a otros camioneros a que se sindicalicen y abre la puerta para que lo hagan”.
“Cuando comenzamos esta lucha hace dos años éramos dos o tres personas, pero hemos hecho conexiones unos con otros y poco a poco se construyó un sindicato”, dijo Remberto Martínez, un chofer de Toll y camionero portuario desde hace mucho tiempo. “Con cada pelea que se gana, también hay pérdidas. Se puede contar con el patrón que haga su parte: dividir y reprimir a los trabajadores, hacer que uno se preocupe, ‘si hago esto voy a seguir siendo capaz de alimentar a mi familia’. Pero se gana cuando hacemos propia cada pelea”.
La campaña de sindicalización se extendió y ganó el apoyo del sindicato del transporte TWU en Australia que representa a 12 mil trabajadores de Toll Group en ese país. En marzo pasado cuatro miembros de la TWU visitaron Los Angeles en un viaje para enterarse de los hechos y para extender solidaridad.
Delegaciones de los Teamsters también fueron a Australia en octubre de 2011 y de nuevo en 2012 para protestar juntos con la TWU en la reunión anual de accionistas de Toll Group en Melbourne.
“Todos los trabajadores de Toll, no importa donde estén en el mundo o cual sea su acento, deben tener las mismas normas y condiciones de trabajo”, dijo Steve Newton, un trabajador de Toll Group en Sydney, en un artículo publicado en el sitio web de la TWU en Australia.
“Cada camionero aquí en Australia está contento que nuestros hermanos y hermanas en Los Angeles tendrán por fin un trato justo”, dijo Newton.
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