Vol. 77/No. 4 4 de febrero de 2013
El Militante se une en solidaridad con los miles de conductores, acompañantes y mecánicos de autobuses escolares de Nueva York que están en huelga. Ellos enfrentan una ofensiva feroz por parte del alcalde Michael Bloomberg, los políticos de la ciudad y sus secuaces en la prensa que buscan virar la opinión de la clase obrera en contra de los huelguistas.
La ofensiva propagandística está centrada en culpar a los huelguistas de los inconvenientes y las dificultades que puedan sufrir los padres de clase trabajadora durante el curso de esta lucha que fue instigada por las autoridades de la ciudad. El objetivo es ofuscar en que lado de la disputa yacen nuestros intereses, sobre todo en el contexto de la ofensiva más amplia en contra de la clase trabajadora.
Como empleados de empresas de autobuses privadas que tienen contratos con la ciudad —y que pueden perder su trabajo si otra compañía gana el próximo contrato con la ciudad— sus trabajos y sustentos dependen de las Disposiciones de Protección del Empleado (EPP) ganadas en luchas previas. Las EPP requieren que cualquier compañía que gane el contrato con la ciudad debe contratar a sus empleados usando una lista maestra, dando prioridad a los trabajadores con más antigüedad, con protecciones laborales y salarios básicos que son fundamentales para la existencia de cualquier sindicato.
El gobierno de la ciudad y los patrones odian estas disposiciones. Son un obstáculo para su campaña de austeridad contra los trabajadores, desde los de las escuelas hasta los de los autobuses. Están empeñados en revertir previos logros y utilizan todas las calumnias disponibles para mellar la solidaridad con el fin de aislar a los trabajadores de autobuses escolares y propinar golpes importantes a su sindicato.
Sueñan con una fuerza laboral “flexible” de trabajadores a tiempo parcial y con un turno dividido —que están en el horario para el viaje por la mañana a las escuelas, y regresan a trabajar al final del día escolar y ganan alrededor del salario mínimo.
Los portavoces de los patrones en la prensa han llamado a los huelguistas instrumentos de la mafia y extorsionistas. Dicen que no les importan los estudiantes que transportan, solo su monopolio de trabajos bien pagados.
Los funcionarios de la ciudad dicen tener un fallo judicial que anula las EPP. Pero eso no lo deciden los tribunales. La existencia de estas protecciones se decidirá de la misma manera que fueron establecidas originalmente —en la lucha.
Súmense a las líneas de piquetes de los huelguistas, traigan a sus compañeros de trabajo y amigos a los mítines de solidaridad. El Militante, un semanario socialista publicado en defensa de los intereses del pueblo trabajador, responderá a las mentiras de la prensa de los patrones.
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